─── 🌟 tres.

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Diminutas perlas transparentes caían incontrolablemente por sus ruborizadas mejillas gracias al llanto que aún no cesaba. Entre sus brazos había una almohada la cual abrazaba como si fuera lo único que tenía. Lo sería pronto si no hacía algo, pero realmente no sabía qué hacer en esa situación. Estaba acorralado, por un lado perdería a sus progenitores, a los cuales amaba con toda su alma, y por el otro perdería a Felix, al cual también amaba bastante.

La espalda le comenzaba a doler, sus ojos también. Estuvo sentado en la esquina de su cuarto y a oscuras durante unas cuantas horas. El sufrimiento jamás acababa, sus lágrimas parecían no querer detenerse nunca y sus ojos ya no podían seguir así. Quería morir. Morir le parecía la única buena opción de todo aquel lío, acabar con su miserable vida era mejor que tener que decidir y perder a alguno de los seres que más amaba en el mundo. Aunque sólo uno de aquellos seres que amaba lo hacía feliz.

Sólo él lo hacía feliz.

Sólo él...

El gélido viento golpeó contra su cuerpo, provocando que tiritara del frío

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El gélido viento golpeó contra su cuerpo, provocando que tiritara del frío. Había llevado un abrigo, pero este seguía siendo muy ligero para aquel frío que era capaz de congelar.

Examinó un poco a su alrededor, las nubes eran grises y no le daban paso a los cálidos rayos solares, los árboles se movían gracias al violento aire que soplaba. En cualquier momento llovería y él no había llevado ningún paraguas.

—Maldición, ¿cómo iré a casa si llueve? —su manos se hicieron un puño y sus nudillos impactaron contra la madera de su pupitre, maldiciéndose a sí mismo.

—Yo podría llevarte a tu casa en mi auto —ofreció cierto castaño. Había entrado repentinamente al aula, asustando al más alto y haciendo que diera un pequeño salto en su lugar—. Perdón por eso, HyunJin, ¿pero qué dices?

—Te lo agradecería mucho, ChangKyun —le regaló una sincera sonrisa a su amigo—. Te debo una.

—No es nada, eres mi amigo y no podría dejarte sólo en ningún caso —le devolvió la sonrisa. Con una de sus manos le hizo una seña para que saliera del aula—. Vamos, debemos comer algo, las próximas horas serán pesadas y no quisiera enfrentarlas con hambre.

El chico soltó una suave risa y después se levantó del asiento para dirigirse hacia ChangKyun. Él lo abrazó por los hombros para llevarlo consigo a la cafetería de la universidad.

Un pequeño sorbo de chocolate caliente no le haría mal, y menos con el frío infernal que hacía en ese día.

Un pequeño sorbo de chocolate caliente no le haría mal, y menos con el frío infernal que hacía en ese día

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Wrong ─── hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora