CAPÍTULO 8

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"FALSOS OJOS"

Y si me arriesgué fué porque pensé que eras diferente

Caminaba por las frías e luminosas calles de Edimburgo, mientras la gente me miraba sus rostros se desfiguraban al ver a una chica sola caminando con la ropa rasgada y semidesnuda, estaba pensando lo peor cuando nadie se acercaba a ayudarme.

Hasta que alguien lo hizo.

Un chico alto, rubio, pelo ondulado, ojos verdes, su cara era totalmente lisa, solo un pequeño lunar en su pómulo derecho se interponía en su cara de porcelana, sonrisa perfecta y voz sencilla y única.

-Oye, ¿Estás bien?

-Sí, lo estoy- respondí queriendo alejarme.

-Pero parece que tus ojos estallaran en lágrimas apenas estés sola.

No supe que decir.

-Ven conmigo-dijo tomando mi helada mano llevándome con él a un bar.

No sabía si volver a confiar en los hombres después de todo lo que me han causado muchos de ellos, pero por alguna razón confiaba en ese chico extraño que se apareció a mitad de mi camino.

Tengo que dejar de confiar en todos.

Entramos a un bar donde literalmente era la única mujer, entré casi semidesnuda y todos me empezaron a mirar y a reírse de mí, le solté la mano al chico extraño y salí empujando la puerta.

-Oye, ¿A dónde vas?

-No voy a entrar ahí.

-Pero necesito curarte.

-No necesito tu ayuda.

-Si lo necesitas. Sé que no me conoces y algo te sucede, no te haré daño, confía en mí- sonrió sin mostrar sus dientes acercando su mano para que la tomara.

La agarré con un poco de desconfianza y volvimos a entrar al bar.

Le pidió al cantinero un pañuelo mojado para limpiar el barro que tenía en mi cuerpo, el barro que él podía ver.

-No es bueno que una chica ande sola por la calle.

-Ya tengo algo de experiencia.

-Aún no se tu nombre.

-Ni yo el tuyo.

-Soy Austin

Su nombre me pareció muy familiar, pero no podía recordar de donde y me estaba matando la cabeza.

-Yo Ariadna-dije estrechando mi mano para que la tomara y así sentir algo de calor humano, del bueno.

-¿Qué tomas?

-Whisky.

Después del whisky se me olvido buscar en mi memoria en donde había escuchado su nombre.

-Buena elección.

Sonreí falsamente, tratando de que se diera cuenta de que no quería estar ahí.

Mientras el cantinero nos servía los tragos, el me miraba, como si quisiera tratar de descifrarme y adivinar mi vida.

Será difícil.

Su sonrisa era como la de un chico millonario y malévolo como un personaje necesario que hay en algunas series de adolescente. Levantaba su ceja derecha mandándome el mensaje de que ya descubrió mi nuevo secreto, muy nuevo.

-Te descifre.

-Te escucho-dije apoyándome en el mostrador y mirándolo como si lo desafiara.

-Eres escritora, por como hablas, usas palabras apropiadas, seguro ya publicaste un libro o estás por hacerlo. Bailas, por tu cuerpo. Eres cantante por tu hermosa voz. Te gusta la aventura y desafiar a los demás, por como haces tus gestos y por tu ropa rasgada seguro venías de escalar la montaña y caíste. Por eso no estás muy bien, estas decepcionada. Te encanta el universo por ese collar. Te emborrachas seguido te tomaste el trago antes de que empezara a hablar. Amas el amor por cómo se te iluminan los ojos cuando escuchas esa palabra.

Resistiendo el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora