Capitulo 14 - Más allá del tiempo -

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Ciudad cristal, 1920.

— Pero Percy, no puedes hacerlo — dije protestando.

— No Lara, si puedo y voy a hacerlo, si hubiera detenido al Doctor Manta y a sus clones a tiempo nada de esto hubiera pasado...

— ¿A qué te refieres con nada?

— La propagación mutante, el origen de los monstruos, la bomba nuclear, el virus, mi muerte y... — Percy dudó.

— Sabes que nada de eso fue tu culpa...

— ¿Ah sí? Dile eso a Peter, él no tendría esos poderes si yo hubiera evitado que aquel mutageno cayera al río hace veinte años.

— Percy, no lo hagas, si lo haces podrías causar una catástrofe.

— Catástrofe dices, esto ya es una catástrofe, Peter va por el mundo asesinando mutantes y esto...

Percy dirigió su mano hacia una ventana cubierta por maderas clavadas y sin tocarlas ni hacer esfuerzo las destrozo mostrando así la imagen de un balcón y de una ciudad Cristal ennegrecida y hecha escombros.

— Iré a 1900 y matare al Doctor Manta — dijo Percy.

— ¿Cómo sabes que Peter no ira también? — le pregunté

— Es que... — Suspiro — Peter no mato a Sommer — su expresión se oscureció — yo la mate, porque ella me lo pidió.

— Percy no lo harás — su comentario me enfureció, Prendí mis ojos lista para pulverizarlo.

— ¿Ah sí? ¿Y quién me lo impedirá?

— ¡Percy, no! — grite y Percy se desvaneció.

Disparé el rayo de mis ojos, pero ya era tarde, Percy se había ido, bote aire con rabia y salí a las calles destruidas de ciudad Cristal.

— No lo olvides Lara — me dije a mis misma en voz alta — cuatro vueltas para cada año.

Tomé impulso y comencé a correr en círculos, alrededor de un radio de cuatro metros. Con toda la velocidad que pude, un tornado se generó por la velocidad de mis giros y de repente simplemente viajé.

Ciudad Cristal, 1900.

Vi a Percy removerse en la cama, como si algo intentara atraparlo, sus ojos demostraban miedo a pesar de estar cerrados, como si estuviera recordando algo que nunca supo. Eran las 05:00 de la mañana.

Me puse encima de él, y luego intenté despertarlo, se levantó de un sobresalto como si de repente se le hubiera acabado el aire.

— Cariño ¿estás bien? — le dije.

— Lara, vi a otro yo...

•••

Salimos de casa de su padre, despedimos a Odan, la mayoría de las veces yo lo despedía dándole un beso en la frente y Percy... Percy pues lo tomaba en brazos y lo lanzaba al aire, solía gritarle «ya basta, podrías hacerlo caer» y el me respondía burlón «¿Pero de que hablas Lara? mi hijo es Superman».

Estábamos de camino a la ciudad, Percy no parecía de humor para hablar, ni si quiera para estar vivo, su expresión solo mostraba enfado.

— Cariño ¿te enojaste conmigo por irme ayer? — le pregunte con algo de cuidado de no molestarlo más de lo que ya estaba.

— ¿Qué? No, amanecí en la cama, volviste cinco minutos después, lo sé porque solo a ti se te ocurriría tomarme de las costillas para levantarme, amanecí con olor a medicamento, eso quiere decir que me pusiste una pomada en los moretones y también sentí el néctar de tus labios al despertarme.

El Primer Héroe - El demonio de ciudad CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora