Capítulo 14

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Los Ángeles lo llaman placer divino; los demonios, sufrimiento infernal; los hombres, amor
~Heinrich Heine

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Pov; Anthony...

La semana se hizo larga, pero el día de hoy fue mucho más difícil de llevar. Hoy habrá luna llena y mis sentidos están a flor de piel, mis deseos carnales están repasando mi cordura y mi hambre atroz amenaza con salir a flote.

Todo mezclado en un enorme cóctel llamado; hombre lobo, o en mi caso: híbrido.

Y pensar que todo este caos ocurrió desde aquella trágica mañana, después de la mordida. Desde que mis colmillos salieron de la suave piel de su cuello, mi mundo cambio, se abrió una enorme puerta con candado que siempre quise tener cerrada, despertando sentimientos feroces y hambrientos.

Mi corazón dio sus primeros latidos, todas las telarañas que se habían apoderado de el, se hicieron polvo.

Eso me enfureció demasiado, no podría ella despertar ese lado tan salvaje, tan primitivo pero a la vez tan sensible y casi... humano, de mi. No, me niego rotundamente a creer en esas falsas historias de “almas gemelas” todo es una farsa, ella no puede ser el verdadero amor de mi vida. Por que ese lugar ya está ocupado por alguien más.

Si tan sólo Devorah se hubiera controlado un poco mas, Malory no hubiera estado casi agonizando y yo no tendría que poner mis colmillos donde no debieron y nada de esto estaría pasando.

¡Ay Devorah en que líos me metes!

Suelto un bufido, termino de beber el resto de licor en la botella y la arrojó lejos. Aunque he bebido bastante esta tarde no me siento ni un poco mareado, el licor para nuestra especie es como una clase de refresco burbujeante. No ralentiza nuestros sentidos ni mucho menos nos hace inconscientes.

Aspiro ondo y de nueva cuenta el viento fuerte trae consigo su aroma inefable, esa peculiar aroma de ella tan única, deliciosa y muy excitante. El aire ondea cada vez mas fuerte con su aroma en el, despertado mi salvajismo y apagando mi uso de razón a cada segundo que su aroma entra por mi nariz.

Aún no me la creo que mi fuerza de voluntad se mantuviera firme, y no se haya ido por el caño al verla merodeando por los grandes jardines de la casa, sola, llorando a cantaros y sin consuelo. Jamás, después de la perdida (física) de Roseline, jamás tuve la necesidad imperante de acunar a otra humana entre mis brazos para sosegar su dolor, como lo siento con ella, cada agonia que desgarra su corazón es como si yo lo estuviera padeciendo en carne viva.

Por ello, decidí mejor darle su espacio estos cuatro días, con la esperanza que lograra tranquilizarse un poco. Sin embargo, como desgracia para mi, ella entró en su ciclo lunar (menstruación) asiendo mas potente su aroma y despertando ese salvajismo dentro de mi. Cada noche que lograba conciliar el sueño, era ella quien ocupaba esos sueños llenos de lascivia y lujuria. Siempre me soñaba acariciando su suave piel trigreña desnuda, me deleitaba con sus rosados labios y bebía del sudor exquisito que baja en medio de sus dos perfectas montañas de pezones rosados.

Una gota de sudor recorre mi frente y el pantalón se siente apretado justo en mi entrepierna. Intente alejar esos pensamientos de mi cabeza, la luna pronto saldra y no creo poder resistirme a subir hasta el balcón y rasgarle la ropa hasta estar ambos desnudos y entregarnos al deseo que ambos sentimos.

Destino; Atada A Ti © Nueva actualización Donde viven las historias. Descúbrelo ahora