Assassin's Creed Ascent

Prólogo

"Quiénes pueden renunciar a su libertad esencial para obtener una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad"--
Benjamin Franklin.

Toda vida tiene un inicio, todo inicio narra un nacimiento.

Decodificada de 3 hélices en cadenas ADN, se lleva guardada una vida, la herencia genética de aquellos quienes nos precedieron, eligen guardar sus recuerdos entre nosotros, los elegidos.
Suele ser una llave de seguridad para ellos y su linaje o puede ser una maldición que se acarrea desde hace años.....

Cuando se acabo con jubilo la independencia y fue firmada el acta constitutiva en 1776 las colonias celebraban un airoso tiempo de paz y armonía, teniendo a Washington como primer presidente en 1789; ahora la vida en los pueblos prosperaba, las villas de los indios americanos volvían a emerger de verdes prados y gente vivaz. Ratonhnhaké:ton, volvía a instaurar su pueblo tras la muerte de Davenport en 1783, junto a su esposa embarazada por segunda ocasión y la primogénita de su libertad. 

Hacía tiempo que Connor anhelaba tener una familia de nuevo, Davenport se había vuelto el padre que le había faltado a su escasa edad, y se convirtió así mismo en el guía de su futuro; el día tan esperado llegaba. Pero, al mismo tiempo temía que su pequeña tomara el camino de la hermandad. Aquel temor emergió cuando tomo el fruto del edén de nueva cuenta para conocer aquellos secretos que el árbol sagrado no podía brindarle, la destrucción total de sus enemigos; la manzana le brindo fuerza y habilidad más allá de lo que el pudo haber imaginado, pero no todo fue gracia o don, la Diosa Juno guardiana y acosadora de los asesinos le advirtió el uso del mismo; fúrico lleno de venganza ignoro las palabras de la mujer usando a diestra y siniestra el poder que se le había conferido.

Cuando el poder fue más allá de lo que su cuerpo mortal podía soportar, como castigo a su corrupción tuvo una visión, dada por el fruto como una lección al impuro corazón; Su primogénita seguiría sus pasos y portaría las habilidades del edén como una maldición, muerte y pérdida hasta el fin de los siglos. 

Hacienda Davenport, Massachusetts, 1778

Dentro de la Hacienda Davenport, en el segundo piso de la mansión, reposaba Kanda intentando conservar la cordura al dolor puesto que su fuente se había roto anunciando la llegada de una nueva descediente al legado Kenway. Davenport pasaba con rápidez telas mojadas bajo la agonizante mujer. La espera se hacia eterna para todos en la habitación, Connor subía a prisa los escalones con más blancos para parar el sangrado y envolver a la criatura cuando naciera.

Que va mujer, falta poco, puedes resistir esto —Decía con entusiasmo el anciano mientras colocaba más y más telas húmedas al rededor de su barriga para tratar de aminorar el dolor.

Calla viejo—pronunciaba entre risas mezcladas con dolor— no es sencillo cargar una cría por 8 meses y que de repente decida salirse porque su padre le ha dicho "vamos a cazar juntos"—Aclamaba la mujer con un tono de burla en su habla; ella sobaba su panza con ilusión— Sabes, lo mejor de todo esto es que tendremos un cachorro que se hará cargo de la nueva villa que comenzaremos Ratonhnhaké:ton y yo, cuando seamos ancianos.

No tanto como yo, espero— Respondía Davenport burlesco.

Achilles se puso de pie al notar que Connor había llegado con más telas. Las contracciones comenzaron a llegar más y más intensas cada vez, al punto de ser casi insoportables.