「01」

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Corre

Es tiempo de huir, ni se te ocurra mirar atrás.

Pero realmente escapar es el comienzo del camino

Se había preparado por semanas para lo que llamaba "el gran escape", tenía ropa que le hacía ver como un forastero, se encontraba ajustando su hakama negro alrededor de su cintura y se dispuso a tomar su haori encima del kosode blanco. Agarro un par de getas entre sus manos para no hacer ruido, encima de su cabeza puso un sobrero de paja que tenía un velo para cubrirle casi hasta la mitad de su cuerpo.

Efectivamente estaba listo para desaparecer de su casa , estuvo dos horas esperando a que todos se durmieran. Revisó por última vez los alrededores, daba pasos silenciosos mientras sus pies tocaban el pasto del jardín.

Realmente extrañaría ese lugar, en especial la pequeña laguna que era un paraíso para sus peces favoritos. Se quitó todo pensamiento que le hiciera declinar de su decisión y reanudo el paso ahora más rápido.

Más rápido, no hay quien te detenga

Se libre

Subió al muro que limitaba su ahora antiguo hogar y se despidió en silencio. No más desprecios, no más maltratos, no más sentimiento de inferioridad, no más kimonos, nada de viejos amigos de sus padre que venían a pretenderle. Prefería mil veces enclaustrarse en el templo que ir y vivir con un desconocido que probablemente lo desecharía al primer error.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos pudo al final exhalar todo el aire contenido, estaba afuera, sin nadie persiguiéndole. No podía con este sentimiento que hacia poner su piel de gallina, tenía ansias de llegar a su destino: al santuario Amano Iwato

※※※

Había caminado toda la noche para poder llegar, sudaba mucho y sentía el agotamiento adormecerle, su cuerpo no resistiría mucho el haber caminado un trayecto tan largo, pero valía la pena. La persona en la cual confiaba, quién le recibiría con los brazos abiertos y le alegraría con algunas de sus bromas, quién le cuidaría y jamás le juzgaría, esa persona estaba solo a unos pasos

Unos pasos más, solo un poco más

Pero antes de si quiera llegar a la entrada del templo cayó, su cuerpo estaba totalmente rendido y no podía seguir más allá del portal del templo con la luz del amanecer cubriéndole

※※※

Cuando abrió los ojos otra vez pudo ver la luz del sol, pero a diferencia de la anterior vez que estuvo despierto, ahora el sol se ocultaba. El haber descansado le había hecho ganar algo de fuerza; se levantó del suelo, limpió un poco su ropa y se dirigió a la entrada del santuario.

Recordaba que no era tan grande, los visitantes venían más que nada para rezarle a Amaterasu en la cueva donde según la leyenda se había enclaustrado y los otros dioses fueron a sacarle de su auto encarcelamiento para que así el mundo pudiera seguir como normalmente lo hacía... o bueno algo así recordaba, la verdad cuando se encuentre otra vez con Junko le preguntaría de nuevo. A fin de cuentas aquí es donde se quedaría a vivir el resto de su vida, no recordaba alguna vez haber sentido su piel crispar de la emoción

— Junko, dime donde estas —pronunció bajito mientras seguía dando vueltas

Con la posibilidad que su joven amiga y el sacerdote a cargo estuvieran en la cueva al pie de la montaña, decidió bajar, no sin antes haber tomado algo de alimento de la cocina. A esta hora recordaba que estarían en el templo, pero también podrían estar haciendo unos rezos, no importaba de todos modos. Estaba más que seguro que el sacerdote le aceptaría, trabajaría duro para ganarse el pan y no se arrepentirían

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2020 ⏰

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