Ciudad cristal, 1920.
— Pero Percy, no puedes hacerlo — dije protestando.
— No Lara, si puedo y voy a hacerlo, si hubiera detenido al Doctor Manta y a sus clones a tiempo nada de esto hubiera pasado...
— ¿A qué te refieres con nada?
— La propagación mutante, el origen de los monstruos, la bomba nuclear, el virus, mi muerte y... — Percy dudó.
— Sabes que nada de eso fue tu culpa...
— ¿Ah sí? Dile eso a Peter, él no tendría esos poderes si yo hubiera evitado que aquel mutageno cayera al río hace veinte años.
— Percy, no lo hagas, si lo haces podrías causar una catástrofe.
— Catástrofe dices, esto ya es una catástrofe, Peter va por el mundo asesinando mutantes y esto...
Percy dirigió su mano hacia una ventana cubierta por maderas clavadas y sin tocarlas ni hacer esfuerzo las destrozo mostrando así la imagen de un balcón y de una ciudad Cristal ennegrecida y hecha escombros.
— Iré a 1900 y matare al Doctor Manta — dijo Percy.
— ¿Cómo sabes que Peter no ira también? — le pregunté
— Es que... — Suspiro — Peter no mato a Sommer — su expresión se oscureció — yo la mate, porque ella me lo pidió.
— Percy no lo harás — su comentario me enfureció, Prendí mis ojos lista para pulverizarlo.
— ¿Ah sí? ¿Y quién me lo impedirá?
— ¡Percy, no! — grite y Percy se desvaneció.
Disparé el rayo de mis ojos, pero ya era tarde, Percy se había ido, bote aire con rabia y salí a las calles destruidas de ciudad Cristal.
— No lo olvides Lara — me dije a mis misma en voz alta — cuatro vueltas para cada año.
Tomé impulso y comencé a correr en círculos, alrededor de un radio de cuatro metros. Con toda la velocidad que pude, un tornado se generó por la velocidad de mis giros y de repente simplemente viajé.
Ciudad Cristal, 1900.
Vi a Percy removerse en la cama, como si algo intentara atraparlo, sus ojos demostraban miedo a pesar de estar cerrados, como si estuviera recordando algo que nunca supo. Eran las 05:00 de la mañana.
Me puse encima de él, y luego intenté despertarlo, se levantó de un sobresalto como si de repente se le hubiera acabado el aire.
— Cariño ¿estás bien? — le dije.
— Lara, vi a otro yo...
•••
Salimos de casa de su padre, despedimos a Odan, la mayoría de las veces yo lo despedía dándole un beso en la frente y Percy... Percy pues lo tomaba en brazos y lo lanzaba al aire, solía gritarle «ya basta, podrías hacerlo caer» y el me respondía burlón «¿Pero de que hablas Lara? mi hijo es Superman».
Estábamos de camino a la ciudad, Percy no parecía de humor para hablar, ni si quiera para estar vivo, su expresión solo mostraba enfado.
— Cariño ¿te enojaste conmigo por irme ayer? — le pregunte con algo de cuidado de no molestarlo más de lo que ya estaba.
— ¿Qué? No, amanecí en la cama, volviste cinco minutos después, lo sé porque solo a ti se te ocurriría tomarme de las costillas para levantarme, amanecí con olor a medicamento, eso quiere decir que me pusiste una pomada en los moretones y también sentí el néctar de tus labios al despertarme.
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El Primer Héroe - El demonio de ciudad Cristal
Ficción General«la vida es opcional, pero la muerte obligatoria» - historia de héroes con tono realista - Un hombre volverá a su ciudad natal buscando nuevas aventuras en las cuales introducirse, pero se percatara que el mundo ha cambiado. Decidirá ponerse la cap...