Capítulo 1;

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Un largo año había transcurrido desde aquel efímero romance de verano. Esa estación agridulce, repleta de vivencias que en la actualidad no le resultaban tan gratas; más bien evocaban un amargo sentimiento al recordar que su amado yacía ahora en los brazos de otro, lejos de los suyos. Había intentado apartar a Oliver de su mente en innumerables ocasiones, y seguir adelante con su vida. Se esforzó por conocer a otras personas, aunque nunca llegaba a consolidarse ninguna relación seria, pues su corazón aún permanecía atado a otro ser.

A sus 18 años, Elio se adentraba en una nueva etapa: su ingreso a la universidad en Estados Unidos, tras destacar con sobresalientes calificaciones que atrajeron la atención de prestigiosas instituciones. Aconsejado por sus padres, decidió embarcarse en esta emocionante travesía.

Con el brillo de la esperanza en los ojos, Elio dejó su hogar para explorar horizontes lejanos en busca de conocimiento y crecimiento personal. Con valentía, se despidió de lo conocido para abrazar lo desconocido, confiado en que cada desafío sería una oportunidad para forjar su destino y alcanzar sus sueños.

[...]

Ya era la hora de la verdad, había puesto los pies en tierras extranjeras y se sentía un tanto pequeño, pero sabía que sólo era cosa de costumbre y de orientarse y conocer el lugar. Realmente esperaba hacer aunque fuera un amigo para que le ayudara a conocer mejor las calles y ubicación de todo.

Caminó con sus maletas fuera del aeropuerto y pidió un taxi hasta su universidad. Aún sentía su corazón algo acelerado, estaba muy ansioso y quería llegar pronto para saciar esa curiosidad que tenía por conocer un lugar y personas nuevas.

Pasó el rato y al fin llegó a su destino. Tomó sus maletas y con toda disposición comenzó a caminar al interior del establecimiento, quedando encantado por lo grande y hermoso que era el lugar. Por el momento no le parecía tan malo haber abandonado Italia para venir a este lugar, ya que lucía bastante acogedor, sólo faltabs ver cómo eran las personas y por supuesto, la calidad de educación del lugar.

Durante su caminata hasta su cuarto, se percató de que varias miradas se posaban en él, lo cual se le hizo algo curioso y un tanto cómico. Por otro lado, su cuarto parecía bastante cómodo y por lo que veía, no tenía compañero de cuarto, lo cual le parecía maravilloso.

Comenzó a ordenar sus cosas y desempacar todo de las maletas con rapidez, ya que tenía muchísimas ganas de ir a conocer los alrededores del campus y quizás hacer algún amigo en el camino. De alguna forma, su corazón le daba una sensación inquietante, como si estuviera en el lugar correcto, pero no por el hecho de construir su futuro allí, sino que por algo más que realmente no lograba comprender en esos momentos.

Sin tomar demasiada importancia, decidió salir de su cuarto y comenzar a recorrer el establecimiento, aunque terminó siendo bruscamente interrumpido por un grupo de tres chicas que se le acercaron con mucho entusiasmo para invitarlo a una supuesta fiesta de bienvenida que hacían todos los años los estudiantes al inicio de clases. Sonaba interesante, así que les sonrío y aceptó la invitación.

LATER | Elio y Oliver | El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora