Capítulo 6;

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Oliver se encontraba más que disgustado consigo mismo, su ánimo oscilaba entre el mal humor y el miedo. ¿Pero qué le asustaba? ¿Acaso creía realmente haber visto a Elio?
Negó con un movimiento de cabeza una y otra vez. Se secó las manos y acomodó su rubio cabello para regresar a la aburrida fiesta, cuando de pronto.
¡Rayos! ¿En qué demonios pensaban los adolescentes? ¿Acaso no miraban hacia adelante al caminar? ¿Cómo no iba a notarlo?
Volteó molesto vociferando un reproche casi al filo de decir una palabrota, y estuvo a punto de quejarse de la torpeza del adolescente cuando se encontró con su rostro, y esos ojos verdes que no dejaban de mirarlo.

—Elio.—

Realmente no esperaba que fuera cierto, que su adorado Elio se encontrara allí, frente a él nuevamente. Y como era de esperarse nuevamente calló, sí. Todo aquello que había querido decirle, todo el tiempo que habló solo en su habitación, todo había sido en vano.

Abrió tenuemente sus labios, dejando escapar una suave exhalación, sin poder articular palabra alguna, pero como si desease decir algo.
No podía esperar a que él hablara primero, sabía lo malo que eso podía llegar a ser.

—Adivino. Con que comenzando la universidad en América... ¿No? Buena elección.—

Esperaba que el menor no objetara a esa pregunta con algo totalmente referido a su romance de verano. Al parecer seria su profesor, pues Oliver daría clases en primer año. Qué hermosa y triste casualidad. Tendría que ver a Elio cada día, saludarlo cada mañana y al atardecer verlo marcharse sin poder llamarlo por su nombre más que por el de él.

—Ha pasado ¿Cuánto? ¿Un año?—

Preguntó fingiendo que él no había contado los días también.

Las palabras no lograban salir de su boca, estaba aún procesando aquel repentino encuentro con su amor de verano y de paso también estaba perdido en la intensidad de esa mirada y esos hermosos ojos azules. Sabía que probablemente estaba quedando como un idiota al no decir nada luego de la pregunta que el más alto le hizo, pero era difícil cuando estaba muy nervioso.

─Mis padres me recomendaron venir aquí, dijeron que era una buena opción y aquí estoy. Realmente no esperaba encontrarme contigo.─
Lo último lo dijo más para si mismo que para el chico que tenía en frente. Podía sentir la tensión del ambiente y eso le provocaba una incomodidad tremenda, quería salir corriendo, pero sabía que eso sería muy dramático de su parte y claro, por otro lado no quería separarse de Oliver.

─Así es, un año. Tú...¿Tú cómo has estado? La última vez que supe de ti estabas comprometido.─
Inevitablemente su mirada se desvió luego de recordar el motivo por el que su romance no pudo tener un futuro, sintiendo un gran arrepentimiento luego de decir aquello, ya que no se sentía preparado para escuchar a su amado hablar de lo enamorado que estaba de su esposa y sobre su vida de casado.

No sabía que era lo que le esperaba, pero ahora que tenía a su amado Oliver en frente lo único que quería hacer era volver a besar sus labios y traer de vuelta todos esos recuerdos cargados de pasión que ocurrieron ese cálido verano al norte de Italia. Lo había extrañado, lo había extrañado tanto y ahora verle le causaba un mar de emociones que no estaba seguro de lograr contener. Su cuerpo no era controlado por su mente en esos momentos, su cuerpo se guiaba por su corazón y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba abrazando con fuerza el cuerpo del más alto, sin tener la intención de separarse de esos cálidos brazos que tanto había extrañado.

LATER | Elio y Oliver | El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora