Una serie de determinadas reacciones eróticas junto a Jeon Jungkook.
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Lover (Parte 2)
-Cariño, ¿Me has extrañado?- Pasó su dedo índice desde tu mejilla hasta llegar al valle de tus senos y detenerse allí. Tu cuerpo tembló y los vellos se te erizaron.
Lo último que recordabas antes de despertar desnuda y atada a una cama con los ojos vendados era que te encontrabas saliendo de tu trabajo, para volver a casa.
Aquel idiota te había secuestrado.
-Yo no lo llamaría secuestro si la víctima accede a aquello.- Comentó, como si hubiese leído tu mente.
Te removiste, tratando de safarte de las cuerdas atadas a tus manos y pies.
Sentiste el colchón hundirse al lado tuyo, y ser acariciada con algo frío y largo.
-Luego de esta noche, considerarás olvidar esa idea de engañarme, ¿oíste? Porque sólo puedes estar conmigo, cariño. Tú sólo puedes ser mía.- Dejó un beso brusco en tus labios, antes de voltearte y dejarte boca abajo en la cama.
Suspiraste para soltar una queja, pero el ruido del fino y largo artefacto siendo estampado contra tu piel más el ardor hicieron que, de lo más profundo de tu garganta, expulsaras un grito ahogado.
Y como ese, fueron muchos más.
Tu garganta se encontraba seca y dolida, pero no más que tú trasero. Gruñiste al sentir sus dedos acariciar aquella zona rojiza.
Te volteó nuevamente, y se colocó entre tus piernas, esparciendo un cálido y pegajoso líquido en tu centro, para luego lamerlo junto con tus fluidos.
-Eres deliciosa, cariño. Pero tengo mejores planes para ti hoy.- Sin previo aviso, introdució un dildo en tu entrada a velocidad máxima, lo que provocó que te removieras sin control, despidiendo varios gemidos de tu boca.
Dejó varios besos húmedos desde tu ombligo, hasta llegar a tus senos y torturarlos con su boca; mordiendo y succionando.
Desesperado por un toque de tus labios, hizo chocar los suyos con los tuyos toscamente, introduciendo su lengua para explorar toda tu cabidad bucal.
Cuando ya casi estabas por llegar a tu orgasmo, gruñiste en su boca, sintiendo el aire faltarte.
-Eso es, intenta correrte.- Sonrió perverso, para luego quitarte el dildo justo antes de que pudieras llegar al clímax.
Desató las cuerdas de tus manos y piernas, incluyendo la venda de tus ojos.
-Bienvenida, cariño.- Te colocó arriba suyo, tomando el dominio de tus caderas, moviendolas en círculos y regozando del placer que le brindabas.- Haz lo tuyo.
Tomaste su pene y lo introduciste dentro de ti, para seguidamente comenzar a dar pequeños brincos.
Inclinaste tu cabeza hacia atrás, mientras largabas varios suspiros entrecortados y maldiciones.
Cuando él notó que bajabas la intensidad, porque comenzabas a a cansarte, te volteó, dejándote abajo.
Comenzó a dar estocadas brutas, que te provocaban dolor y placer al mismo tiempo.
-¡Ah! ¡Ah! ¡Jungkook!
-Eso es, cariño. Gime mi nombre, porque es el único por el cual puedes clamar.- Tomó tus manos y las colocó arriba de tu cabeza, aumentando sus embestidas.
