Una serie de determinadas reacciones eróticas junto a Jeon Jungkook.
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Bunny Daddy
Obedece y no serás castigada.- Pasa sus manos por la tela suave de tu lencería, tocando en las partes correctas.
Tu respiración se vuelve irregular. Cierras tus ojos y muerdes tu labio inferior, evitando emitir sonido alguno.
Abre.- Sus dígitos tratan de separar tus piernas, pero tú sólo las aprietas más.- Sé una buena conejita y no tendré que castigarte.- Advierte, sin embargo, haces caso omiso.
Jungkook...- Un agudo ardor se hace presente en tu pierna, a lo que un leve jadeo se te escapa.
No, no, no.- Niega en un pequeño gesto con su cabeza.- Tú necesitas de disciplina, pequeña.
Te da vuelta, dejándote aplastar por él y lleva sus manos a tus labios.
Escúchame bien. Si tantas ganas tienes de hablar...- Susurra, arrastrando con sus dedos tu labio inferior hacia abajo.- Entonces quiero oír mi nombre ser gritado por esta boquita.
Aleja sus manos y acerca sus labios para dejar un beso húmedo en los tuyos, profundizándolo más a cada segundo que pasa.
Baja sus besos a tu cuello, mordiendo y dejando leves marcas en este.
Enriedas tus piernas en su cadera, a tal punto de poder llegar a sentir toda su longitud sobre tu intimidad, haciendo que más flujos salgan de tu interior.
Lentamente quita tu lencería y te deja totalmente expuesta a él. Sonríe, pasa saliva por sus labios y su boca se dirige a tu zona baja.
Comienza dando bruscos besos en los labios mayores, adentrándose hasta llegar a tu clítoris y comenzar a darle trabajo a su lengua.
Aleja su rostro y lleva dos de sus dedos, mesiéndolos hasta tocar tu punto dulce y sacarte un ronco gemido.
No, conejita.- Dice, para luego quitar sus dedos fundidos en ti.- Te correrás con mi polla muy dentro tuyo, apretandola.
Quita sus prendas de abajo, puesto a que ya no tenía sudadera, y de una estocada ya es parte de ti.
Comienza a moverse lento dentro tuyo, pero a medida que el tiempo avanza, aumenta la velocidad y la fuerza, dejándote delirando del placer.
Te prometo que la próxima vez no seré bueno con tu castigo.- Suelta, cuando ambos ya se liberaron, con la respiración agitada y aún sin salir de ti.