Una serie de determinadas reacciones eróticas junto a Jeon Jungkook.
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Highway
Era de noche, las luces eran débiles y apenas iluminaban la infinita carretera, pero aún sabiendo esto, tu novio no recapacitaba, pues pensaba con la polla antes que con su mente.
Te juro que ya no llevaré la ropa a la lavandería, la lavaré yo mismo.- Trataba de negociar, aunque claramente ni él se lo creyera.
¿Y eso a mí en qué me beneficiaría?.- Preguntaste.
Pues... ¡Me tendrás más tiempo en casa!.- Exclamó riendo.
Jungkook no.- Te negaste por décima vez rotundamente.
Eres mala.- Hizo un notable puchero.- ¿Es porque ya no me quieres? ¿Te gusta alguien más, verdad? ¿Me dejarás?.- No respondiste ninguna de sus preguntas, pero antes de que si quiera se le ocurrieran más ya te encontrabas desabrochando la hebilla de su cinturón.
Escúchame bien. Si chocamos te mato.- Le advertiste.
No lo creo amor.- Sonrió.- Porque ya estaremos muertos.- Lo fulminante con la mirada y seguiste con lo tuyo.
Desprendiste el botón de su jean y bajaste la cremallera, proseguiste en bajar un poco su pantalón junto con su bóxer.
Te inclinaste aún más y tomaste entre tus labios su pene, este ya estaba demasiado crecido lo cual era algo dificultoso para tu boca, aún así, lograste meterlo hasta la mitad.
Comenzaste a chupar y succionar como si de una paleta se tratase, oyendo los gemidos que salían de la boca de tu novio, sintiendo como poco a poco ibas mojando tus bragas.
Mierda, ¡Sí!.- De su boca sólo salían suspiros y jadeos, mientras él trataba de mantenerse atento a la carretera apretando fuertemente el volante hasta notar la blancura en sus nudillos.
Con tu lengua comenzaste a contornear su longitud, en círculos y de arriba hacia abajo, dejando de tu saliva chorreando por toda su polla.
Si sigues así harás que me corra...a-ah...- Gruñó.
Tal y como lo predijo llegó a su preciado orgasmo. Su longitud comenzó a vibrar y expulsó aquel característico líquido blanquecino con un gusto particularmente ácido/salado.
Trágalo.- Te ordenó, respirando pesadamente.- Quiero ver como tragas mi semen, bebé.- Dijo en un susurro ronco.
Levantaste el rostro, para que él pudiera observar aquella escena.
