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10:05 a.m.

Es irracional, probablemente estúpido, Tyler y Ki opinan que son celos mientras Dylan se convence de no asesinar a Janson con sus propias manos cuando lo vea salir de aquella sala porque, por supuesto, los siguió. Y esperará fuera de esa puerta hasta que su rubia cabellera salga.

Y Tyler y Ki solo están allí para detener los pensamientos paranoicos del castaño porque saben que sí Dylan no bromea con algo, es Thomas.

Como aquella vez en octavo grado cuando Manson Brand se burlo de los pantalones del rubio en medio de la cafetería, alegando que eran muy ajustados y lo hacían parecer una chica, realmente un mal momento para estar cargando su batido de hormonas y que Dylan este justo a su lado.

-Así que, estaba pensando que no he hecho nado sincronizado desde que tenía doce así que... chalecos salvavidas son necesarios - dice Ki, sentado en el frío suelo junto a Tyler, quién aleja su vista de un muy agitado Dylan hasta su amigo.

-Duh, ¿tienes idea de lo profundo que es el océano? Nos ahogaríamos en cuestión de segundos con el tamaño de las olas y el frío de Rusia que, por cierto - el moreno posa sus ojos en Dylan frente a ellos, apoyando sobre la pared a un lado de la puerta - ¿tienes idea cuantos grados hay allí afuera? Si no nos matan esas cosas probablemente el frío lo haga.

-No, el submarino tiene un punto exacto por donde ascender y detenerse. Casi a un lado del muelle, probablemente tendremos que nadar unos metros hasta la superficie.

Ki frunce el ceño.

-No soy el único que cree que esto es una locura, ¿verdad?

Tyler se encoge de hombros y Dylan ni siquiera escucha las palabras de su amigo puesto que, un segundo después la puerta es abierta, el castaño se aleja y los otros dos se ponen de pie, esperando por sus amigos.

Janson se queda dentro de la sala junto con los militares, observando a Dylan con una sonrisa y un leve movimiento de cabeza. El castaño de limita a suspirar con pesadez, pasando un brazo sobre los hombros de su novio cuando llegan a su lado.

-¿Qué pasa?

Los chicos comienzan a caminar por el lado contrario a la sala, rumbo a las habitaciones.

-¿Estás bien?

-Sí - Thomas ríe, observando a Will delante de ellos junto con Tyler y Ki - Fue divertido.

-¿Divertido? - Dylan cuestiona, preso de confusión - ¿Ese maniático te lleva a quien sabe dónde y fue "divertido"?

-Jesus, Dyl. Cálmate - el rubio frunce el ceño cuando Dylan se detiene, separándose de su cuerpo y apoyándose en la metálica pared detrás de él - ¿Que sucede? ¿Mm? ¿Por qué estás tan... susceptible?

Suavizando su tono, Thomas se acerca a su novio. La mirada de Dylan, que de momento se encuentra en el frío suelo bajo sus pies, no demuestras más que confusión, su ceño fruncido y ojos perdidos son una clara indicación de que su cabeza esta sobre pensando, y Thomas lo sabe.

-Hey, vamos. Habla conmigo.

Dos manos caen sobre su pecho, subiendo con suavidad hasta sus hombros y un segundo después Dylan conecta sus ojos con las orbes oscuras frente a él.

-No lo sé... solo... no lo sé - suspirando con pesadez, el castaño cierra sus brazos alrededor de la pequeña cintura. Refugiándose en el pálido cuello - Este lugar.. estoy cansado de el.

-Nos iremos de aquí - Thomas lo toma de las mejillas para poder verlo a la cara, pero Dylan termina uniendo ambas frentes - Lo prometo.

Las promesas ya no son algo en lo que fiarse, ambos lo saben, pero al menos mantienen esa chispa de esperanza, de optimismo. Saben que desde hace tiempo las cosas cambiaron, que es huir, esconderse y sobrevivir. El mundo se transformó en desconfianza y con cada paso se acercan a un futuro incierto, peligroso, cualquier sueño que divagara en sus mentes o en la de cualquier otra persona ya no es más que una visión borrosa.

THE LAST NIGHT |DYLMAS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora