EL REGRESO DE ZOE.

6. Un día a tu lado

EL REGRESO DE ZOE

Capítulo 6.

—Zoe Johnson—

Cuando decidí venir al supuesto almuerzo con los papás de Alex no pensé que el que me estaría esperando sería él y que terminaríamos por arreglar las cosas. Lo quiero y eso no puedo negárselo, sin importar lo que haya pasado mi corazón siempre le va a pertenecer porque el corazón no conoce de razones ni de lógicas, solo conoce de amor y es lo que siento cada vez que miro a Alex.

Suelto una carcajada al escuchar a Alex decirme que pasemos el día juntos, claramente no puedo quedarme con él todo lo que resta de la tarde. Ya no la hemos pasado viendo películas, comiendo y haciendo una que otra cosa indebida que siendo sincera me tienen mis pequeñas bragas húmedas.

—¿Entonces, pasaremos todo lo qué resta de la tarde juntos? —Me sonríe y me sube en sus piernas—. Solo haremos cosas de parejas, te recuerdo que no hemos tenido nuestra primera cena romántica, no hemos salido a pasear y tampoco...

—Nunca hicimos nada de eso porque nos encargábamos de hacer cosas mejores —lo abrazo—. Me quedaré contigo con una condición.

—¿Cuál? —Sonríe—. Espero que sea algo fácil.

—Que nunca, por ningún motivo, te den ataques de celos delante de Evan, sabes que nos veremos la mayoría de tiempo y no quiero que nada sea incómodo, los dos estaremos juntos, pero apenas me case olvidamos toda esta locura.

—¿Y es que estamos juntos? —Lo empujo y se ríe—. No pongas esa condición, sabes que te morirás de celos cuando me veas con Clarine y mejor salgamos ahora mismo porque pasaras el mejor tarde de tu vida.

—Espero que sea así porque si no te jodes y no hay premio —muerdo mi labio y le giño un ojo.

Nos levantamos y me arreglo un poco el vestido que hasta hora lo tenía por la cintura, Alex no ha dejado sus manos quietas. No sé donde me llevará pero sé que esto es como especie de una cita y me encanta que podamos estar juntos así sea por este día. En el camino me dice que iremos a Light World, no tengo la menor idea de que es hasta que llegamos y me ayuda a bajar del auto.

Caminamos por unos pasillos que están medio iluminados con algunas velas y con cuadros de algunas parejas besándose que brillan un poco con luces fluorescentes que le dan un toqué romántico. Salimos del pasillo y mi boca se abre cuando veo lo que está frente a mis ojos. Hay un enorme jardín lleno de flores de todo tipo y en cada esquina hay unos enormes floreros llenos de flores artificiales que brillan con una intensidad impresionante.

Miro por los alrededores y solo estamos los dos solos, lo pienso por unos segundos pero entrelazo su mano con la mía y sin esperarlo me pega a su cuerpo para darme un abrazo y dejar un beso en mi frente.

—Light world es uno de los mejores lugares románticos y por suerte nos tocó solos —sonríe—. Nos darán especie de unos globos transparente igual que lápiz y papel ahí cada quien escribirá lo que siente por la otra persona y al final de este jardín nos darán las notas pero tú recibirás la mía y yo la tuya.

—Qué romántico eres —bromeo—. Me encanta esto Alex.

—Ya sabes que el amor nos vuelve tontos, pero no siempre será así y lo sabes.

—Mientras lo disfrutamos así que has silencio —me da un beso y sonrío embobada.

—Te amo mi pequeña traviesa y un día a tu lado es lo mejor que me puede pasar.

«Y yo a ti, siempre te he amado Alex» Lo pienso pero no lo digo.

Nos pasan unas hojas de colores y plumones para que escribamos lo que sentimos el uno por el otro, Alex se aparta y yo hago lo mismo. Dejo salir lo que guardé durante estos años y las nuevas sensaciones que me ha hecho sentir, escribo todo lo que un día quise decir y no pude porque llevaba cada insulto que me dijo Alex y que durante mucho tiempo me hizo cambiar de parecer porque pensaba que no merecía que nadie se enamorara de mí.