Alrededor de las cuatro de la tarde llegamos a la entrada de "Bajo del Río", un camino que bordeaba y en un momento se encimaba a las vías del antiguo tren, siguiendo el cauce de un ti que dicen que tiene más de mil años pero que ahora no tiene casi agua; me sorprendí al observar que había dos autos más estacionados en la entrada y ninguno yendo hacia el puente, pero luego lo comprendí: el camino se angostaba tanto que al unirse en las vías, había una gran posibilidad de caerte hacia el río (que ahora se encontraba a 50 metro hacia abajo por la falta de agua).
-Deberíamos dejar el auto aquí, como hicieron las otras personas- mama comenzó a hablar, sabía que tenía miedo de caerse, ella era más precavida que papa a la hora de manejar. Papa en cambio siempre le gusto hacer hasta lo imposible con el auto, supongo que le hubiera gustado ser corredor o algo así- Cada vez está más angosto y no creo que sea lo más seguro, el auto es muy pesado y correremos un riesgo.
-No te preocupes querida, no falta mucho, además deberías confiar mis habilidades en el volante, en otra vida fui corredor en la fórmula Uno.
Papa siempre trataba de hacer chistes para evitar que mama se enoje o se preocupe pero a veces no funcionaba, como ahora.
El camino estaba completamente unido con las vías, pero no había pavimento, el auto andaba sobre arena y patinábamos bastante. Continuando el camino vimos que había varias personas, supongo los que dejaron el auto en la entrada.
Seguimos avanzando por el camino, entre dos pequeñas montañas y el río en el valle de estas, aunque el clima parecía desértico y no había muchos colores, era realmente hermoso. En un momento pude ver salir a una pequeña liebre de una planta y correr en dirección al río.
Avanzamos sobre las vías aproximadamente cuarenta y cinco minutos hasta que llegamos a una pequeña explanada, lo suficientemente grande para dejar el auto, justo al lado se encontraba el gran puente, y a lo lejos, el túnel.
El puente es inmenso, tal vez mida cien metros de largo, tiene las características de las construcciones antiguas, es grande y.... hasta se parece al Golden Gate pero en una versión más vieja y menos cuidada.
-¿Papá? ¿Podemos cruzar el puente?- pregunté, este lugar no parecía lo más divertido del mundo, pero estaba tan aburrida que podía olvidar mi miedo a las alturas con tal de no quedarme encerrada en el auto con el calor que está haciendo.
-Esa es la idea Keelan, tu madre va a quedarse de este lado y va a sacar fotos desde aquí mientras nosotros dos, cruzamos el puente y sacamos fotos de la otra vía que cruza con ésta en el valle del otro lado del túnel.
-Bueno.
Comenzamos a caminar y nos acercamos al primer peldaño del puente. La distancia entre cada peldaño era de al menos cuarenta centímetros, y a pesar de que al comienzo del puente estaba tranquila, ahora no. A penas estaba a 10 metros desde el comienzo y el viento soplaba no demasiado fuerte pero si lo suficiente para ponerme nerviosa, a penas en 10 metros conté veinte peldaños, sentía que la distancia entre cada uno de ellos comenzaba a agrandarse, o quizá era el miedo de caerme que sentía, o tal vez el pequeño pie que tenia.
Seguimos avanzando y pudimos ver el rio correr muy lejos del puente, el agua cristalina, de un verde hermoso, y algunos pequeños peces podían distinguirse desde aquí. Tomando un poco de valor, seguí cruzando el puente, sentía los pasos de mi padre justo por detrás.
60 peldaños y el viento era aún más fuerte, el vértigo era lo peor, ya no daba pasos con seguridad, simplemente contaba hasta 10 y hacía una pausa solamente pasa segur caminando.
Ya estaba llegando a los 100 peldaños cuando noté que el río se hacía más ancho, con un poco más de profundidad que antes y una gran corriente, debía estar a unos 60 metros por debajo del puente. El agua se veía hermosa pero tenebrosa, caerse en ella solo podía terminar en tragedia.
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KEELAN [En edición]
PertualanganKeelan Lafken, tiene 17 años, es la menor de 3 hijos, una chica introvertida pero que disfruta de la soledad casi tanto como viajar, adora a sus padres y su sueño es tener una gran aventura para recordar el resto de su vida. Keelan comienza sus vaca...