El toque de Thomas siempre calma al castaño y, en momento como estos, siempre funciona.
Todo se dispersa al momento que ambas manos recorren el cuerpo ajeno, acariciando todo a su paso.
-Dyl.. espera - las manos del rubio caen en su pecho, echándolo para atrás - No lo vamos hacer.
-¿Qué? ¿Por qué?
-¿De verdad? - Thomas alza una rubia ceja, incrédulo - Estamos en el departamento de un extraño, rodeado de nuestros amigos y un niño.
Dylan frunce el ceño, empuja las manos del rubio dirección a su cuello y se funden en un nuevo beso ingresando su lengua en la cavidad ajena sin pensarlo.
-Está puede ser la última vez que estemos juntos.. vivos.. - Dylan suspira, la ansiedad en cada una de sus palabras.
¿Desde cuando su novio no era el optimista? Lo comprendía, pero aún así la sensación de incomodidad estaba en alguna parte.
La voz del castaño sobre su cuerpo lo atrapa nuevamente.
-Solo quiero olvidarme del mundo por una noche, contigo. Es todo lo que pido - roza sus labios con suavidad - Por favor.
Thomas cede. ¿Como no hacerlo? Su vida viene siendo una pesadilla viviente desde hace una semana pero aún tienen a la persona que más ama en el mundo a su lado. Tienen que reconocerlo, lo extraña de cierta forma.
El rubio le da un suave y corto beso antes de conectar con su anhelante mirada, acaricia los cabellos de su nuca y va deslizando sus manos lentamente por su pecho hasta dar con el sweater que saca rápidamente del alcance de ambos.
La pareja comparte una sonrisa divertida, una que solo ellos conocen tan a la perfección como el uno a el otro y permiten que, por esa noche, se olviden del mundo que los rodea.
Al menos lo que queda de este.
Thomas muerde su labio inferior y su cabeza se inclina al momento que su novio comienza con suaves besos en su cuello mientras desliza sus venosas manos hasta el ligero pantalón del rubio y cuando dicha prenda es retirada se encarga de acariciar las pálidas piernas con lentitud.
-¿Esa puerta está cerrada? ¿Verdad? - Thomas pregunta cómo puede y su novio se dedica asentir con la cabeza antes de volver a sus labios.
Toda prenda queda olvidada minutos después mientras ambos labios se niegan a separarse del otro y ambas piles ardiendo contrastan con el frío clima. El castaño mantiene al rubio contra la cama, tomando una de sus piernas para pasarla por su cintura mientras sus lenguas se niegan a separarse. Thomas por otra parte trata de mantener el ferviente beso en margen dándose cuenta que su novio está más pasional que lo normal.
Sus labios se separan y el rubio tiene que hacer de toda su fuerza de voluntad para no gemir al sentir un largo y caliente dedo del castaño dentro suyo mientras ambos miembros están en un placentero contacto.
Dylan apoya su frente sobre la de Thomas, ambos rostros sonrojados y sudados. El castaño carraspea para que el aire llegue a sus pulmones mientras siente que explotara en cualquier momento.
-Sabes que no lo necesito.. - murmura Thomas como puede.
-Se que te encanta - responde a la vez que mete otro dedo en su entrada.
Thomas muerde fuertemente su labio, casi puede saborear el sabor metálico de la sangre en su boca para el momento que su novio decide enterrar sus dientes en la sensible piel de su cuello. Sus manos se entierran en la espalda del castaño.
-Mierda.. Dylan. No tenemos diecisiete años.
El castaño se separa para observarlo al momento que retira sus dedos de su interior.