Cap. XII

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En el camino a casa de Carlos varios curiosos se detienan a mirarme , la mayoría seguramente escandalizados de que una chica joven tuviera ese cuerpo, lo reconozco, mi aspecto era el de una mujer entrada en años , descuidada y seguramente con un sobrepeso inicial alarmante. Por otro lado eso no me interesaba , a decir verdad eso no me dasgradaba al contrario , era una extraña manera de recibir  una clase de atención que nunca había experimentado.

No solo en la calle era evidente la impresión que daba a la gente , en la escuela evidentemente el trato era diferente, los chicos me molestaban con apodos "hirientes" , las chicas por supuesto se portaban como unas perras, algunos profesores me miraban con algo de lastima o con evidente sopresa por mantenerme por un camino poco usual en las jóvenes de mi edad. Era algo curioso , en cuanto una chica gana peso drásticamente inmediatamente piensan que es un problema psicológico, casi lo mismo que cuando lo pierden aunque este es más tardado debido a que las personas prefieren ver a alguien más delgado que a alguien más gordo.

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[-Hey, lo siento, no podré ir por ti en la salida , te tengo preparada una sorpresa que aún no termino, te mando la dirección de mi casa . Cuando estés cerca llámame y saldré a recogerte.

Besos para mí gordita]

Ya me encontraba lo suficientemente cerca de su casa para hacer esa llamada; camine el tramo que me restaba con notoria dificultad, el uniforme me quedaba pequeño , me sofocaba y se pegaba tanto a mi cuerpo que se metía por los espacios más pequeños como lo era por mis axilas, entre el inicio y final de algunas lonjas y no podía faltar mi trasero , el fondo que llevaba bajo la falda tenía que ser continuamente estirado para evitar que se volviera una tanga muy apretada.

-Hola , ya estoy aqui, ¿Podrías venir por mi?

-Claro, enseguida.

Lo ví llegar desde la distancia , llevaba puesto una camisa de vestir lila arremangada hasta sus antebrazos, unos pantalones negros y se vía recién salido de la ducha. El me miró con una discreta pero evidente sopresa.

Me hizo pasar por la reja dónde un guardia bien vestido me saludo y lo mismo hizo con él, al alejarnos de la caseta se ofreció a cargar mi mochila y tomó mi mano. Una sonrisa radiante me hacía temblar como gelatina cada que me miraba y preguntaba cómo había estado mi día o se disculpaba por no haberme acompañado todo el camino hasta allí.

-Descuida, no fue tan largo como creí que sería, aunque me siento que vengo sin estar lo suficientemente arreglada para ti.

Confesé en voz baja y mirando mis ropas llenas de sudor en algunas partes , en otras , manchas de comida en mi regazo y el resto de papas fritas o algún chocolate en mis bolsillos.

-Puedes ducharte en mi casa , pensándolo mejor, creo eso sería lo mejor , tengo algo para ti que quiero que te pruebes.

Me miró coqueto acentuando más su sonrisa , debió notar como me sonroje porque al instante soltó una risa algo contenida.

Caminos a lo largo de un hermoso jardín que era rodeado por altos setos bien podados , el sonido de el agua cayendo por la fuente era totalmente relajante , el camino de grava nos conducía hacía una puerta doble grande, de una madera oscura y bien pulida, su casa se veía por fuera bastante grande , no tanto para ser una mansión pero sí era considerable.

Entramos y me fue guiando por los pasillos y las habitaciones, conversamos de lo genial sería poder pasar ahí las vacaciones sin que nadie molestará nuestras actividades , nos reímos de los cuadros colgados que poco tenían de atractivos.

Llegamos a su habitación , la cual era espaciosa, una cama grande con mesitas de noche a cada lado , un armario empotrado a la misma  pared en la que estaba la puerta. Un baño con tina y regadera al lado de la alcoba . Estanterías de metal llenas de libros , consolas y una que otra fotografía de su famila. La única ventana están arriba de su escritorio al otro lado de la estancia , un sol del atardecer soltaba sus rayos anaranjados po ahí.

Mis cosas se quedaron en una silla blanca  que parecía formar parte de un conjunto de sofás que no podía ver por ninguna parte.

Lógicamente al estar por fin a solas comenzamos a besarnos , sus labios eran suaves y gentiles con los míos, estaba aprendido a besar así que deje que me guiara. Antes de acentuar el humor que estaba adoptando el momento me separé con unas manos sobre su pecho.

-Me gustaría tomar ese baño , si no te importa.

Estuvimos de acuerdo , me pidió que dejara mi ropa en el lavabo para que después él pudiera entrar a recogerla y llevarla a lavar, me aseguro que no estaría ahí más del tiempo necesario pero era como si yo quisiera que no cumpliera esa promesa.

El agua caliente se resbala por todo mi fofo cuerpo, me costaba llegar a zonas para poder limpiarlas , tuve que levantar en más de una ocasión mis senos para poder quitarme el olor a sudor que tenía debajo. Lo mismo paso paso cerca de mi intimidad , la barriga que tenía era demasiado grande como para dejarme ver ahí abajo así que tenía que adivinar por el tacto dónde se encontraban.

Cuando  entró , como dijo que lo haría, tomo mis cosas y se retiró aunque podría jurar que ví su sombra detenerse justo en la puerta para admirar mi silueta proyectada en la cortina.

¤《Sin grasa no hay parasio》¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora