Comida

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El silencio en la mesa no era en absoluto incómodo, especialmente por las tímidas miradas y sonrisas que aquellos dos hombres se dedicaban de vez en cuando

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El silencio en la mesa no era en absoluto incómodo, especialmente por las tímidas miradas y sonrisas que aquellos dos hombres se dedicaban de vez en cuando.

—¿Te gustó la comida?— preguntó el Omega mirando como el Alfa comía con suma tranquilidad.

—Si, está realmente delicioso, te agradezco por la invitación.— sonrió verdaderamente agradecido provocando que el corazón contrario latiera muy rápido.

—Tienes pinta de ser un chico bastante rebelde, pero admito que tienes muy buenos modales.

—Pues en realidad antes no era así, antes era un mocoso maleducado.

—¿Enserio?

—Si, tuve una vida muy complicada.

Suspiró y tomó otra porción de carne que llevó a su boca mientras esperaba a que el Omega dijera algo más, pero ya que el silencio permanecía, JungKook levantó la vista y se topó con la mirada expectante del menor. Dió otro suspiro y se dijo a si mismo «¿Por qué no?» después de todo no tenía otro tema de conversación y por lo visto, JiMin tampoco.

—Mi padre es un Alfa, pero cuando era joven se mudó a la ciudad humana y allí conoció a mi madre.

—¡¿Tu madre es humana?!— preguntó sorprendido.

—Si, era obvio que el resultado de esa unión sería algo... diferente, desde el embarazo las cosas se complicaron y cuando nací, mi madre falleció. Yo soy un Alfa y soy un cambia forma, aunque creo que era obvio que sería así porque los genes de mi padre predominaban, pero con el tiempo me di cuenta de que él no me quería, decía que era un monstruo porque era diferente, y cuando cumplí trece años me echó de casa.
En un principio creí que yo realmente era un monstruo y que tenía alguna especie de maldición, ya que los demás cambiaformas que conocí siempre se burlaban de mí. Cuando cumplí dieciséis años tuve mi primer celo y las Omegas se interesaron en mi, decían que era muy atractivo y aquello me levantó un poco el ánimo... Generalmente se sentían atraídas por mis ojos y entonces creí que era algo especial.
Empecé a juntarme con malas personas, eran humanos pero aún así me dejaron estar con ellos porque no sabían mi verdadera naturaleza... Comencé a tomar en exceso, comencé a fumar e incluso probé las drogas... Una noche me puse muy mal y entonces perdí el control, me peleé con un tipo en un bar... Cuando desperté, el tipo estaba medio muerto en el suelo y los demás inconscientes. No recordaba nada. Había una mujer a mi lado que tenía un moretón en la mejilla y no supe si yo la había golpeado, así que me fuí de ahí y desde ese entonces me refugie en el bosque. Por lo general permanecía en mi forma animal... Pero hace unos días percibí un aroma que me trajo hasta aquí.

Tras esas últimas palabras el silencio volvió a inundar el lugar. JiMin no tenía idea de qué decir, nunca había escuchado algo como lo que le acababan de contar.

—No quiero que vayas a asustarte de mi— siguió hablando el Alfa—, eso quedó en el pasado y ahora soy distinto.

—Yo... No lo dudo— aclaró su garganta y bajó la vista hacia su plato sin dejar de mover su tenedor sobre la carne—, solo me sorprendí un poco... No puedo creer que tu padre hiciera tal cosa.

—Si, bueno— se encogió de hombros—, algunos Alfas son así... Pero ya no me siento mal por eso, aprendí a valerme por mi mismo.

—Pues yo creo que eso te hace muy especial.

Ambos se miraron fijamente por un par de segundos antes de que una pequeña sonrisa apareciera en los labios de JungKook, dejando al Omega totalmente hipnotizado.

—¿Y qué hay de ti?

—¿Eh?

—¿Qué hay de ti? ¿Cómo ha sido tu vida? Me imagino que hasta hace poco pensabas que eras el único con este... "problema"— señaló sus ojos.

—Si, es verdad... Pensé que era el único cambiaforma con heterocromía, nunca antes ví a otro igual, hasta que te conocí.

—Bueno, ya somos dos.

—Me sorprendió mucho.

—Debo admitir que a mí también me sorprendió.

—Y... ¿Tú crees que eso en ti... Se deba a que tú mamá era humana?

—En realidad no lo sé, pero supongo que sí.

—Pero si mi mamá es cambiaforma también... ¿Por qué yo nací así?

—No lo sé— se encogió de hombros y miró por la ventana que ya casi estaba oscuro—, yo creo que existen muchas cosas que simplemente no tienen una explicación, solo suceden así... Además me he dado cuenta de que muchas veces lo diferente puede resultar más hermoso que algo común.

—Mis padres no lo ven así... Cada vez que me miraban parecía que veían un fantasma, como si les asustara lo que tengo... Alguna vez intenté salir con Alfas, pero simplemente huían de mi.

JungKook frunció el ceño y volvió la vista a JiMin, quien tenía la cabeza gacha y las manos hechas puño.

—¿Huían de ti? ¿Solo por tus ojos?

—Ahhh... Bueno pues... si— mintió, no quería que JungKook supiera de su otro problema. Hasta ese momento las píldoras parecían funcionar porque el Alfa no había hecho ningún comentario al respecto.

—Eso es estúpido, tus ojos son hermosos... Todo tú eres hermoso— dijo con molestia sin pensar bien en sus palabras, solamente imaginando qué estaría mal en aquellos que pensaron lo contrario, pero cuando observó la expresión de JiMin, se dió cuenta de lo que había dicho.

Ante el cumplido, ambos guardaron silencio largo rato, como si hubiera dicho algo indebido. Solo compartiendo una mirada que provocó no solamente el sonrojo en las mejillas del Omega, si no que un leve rubor también pintó las mejillas del Alfa.

—Nadie... Me había dicho eso— murmuró el menor cuando por fin habló, aunque su voz brotó pausada y casi inaudible.

JungKook se quedó callado luego de esa respuesta, no porque no quisiera seguir hablando, si no porque el brillo en aquellos ojos claros le golpeó fuertemente en el corazón. Nunca vio tanta inocencia y felicidad en una simple mirada.

—La... La comida estuvo deliciosa... Pero creo que ya es momento de irme.

—Ohh... Está bien— sonrió decepcionado porque él quería seguir teniendo la compañía de aquel Alfa—, espero que podamos compartir más comidas... Me siento muy solo a veces.

El azabache ya se había puesto de pie cuando JiMin acabó de hablar. Tenía su plato en la mano dispuesto a llevarlo al fregadero, pero esas palabras lo hicieron sentirse intranquilo por razones que no entendía. No le gustó escuchar que el Omega se sentía solo... Comprendía bien que su esposo era un gran empresario, pero aquello no le daba derecho de abandonar a su pareja tanto tiempo.

—No te preocupes, yo vendré a hacerte compañía siempre que quieras— le guiñó un ojo y finalmente dejó el plato para seguidamente retirarse.

Y JiMin, pues él solamente buscaba calma para su acelerado corazón.

Eternal Love || KookMin PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora