Aquella mañana, Jimin sabía que su esposo volvería temprano, por lo que se puso de pie y se sentó al borde de la cama para estirarse y de paso tomar las píldoras que el mayor le había traído unos días atrás.
Al parecer estaban dando resultado ya que el Alfa le había dicho que podía percibir su aroma, pero que era un aroma muy leve, relativamente normal, y aquello lo puso muy feliz porque tal como lo prometió, esa noche pudieron dormir en la misma cama, aunque a decir verdad cada quien se colocó en su propio lado pues la confianza aún no florecía completamente.
Sonrió de manera involuntaria cuando sirvió agua en la tetera para hacer té, y se imaginó un futuro en donde había pequeños cachorros corriendo por todas partes mientras ellos compartían algunos besos y caricias. Ahora que lo recordaba, su esposo no lo había besado más que el día en que se casaron «¿Debería hacerlo yo?»
Con ese pensamiento en la cabeza, Jimin se acercó a la alacena para buscar algo qué preparar, sin embargo el sonido del auto lo hizo correr a la ventana para ver llegar al Alfa. Estaba feliz, hasta que se percató de que había un hombre de espaldas a él parado a la mitad del jardín.
Por su cabello azabache pudo deducir que era un Alfa, además, tan pronto se dió cuenta de su presencia, percibió un aroma como a chocolate amargo y supuso que provenía de aquel individuo.
Con el ceño levemente fruncido, vió como el hombre se acercaba a su esposo luego de bajar del auto, y tras una pequeña charla ambos Alfas se dirigieron directamente al lugar en donde se encontraba la oficina del mayor.
Por alguna razón empezó a sentirse un poco nervioso. No sabía quién era ese sujeto y no sabía si sus intenciones eran buenas, después de todo, ellos se encontraban alejados de la ciudad en una zona donde nadie se podría enterar si los asesinaban.
Comenzó a dar vueltas por la cocina preocupado, a decir verdad el sujeto si podría ser un delincuente, pues llevaba unos pantalones oscuros rotos de las rodillas y una sudadera negra algo desgastada, pero la capucha de esta cubría la mitad de su cara impidiéndole ver realmente su rostro. Quizá no quería que nadie lo reconociera después de cometer el crimen. Aunque Jimin no tenía la culpa de creer eso, sus padres tal vez si.
Su labio inferior fue apresado entre sus dientes a tal punto de ponerse totalmente rojo después de tantas mordidas, pero no podía evitar estar inquieto, su esposo ya se había tardado en la oficina con el hombre. Tal vez era un asesino serial buscado en todas las ciudades.
Y para el momento en que los Alfas salieron de la oficina, Jimin ya se había creado toda una escena en la que debía luchar para sobrevivir.
—Jimin— lo llamó su esposo al ver que el chico no reaccionaba—. ¡Jimin!
Finalmente el menor giró su rostro exaltado y cuando vió al azabache completamente sano pudo soltar un suspiro de alivio.
—¿Quién era el hombre que entró contigo? ¿Qué quería?
—Oh, pues estaba buscando trabajo y dijo que vió la casa y pensó que quizá podría trabajar aquí.
—No aceptaste ¿Verdad?
El mayor sonrió de manera nerviosa y rascó su nuca antes de hacerse a un lado para que el hombre de vestimenta negra entrará con ellos a la cocina.
—Hola— hizo una leve reverencia y sonrió. Ya no traía la capucha en la cabeza—.Un placer conocerlo— levantó la mirada y se sorprendió al ver al Omega.
Jimin no respondió, se quedó totalmente inmóvil mirando fijamente al chico que se encontraba enfrente de él.
Sus ojos... Eran iguales a los suyos.
—YoonGi... Qué...— intentó hablarle a su esposo, pero la sorpresa era mucho más grande, jamás había visto a otro cambiaforma con heterocromía.
—Él es Jungkook... Y lo dejé... Lo dejé trabajar aquí— respondió preocupado al notar la mirada casi asustada de Jimin—. ¡Pero si no quieres...!
—Sus ojos— esas palabras interrumpieron la frase de YoonGi, quien también miró al otro Alfa sin comprender realmente cuál era su sorpresa.
Tal vez él no se sorprendió porque ya había visto a Jimin y no le parecía algo nuevo, pero para Jimin si era nuevo ver esos ojos de distintos colores en alguien que no fuera su reflejo.
—¿Sus ojos?
—Son iguales a los míos— habló esta vez Jungkook con la misma expresión de sorpresa—. Tus ojos, son como los míos.
YoonGi no supo qué hacer exactamente ante aquella escena. Su esposo y su nuevo empleado se miraban embobados como si no fueran capaces ni siquiera de parpadear.
—Bueno— finalmente habló dando pequeñas palmaditas en el hombro del otro Alfa—. Te mostraré en donde puedes quedarte.
Fue hasta ese momento que pudieron despegar su mirada del contrario y miraron a YoonGi aún desconcertados.
—Oh, si señor Min... Se lo agradezco.
—¿Estás de acuerdo Jimin?— preguntó a lo que su esposo simplemente asintió con su cabeza, ya que las palabras no eran capaces de salir de su boca en ese momento. Su corazón estaba muy agitado—. Bien, entonces sígueme.
Jungkook dió otra rápida mirada a Jimin y finalmente fue detrás de YoonGi. Jamás pensó que el aroma que percibió mientras cazaba, provenía de esa casa, y mucho menos esperó encontrarse con otro cambiaforma "parecido" a él.
Definitivamente eso parecía ser obra del destino, aunque aún no estaba muy seguro, porque después de un rato dejó de percibir el aroma, además no pudo detectarlo una vez estuvo ahí ¿Qué significaba todo eso? ¿De dónde provenía ese olor tan dulce? ¿Por qué de pronto no lo sintió más? Había muchas dudas en su cabeza.
Estaba emocionado y también un poco asustado, no comprendía nada, solo tenía el presentimiento de que algo fascinante ocurriría más adelante.
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Eternal Love || KookMin PAUSADA
FanfictionEsta historia es un Omegaverse algo diferente, ya que aunque no lo parezca, habrá mucho suspenso y tendrá varias sorpresas, no es un fanfic 100% de amor y romance... Si te gustan las historias de zombies, estas en el lugar correcto. Sinopsis: Jimi...