Eternal Love || KookMin PAUSADA

Tatuajes

Transcurridos un par de días, YoonGi recibió una llamada de la empresa y JiMin supo de inmediato que pronto el Alfa se iría de nuevo, aunque en ese momento su atención no estaba en él, si no en el otro Alfa de cuerpo tonificado que se encontraba arreglando la cerca del frente.

—JiMin, ya me tengo que ir— lo llamó el hombre acomodándose su corbata—. ¿JiMin?

Frunció el ceño cuando se percató de que su esposo estaba nuevamente mirando por la ventana de la habitación.

YoonGi no era idiota e inmediatamente se dió cuenta de que esos dos se miraban de vez en cuando. Lo que no sabía, era si se trababa de la curiosidad que sentían por aquella heterocromía, o por algo más allá. Decidió no darle tanta importancia, después de todo JiMin siempre era muy atento con él y JungKook era un buen chico bastante trabajador.

—¡JiMin!

Solamente así el menor reaccionó y le dirigió la mirada.

—¿Qué?

—Que ya me voy... ¡Cielos! deberías de tomarle una fotografía, dura más.

Las mejillas del menor se encendieron de un leve tono rojizo inmediatamente.

—¿Q-Qué? Y-Yo no...

—Por favor, te he pillado mirándolo más de la cuenta— habló de manera tosca provocando que el rubio se encogiera en su lugar.

Él no quería que su marido se enojara o mal interpretara las cosas, JiMin solo tenía curiosidad, quería saber más sobre Jeon JungKook y quizá así él también sabría porqué nacieron de esa manera.

—N-No yo...— ante los ojos cristalizados y cuerpo tembloroso, YoonGi supo que lo había asustado con su tono voz, aunque su intención jamás fue intimidarlo.

—Tranquilo— se apresuró a decir yendo hacia él para abrazarlo—. No quise asustarte, solo...— suspiró— Olvida lo que dije, fue una estupidez.

—S-Solamente tengo curiosidad... Me gustaría saber porqué nací así.

—Lo entiendo— apretó un poco más al menor contra su pecho y dejó un beso en su frente— Lamento haberte asustado.

—No... No te preocupes— intentó sonreír y dejó un beso en la mejilla de su esposo— Cuídate ¿Si?

—Está bien, volveré en dos días.

Tras una corta despedida, YoonGi tomó su maleta y salió de la casa directamente al automóvil, en donde un Beta ya se encontraba esperándolo.

A él realmente no le molestaban aquellas miradas, pero de alguna manera le incomodaba. No podía decir que amaba a JiMin y que estaba celoso del otro Alfa porque sería una mentira. YoonGi no lo amaba. A penas estaba comenzando a sentir cariño por el Omega y jamás sería capaz de lastimarlo, pero su corazón nunca podría aceptarlo como su verdadero amor, porque él ya estaba enamorado de otra persona.

Al atardecer, cuando el sol comenzaba a ocultarse, JiMin terminó de preparar la comida. Se había demorado más de lo que pensaba.

YoonGi le había dicho que no era necesario que hablara con JungKook si no quería, pero el pequeño Omega se sentía muy solo y se le ocurrió ir a buscar al empleado para invitarlo a comer con él, por eso en ese momento se hallaba parado frente a la pequeña pieza que estaba separada de la casa, misma en donde habitaba el otro Alfa.

—¿JungKook?— lo llamó tímidamente dando un par de golpecitos en la puerta—. ¿Estás ahí?

Tocó por más de cinco minutos, pero nunca nadie respondió, así que pensó que tal vez estaba dormido o quizá había salido al bosque a cazar.

Resignado se dió la vuelta para irse, pero justo en ese momento chocó contra algo, o más bien contra alguien y un pequeño grito abandonó su boca debido al susto; sin embargo pronto se dió cuenta de que era JungKook.

Sus mejillas no tardaron en sonrojarse al darse cuenta de que sus manos habían apretado fuertemente los musculosos brazos del hombre.

—Oh, lamento haberte asustado.

—N-No importa— respondió nervioso.

JungKook era muy alto, incluso más alto que su esposo, por lo que su cabeza a penas alcanzaba el pecho del Alfa. Eso fue lo que le puso aún más nervioso, ya que sus ojos quedaron perdidos en aquellos firmes y bien formados pectorales.

—¿Estás bien?

—Si... Estoy bien— respondió embobado.

—¿Seguro?... Porque me estás apretando demasiado fuerte.

Fue en ese momento que JiMin finalmente levantó la cabeza y sus ojos se conectaron con los contrarios mandando un escalofrío por todo su cuerpo.

—¡Lo siento!— se disculpó al instante soltando los brazos del Alfa, que para su sorpresa se marcaron con sus dedos.

—No te preocupes... ¿Necesitabas algo?

—No, nada.— sin esperar contestación se alejó con pasos veloces sintiendo la necesidad de huir, pero tan solo unos metros más adelante detuvo su andar y se regañó a si mismo por ser tan cobarde. Su respiración estaba muy agitada al igual que su corazón, pero aún así volteó y se encontró con esos ojos que lo observaban confundidos—. En realidad... Quería que comieras conmigo.

La sorpresa en el rostro contrario no se hizo esperar, pues de todas las opciones que pasaron por su cabeza, esa era la única que no se imaginó.

—¿De verdad?

—Si... ¡Pero si no quieres lo entenderé!— apretó sus ojos y puños como si fuera a recibir un fuerte golpe. En realidad JiMin estaba acostumbrado al rechazo, pero no quería que aquello fuera a suceder en esa ocasión.

—Me encantaría.

—¿Eh?

—Que me encantaría, solamente déjame ponerme una camiseta.

Con una sonrisa en los labios, el Alfa se adentró a su cuarto y pasados un par de minutos salió con una camiseta de color blanco cubriendo su tonificado torso.

—Estoy listo— dijo sonriente mientras sacudía suavemente su cabello un poco largo con algunas ondas que le daban algo de volumen.

Y JiMin sentía que su cara iba a explotar en cualquier segundo. No se había percatado de que el Alfa poseía varios tatuajes en su cuerpo, pero el que más llamó su atención, fue uno que llevaba en el hombro, al parecer era un lobo aullando a la luna llena. JungKook lucía demasiado sexy para su salud mental, por eso desvió rápidamente la mirada. No podía estar babeando por otro Alfa cuando él era un Omega casado.

—V-Vamos adentro.