Más allá de su mirada©

Capítulo 32

NF- How Could You Leves us

GEMMA

¿Qué es el dolor?

Es algo que no puedes ver, no puedes palparlo, solo puedes percibirlo, solo eres consciente de la magnitud con la cual puede destrozarte el alma. Hay distintos tipos de dolores, unos pasajeros, otros breves, otros eternos. He sentido tanto dolor a lo largo de mi vida que sé que el dolor que estoy sintiendo en mi cuerpo es pasajero, es fugaz, mientras que el dolor que siento en el alma es una agonía que va a perdurar.

Estoy sentada, mis ojos están cubierto, mis piernas y brazos están atados. Sollozo, lo hago con fuerza, tengo miedo, tengo frío, me duele el cuerpo y la cabeza me palpita con violencia, no soy capaz de escuchar nada, hay algo tapando mis oídos, hay algo logrando que no puede ser capaz de escuchar nada.

Me están tocando, grito con todas mis fuerzas, las manos son heladas y mi corazón se está contrayendo con fuerza contra mi pecho, me muevo con fuerza, están tocando mi cuello, mi rostro, las manos son ásperas, siento una lengua pasando por mi mejilla derecha.

—¡Sueltame! —vocifero aterrada aunque no soy capaz de escuchar mi propia voz—. ¡Basta! ¡Por favor, basta!

No importa cuánto grito, no importa cuanto me muevo e intento evitar el asqueroso tacto de la persona que está manoseando mi cuerpo, no importa mi agonía, no se detienen. Mi garganta arde de tanto gritar, mi corazón está hecho pedazos, en tantos que siento que ya no valgo. Siento el dolor azotando mi rostro cuando me golpean, la zona arde y luego siento otro tras otro, la sangre llena mi paladar y se desliza por mi boca.

Soy un manojo de nervios, de sangre, saliva y dolor.

Tiran con fuerza de mi cabello hacia atrás y siento algo frío chocando contra mi cuello, es un objeto punzante, lo sé, lloriqueo en silencio mientras lo deslizan por mi cuello, mientras cada parte de mi cuerpo se tensa y tiembla del pánico

Porque no sé qué ocurre, porque me estoy muriendo del terror.

Se detienen, no sé cuánto tiempo pasa pero lo hacen, se detienen. Respiro agitada y cuando creo que no hay nadie, siento como me desatan las extremidades, lo siguiente que siento es como me toman de mi cabello y tiran de el, obligándome a caminar y solo soy conciente del dolor azotando mi cuero cabelludo.

En un golpe seco soy lanzada hacia el suelo, mis manos tocan algo viscoso y el olor a hierro inunda mis fosas nasales, una arcada sube por mi garganta y vomito todo lo que había en mi estomago, grito cuando comienzan a llenar mi cuerpo con el líquido viscoso.

Mi mente me grita que es sangre, me están llenando con ella, sollozo con violencia y lanzo puños al aire, soy capaz de dar un golpe y lo siguiente que siento es como me devuelven el golpe, como me dan una paliza, como me roban todo el aire de los pulmones.

—¡Por favor! —grito con la voz rota—. Por favor, por favor, por favor...

Me dejan en el suelo, estoy tirada y abatida. Llevo mis manos en dirección de mi cabeza y quito la venda de mis ojos, parpadeo varias veces con fuerza para adaptarme a las luz del lugar, no soy capaz de ver mucho, todo es muy borroso sin mis lentes. Bajo la mirada al suelo y veo que hay una figura, y hay otra enorme figura debajo de esta y mi corazón da un vuelco.

¡No!

¡No!

¡No!

Me repito una y otro vez por dentro, porque la figura no se mueve, solo está ahí. Grito con violencia y me muevo con brusquedad cuando una figura se acerca a mi y me toma del rostro, otra figura viaja hacia mis oídos y sacan algo, puedo escuchar los sonidos, hay algo amortiguado en algún lugar, mientras que una sonora carcajada se desliza por el lugar, llenando cada parte.