Capítulo 14;

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No se encontraba frente a una chimenea como el verano anterior, pero la angustia en su pecho era una copia genuina de la de aquella vez. Tenía miedo, la idea de que Oliver quisiera alejarlo nuevamente era catastrófica.
Dave se acomodaba detrás de un libro, observando a Elio perderse entre sus pensamientos.

—¿Que tal esta la luna allí arriba?—

Preguntó bromista.

—La luna siempre está hermosa, me gustaría perderme en ella a diario. Lamentablemente solo estoy en la universidad, hablando con mi amigo. Y la luna está lo suficientemente lejos como para alcanzarla.—

—Depende de qué o a quién llames "tu luna".—

—¿A qué te refieres con eso?— Elio esbozó una mueca de inquietud mientras esperaba una respuesta.

—Me refiero a que sea cual sea el motivo o la persona en la que te quieres perder, debes pensar que tan difícil es llegar a ella. Y luego decides si amargarte o empacar tu equipaje para el viaje.— Respondió este mientras cerraba su libro de un golpe dejándolo sobre la mesa de la silenciosa biblioteca.

Elio no dijo palabra alguna. De inmediato tomó su mochila y salió de allí, pensando en que tan imposible le sería llegar a su luna, a su adorable Oliver.

Horas después en la penumbra de su cuarto intentaba atar los cordones de sus convers, tarea un tanto difícil cuando tus manos tiemblan sin parar.
Abotonó su camisa y arregló su desgreñada melena tratando de que se viera más decente de lo habitual.
Salió con prisa, evitando cruzarse con cualquier conocido, apresurando su paso cada vez más y sintiendo cómo su corazón se desesperaba por no explotar en el intento.

Eran las 09:00 PM, y en el bosque nadie podía oír su agitada respiración.
Solo la brisa y el canto de los grillos lo acompañaban. Por un momento creyó que Oliver había olvidado su cita.

—Siempre tan puntual mi dulce Elio.—

LATER | Elio y Oliver | El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora