6 meses después...
-Estamos perdiendo las esperanzas señorita Díaz, si el tardase otros seis meses...-levante la mano para hacerle callar. No quería escucharlo. Ya había repetido otras veces, yo no le daría por vencido. El era fuerte, el podía salir de aquello, el volvería.
El señor Perez soltó un suspiro como siempre hacia al informarme de eso. Se rasco la cabeza y me miro con pena.
-Deberias al menos, comer.-dice mirando mis muñecas, y siguiendo hasta la clavícula, esta última se marcaba más que la anterior.
Yo tan solo aparte mi mirada de la suya para volver a ver a Ruben. Mi apetito había desaparecido hacia meses, y aveces muy pocas veces logro comerme al menos una naranja o una manzana que me dejan junto la comida. En otros casos me hubiera jartado a comer como obesa por la depresión. Pero en este no.
Mi depresión y preocupación por el era tanta que me había olvidado de todo para centrarme en el.
Perez vuelve a suspirar derrotado, y decide irse.
-Tus amigos vendrán esta tarde ha traerte ropa.-comenta el, yo asiento y el sale por la puerta.
Me apoyo en la silla agarrando la mano de Ruben mas fuerte.
Me gustaría recibir el apretón de vuelta, pero eso nunca pasa.
La habitación se me hace grande por el vacío, y el frío siempre se apodera de mi. Aun tapada por dos mantas no consigo entrar en calor. El sonido de las maquinas son como una nana ya para mí, con eso se que el sigue vivo, que sigue aquí.
