Alemania, el país con
un misterio enorme,
una familia hecha
para matar, bien entre-
nado. ¿En que usaria
esa ventaja?
Claro, en un ruso.
Alemania al igual
que este sovietico,
se pierden en los
ojos contrarios,
y los dos,
luchan con un...
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Se encontraba un alemán precensiando una discusión entre dos organizaciones. Este estaba detrás, callado, con un rostro sin interés. No perdía su postura.
Las dos organizaciones estaban al borde de los golpes.
Alemania solo escuchaba, no podía hablar, no podía opinar. Al fin y al cabo estaba siendo usado.
— ¡METETE TU FUCKING PROYECTO POR EL CULO! — Grito una de las organizaciones al contrario que era un poco mayor a él. A la vez retenía los consecutivos intentos de puñetazos.
— TÚ, quisiste AYUDAR. AHORA DEBÉS SEGUIR MIS ÓRDENES. — el de gafas sacó un arma, apuntando en el estómago del otro.
Alemania intervino, no debía, pero lo hizo.
— Calmate, o mi trato contigo se rompe. — Amenazó a el de gafas negras, que después de un largo silencio volvió a guardar el arma.
— Bien. Mocosos. — Se cruzó de brazos y frunció el seño.
Alemania recibió un gracias en susurros por la víctima, no respondió. Parecía lo mínimo interesado.
— Alemania, ¿Quieres obtener algún tipo de entrenamiento especial?, tengo un comandante aparte listo para darte un bu-
— No hace falta pequeña basura, Germany es todo un país genial. Capaz de matar millones de vidas en un minuto. — Halago emocionado una de las organizaciones, recibió una cara antipática del soldado menor. Y bueno, Alemania solamente se dio la vuelta para poder sentarse en el escritorio.
— No te pases, corralito. —Suspiró estresado.— dime el plan, yo obedecere. Pero no prometo nada. —
— Con que obedezcas y estes callado es suficiente.
— Alemania, acuérdate; ten siempre tu postura seria. Si algo se sale de control nos encargaremos nosotros. Te llegará un E-mail de mi parte explicandote. Debemos irnos.— Dicho y hecho, el soldado agarro el brazo del de gafas jalandolo y retirándose de la oficina ajena.
Vaya mision pesada tenía el alemán.
Y un ruso se interpuso.
[...]
— Es sólo una ushanka. Rusia, luego te compró otra... — Rusia bajo la mirada, el menor fue agarrado de los hombros y agitado por el más alto.
