Capítulo 7;

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El pelirrubio titubeó ante la acción de su contrario, de manera tal que un paso hacia atrás lo separó apenas un poco del mismo. Su respiración agitada delataba sus nervios, sus músculos tensos, sus ojos abiertos deslizándose desde la puerta hasta Elio y desde Elio hasta la puerta nuevamente. No quería que nadie entrara y los viera, no podía permitirse eso.
Apartó al castaño con un suave empujón, y lo tomó del brazo llevándolo hacia uno de los baños.
Se encerró con él y cerró la puerta de inmediato detrás de si.

—¿Qué crees que estás haciendo? Estoy casado y soy tu profesor no pueden verme de ningúna manera abrazando a un alumno...—

Las palabras salían como flechas de entre los labios de Oliver, flechas que se clavaban directamente en el pecho de Elio.

—¿Crees que lo que sucedió el verano pasado te da derecho a usarlo en mi contra? Pueden echarme del trabajo, mi esposa podría dejarme si se entera...—

Quizá sí, estaba siendo algo pesimista. ¿Pero qué esperaba, que lo abrazara también y susurrara su nombre una y otra vez? Era cruel, pero tenía que alejarlo.

—Por favor... haces que sea difícil para mí.—

Susurró encontrándose tan cerca de Elio que aquel susurro apenas audible parecía chocar contra sus labios, como las olas de un mar embravecido contra las rocas.

Pensó que ya había mencionado esas palabras antes. No recordaba en qué momento, pero lo hizo.

”Elio, incluso lo haces difícil cada noche antes de ir a dormir, cuando recuerdo tus labios, tu piel...” quiso decir, pero aquello sólo se quedaría en su mente, entre sus pensamientos, dando vueltas como todo lo que imaginó decirle y nunca pronunció.

Aquel vago impulso de tomar el rostro del menor entre sus manos y besarlo desapareció en un instante.

—Te veo fuera, junto a mi auto a las 2:00 am. Hablaremos tranquilos allí. Y no me sigas.—

Oliver se apresuró a salir del baño, acomodando su camisa con nerviosismo mientras dejaba a Elio allí, con tanto por decir...

LATER | Elio y Oliver | El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora