Capítulo 17

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Rhys-The World is a beautiful place

GEMMA

Mi primer instinto es gritar, gritar con todas mis fuerzas pero el sonido no sale de mi boca debido a que una mano robusta cubre mis labios con fuerza, mientras que mi cuerpo empieza a ser alejado de la puerta, la cual fue cerrada de un golpe.

Comienzo a patalear, comienzo a forcejear e intentar librarme de la persona que está arrastrandome en dirección de la sala sin ninguna dificultad.

Las lágrimas por la impotencia y terror comienzan a recorrer mis mejillas y el pánico va deslizándose por mi sistema con rapidez. Siento como la mano que está alrededor de mi cintura hace fuerza, como la cabeza del individuo se posa sobre mi hombro sin ninguna dificultad, golpeando el lado lateral de mi rostro con su aliento, el cual es una mezcla de alcohol y hierba.

En un movimiento rápido, su mano, esa que está en mi cintura, se aparta y enciende la luz de la pequeña lámpara, iluminando el lugar. El sujeto no dice nada, pero es capaz de inmovilizarme con la mano que cubre mi boca, pegando mi cabeza contra su torso son fuerza.

—Hola, Gem-Gem.

Una sensación de hielo recorre mi espina dorsal al escuchar la voz, al reconocer el tono ronco y lleno de maldad. El terror me invade con violencia y la necesidad de huir me llega de prisa.

Es él.

Es Kiel.

—¿Creíste que no iba a volver pequeña zorra? —inquiere con burla ante mi silencio.

Sollozo y tiemblo. Su cuerpo se pega a la parte trasera del mío, su mano izquierda hace presión en mi cintura y la otra en mi boca. Mi estómago se remueve con violencia al sentir como su nariz se entierra en mi cuello, me muevo con brutalidad, queriendo huir de su contacto pero no soy capaz de hacerlo y él se ríe, ríe con satisfacción por mi reacción.

—Debes ser obediente y hacerme caso, Gem-Gem, porque si no lo haces voy a enojarme y terminaré matando a tus amigos hasta llegar a ti otra vez —murmura, haciendo que deje de moverme—. Voy a quitar la mano de tu boca, si gritas, te irá mal, Gem-Gem.

Aparta con cautela sus dedos de mi boca, no grito, no lo hago. Sé que dice la verdad, dijo que iba a volver y lo hizo. Su mano en mi cintura se aparta y me alejo lo más que puedo, tropezandome con la mesa que hay en el centro y perdiendo el equilibrio, pero no me caigo.

Alzo la mirada temblorosa, sintiendo los latidos acelerados de mi corazón. Viste de negro, todo de negro, veo su barba, está larga y en el lado izquierdo de su mejilla hay una asquerosa cicatriz que hace que mi estómago se revuelva y cuando veo sus ojos negros, siento que estoy ante el diablo. Su cabello oscuro está largo y una gorra cubre su cabeza, me observa divertido, y la sonrisa en sus labios lo confirma.

—He esperado pacientemente por varios meses para volver —relata y doy un paso hacia atrás, temblando de pánico—. He visto como la perra de tu madre se divierte mientras que yo me escondo como una cucaracha.

Quiero gritarle que él intentó asesinarla, quiero decirle que él se buscó ser perseguido por la ley al hacer cosas ilegales. Fue él, no mi madre quien lo colocó donde está. Pero no soy capaz de hacerlo, mis ojos buscan rápidamente una salida, veo la puerta, está cerca, si salgo corriendo y busco ayuda seguro la encontraré.

—No me hagas enojar, Gem-Gem —masculla por lo bajo al ver mis intenciones.

Mis ojos arden por las lágrimas, su mirada se queda fija en la mía. Siento como el aire en mis pulmones es insuficiente y el corazón va demasiado veloz, siento como el temblor se apodera de mis manos pero las aprieto, agarrando fuerzas y lanzandome hacia la locura.

Más allá de su mirada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora