CAPÍTULO 8

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Empecé a trabajar sumida en mi nube particular. ¿Se podía ser más feliz? Hoy tenía que trabajar en una demanda que había puesto una pequeña empresa de publicidad a una grande empresa, dónde supuestamente está había robado sus ideas de un spot publicitario. Por mi parte me tocaba defender a la gran empresa. No era un caso muy complicado, pero como eran mis primero pasos en este mundo, trabajaba el caso junto a James. James era un chico de unos 30 años, des de que acabó la universidad era la mano derecha de mi padre. para mi era como un hermano. Con su esfuerzo se había ganado una gran reputación entre los abogados, muchas veces era temido y todo. En su trabajo era una persona constante, dura y muchas vece fría, pero fuera de él era una persona encantadora y cariñosa. James era alto y delgado. Rubio con unos ajos azules donde perderte. La verdad es que hacia suspirar más de un corazón en la ciudad, pero por lo que habíamos hablado varias veces no se quería comprometer con nadie. La verdad era una pena porque era una maravilla de hombre. Siempre he pensado que harían buena pareja con mi hermana mayor Lucía. Sabía que alguna que otra vez habían quedado para cenar juntos, pero eran como dos libros cerrados, nunca me contaban nada ninguno de los dos. James entro en mi despacho. Iba vestido con un traje y una corbata negros que conjuntaban con su camisa blanca. Era un chico atractivo. -Buenos días Lía! ¿Cómo estás pequeñaja? - Buenos días James. Muy bien. ¿Y tu?-No me puedo quejar.-Que raro! no se como lo haces pero u nunca te quedes quejar. Algún día me tendrás que explicar tu secreto.-Pequeña si te lo cuento dejará de ser mi secreto.-En eso tienes razón. -¿Preparada para empezar? Este es un caso importante para ti, piensa que si logras ganarlo vas a empezar a abrir muchas puertas en el mundo.-La verdad es que tengo muchísimas ganas, estoy un poco harta de trabajar en divorcios. Necesito un poco de acción.-Pues ya sabes que nos toca.

Se sentó junto a mi lado y empezamos a trabajar codo con codo. Se me pasó la mañana volando. Cuando miramos el reloj ya era la hora de irnos a comer.

-¿Ya es la hora de comer? como pasa el tiempo..-Va vamos que te invito a comer.-Vamos va, que si llegamos tarde mi padre nos matará.

Salimos de mi despacho, nos despedimos de mis padres que aún estaban allí y bajamos a la calle. Elegimos un pequeño restaurante dónde solíamos ir a veces dos calles más lejos de la oficina.

Comimos entre risas y confidencias.-Así que al final lo has conseguido.-Ya sabes que no me rindo fácilmente- había omitido la parte donde había estado horas llorando, no queria que se precupara.

-Estoy orgullosa de ti pequeñaja, pero como se le ocurriera romper este corazón- me diseñalándomeme- se las va a ver conmigo. -No lo va a hacer James. -Eso espero porque sino tendrá problemas.

No pude ocultar que un sentimento de dulzura y admiración recorriera mi cuerpo. James de verdad era un buen amigo.

-¿Y que tal te ido a ti el fin de semana? ¿Que has hecho?- Pues no mucho. El sábado fuí a cenar y salí un rato. Y ayer me quede en casa descansando.-Con quién fuiste a cenar?- mi pregunta le puso nervioso, ya me lo imaginaba yo con quien habia ido.-Lía no seas cotilla.-Venga va, lo llevas escrito en la cara chaval.- ¿A si llistilla?- Des de que hemos llegado no paras de enviar mensaje con el móvil. Y creo que acierto si solo te digo una palabra.-A ver que me dices ahora.-Lucía.

En sus ojos vi ternura y una sonrisa se formó en su boca.

-¿Sabes que te detesto no?-Ya te gustaría a ti eso cuñado.-Sabes que no me gusta que me llames así.- En el fondo sabes que te encanta.-Lucía y yo solo somos buenos amigos.-¿Pero con derecho a roce no?-Anda cotilla no pienses cosas que no son. Solo salimos a cenar y a tomar una copa como buenos amigos. - ¿Y no pasó nada más?- le dije levantando una ceja.-Mi boca esta completamente cerrada. Solo digo que somos amigos y ya está. Tema cerrado.

Solo necesito una noche contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora