Decoloracion sale...¿Que?

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Ya era la hora. Se había vestido bastante cómodo, con una camiseta algo vieja ya que si se ensuciaba con tintura no habría ningún problema. Eso lo había aprendido de su amiga Yeojin, ya que solía retocarse el cabello constantemente.
Apenas llegó a la dirección que Jisoo le había indicado, se arrepintió enormemente del outfit que había escogido, pues se encontraba frente a una gran mansión llena de plantas y estatuas en la entrada.
Tal vez debería haber ido en traje. No sabia que Jisoo se encontrara en tan buena posición económica.
Trató de disipar sus pensamientos, y respiró hondo. Toco el timbre una vez y un pequeño parlante a su costado comenzó a hacer ruidos

—¿Diga?

Hoseok se acerco tímidamente a la cajita ruidosa y hablo. —Hum, hola, vengo a ver a Jisoo.

—¿Nombre?

—Jisoo.

El suyo, joven.

—Oh, si, si. Claro, soy Jung Hoseok.

—Bien, está anotado. Pase y espere en la sala, por favor.
El chico se adentro en la inmensa casa, observando todo a su alrededor. No podía creer lo blancas que eran las paredes, lo alto que era el techo y la gran escalera en forma de caracol que adornaba el centro de esa sala.
Comenzó a escuchar ruidos provenientes del piso de arriba, hasta que vio a la linda muchacha bajar muy ruidosamente las escaleras. Escandalosamente saludó al mayor.

—¡¡Hobi!! ¿Listo para tu cambio de look?.—sin darle tiempo a contestarle, tomó la mano de Jung y lo arrastró pisos arriba.

Hoseok miraba la espalda de la chica, la cual de vez en cuando se volteaba para sonreírle y seguir hablándole. Una vez llegaron al cuarto de la muchacha, ella lo dirigió hasta el baño de su pieza.

—Bien, tardaremos un poco por que primero debo decolorar tu cabello, lo tienes muy oscuro.—el chico asintió.— siéntate aquí.— Hoseok obedeció cada indicación que Jisoo le daba, como un perrito.

La muchacha sacó unas botellas que parecían shampoo de la alacena del baño. Vertió dos potes en un platito hondo y los mezcló hasta obtener una crema blanca y brillante.

—¿Estas listo?.— El (por poco tiempo) castaño asintió, cerrando los ojos.

La menor fue desparramando mechón por mechón la mezcla blanquecina, llegando a todos los huecos faltantes. Todo el pelo del chico se encontraba cubierto con el decolorante.

—Fiuu, terminé. Hay que dejarlo un rato antes de aplicar el color.— Hoseok asintió y se quedó mirando su reflejo en el espejo.

Kim se incomodó un poco. El muchacho no había dicho ni una sola palabra desde que llegó y ella ya no sabía que hacer para animarlo.

—Hobi...¿Te encuentras bien? ¿Necesitas hablar?

Se sorprendió. No esperaba que Jisoo estuviera interesada en su estado actual.

—Ehm, si. Todo esta bien.—Dijo con una sonrisa, obvio que nada estaba bien. Estaba estresado, ya no sonreía como antes, sentía un vacío terrible y estaba tratando mal a las personas por su mal humor.

Claramente Jisoo no le creyó nada. No lo conocía mucho, pero podía decir que no era el mismo.
Decidió cambiar de tema para no incomodarlo.

—Bien, ¿Por que aceptaste que una completa extraña tiñera tu cabello?.—preguntó con una sonrisa y sus manos detrás de su espalda.

Sus ojos se agrandaron, parecía no entender a qué venía esa pregunta.—Pues... no lo sé, Jisoo. Simplemente ya no me importa mucho lo que hago conmigo y mi vida.

Ups, quizá dijo demasiado.

—¡Ajá! Entonces simplemente estás en una crisis de vida, ¿No es así? Te desconoces, te pasan cosas que antes no te ocurrían. Suele pasar, Hobi.

Hoseok frunció el ceño, ¿Quien era ella para darle un diagnóstico de sus problemas?

—No se de que mierda me estás hablando, Jisoo.— dijo sacando sus ojos de ella, ahora solo miraba su celular en busca de una distracción.

Kim se encogió. ¿Por que de repente le hablaba así? No sabía que hacer, se encontraban en silencio y ella odiaba ese tipo de silencio incómodo. Hoseok solo la ignoraba y usaba su estupido celular.

Ya había pasado el tiempo del decolorante, así que el mayor se lavó el pelo, listo para el siguiente paso.

Enojada por el trato de Jung, Jisoo atinó a llorar. Quizá así le pidiera perdón. Ella le estaba haciendo un favor y el solo le hablaba mal. No señor, no en esta casa.

Apenas las lágrimas y los sorbidos de nariz empezaron a resonar, Hoseok, con el cabello mojado y rubio, volteó rápidamente.

Sostuvo a Jisoo de sus hombros y con cara preocupada habló.

—Ji-Jisoo, lo siento, no quería hablarte mal, por favor no llores.— el chico se estaba desesperando, lo último que quería hacer era herir a su amiga. El solo quería que vuelva a sonreír como antes, pero las lágrimas solo seguían brotando de sus ojitos.

—Jisoo, responde, ¿Que puedo hacer para que te sientas bien? Lo lamento, lo lamento mucho.

Ding dong, ahí estaba, el dulce arrepentimiento. Jisoo podía ser algo frívola de ves en cuando. Así que haría desesperar más al mayor.

—Be-bésame...

¿Que?

¡Energía! [HopeSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora