Vicenta:
Escucho a Daniel decirme que no voy a ir al cruce de las lanchas y de cierto modo, estoy de acuerdo con él. He aprendido a entender que lo que él hace no es para controlarme, sino para protegerme. Tengo que acostumbrarme a que ya no estoy sola porque tengo un marido que me protege y un hijo al cual proteger. Debo aprender a dejarme cuidar, a dejarme amar. Escucho la voz de Daniel sacarme de mis pensamientos con una pregunta:
-Baby ¿no vas a decir nada?
-Tienes razón, mi amor. Que chava tome mi lugar en la lancha que me tocaba pero ¿tú vas?
-Sí.
-Bien, ya le di a Romero la información pa que ayude a los migrantes una vez que estén del otro lado.
-Mi amor, ¿vas a seguir confiando en ese tipo?
-Mijo aún lo necesitamos. Mira, te prometo que después de que Frida salga de la cárcel, no lo vamos a volver a ver ¿si? Aguanta un poquito más.
-Es que no sé.
-Hazlo por Dieguito, él necesita a su mamá, así como Danielito o Carolinita me necesita a mí.
-¿Danielito o Carolinita?
-Sí, son los nombres que tengo pensados. Mira, si es niño, le vamos a poner como su jefecito que tanto lo ama-lo beso-Daniel Philips Acero, y si es niña, pues le ponemos como quiere su abuelita que se llame.
-¿Mi mamá quiere que se llame Carolina?
-Sí, dice que así se llamaba su abuela.
-Es verdad, pero ¿no te gustaría ponerle como tu mamá.
-Mijo, tú mismo me lo dijiste ¿no? Vamos a tener muchos hijos, y te aseguro que nos van a faltar nombres pa ponerles.
Empezamos a reírnos y es que por él, decidí ser valiente y arriesgarme a ser y tomar nuevos roles en la vida; a intentar mejorar lo que ya soy y ser siempre la mejor para él, aunque el resto del mundo arda en llamas, nada importa si nos amamos y somos felices. Él toma mi mentón con su mano derecha mientras que con la izquierda, acaricia mi cabello. Siento que me besa pero unos gritos desgarradores nos interrumpen. Escucho a mi suegra gritar:
-¡Daniel! ¡Daniel, no te subas a ese barco! ¡Daniel! ¿Mi hijo se murió? ¡No! Mi niño no puede estar muerto.
Vamos corriendo hasta donde está ella y la encontramos llorando en el sofá. Parece que la enfermedad la está atacando otra vez. Daniel se pone en frente de ella acunando su rostro con sus manos. Lo escucho decirle con la voz entrecortada:
-Mommy, take it easy, I'm alive, I'm fine, I'm here.
-Babe, is it you?
-Yes, mommy, everything is ok.
-No te subas a ese barco, vi una explosión, fuego y mucha muerte, tu muerte, hijo. Por favor, no nos dejes. Mira que tu esposa, tus hijos y yo te necesitamos.
-Hey, mommy, nada malo me va a pasar ¿Eh? Yo boy a estar bien, como siempre.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Veo que se abrazan y eso me llena de tanta ternura que acabo derramando dos lágrimas. Luego de tranquilizarla, Daniel y yo pasamos el resto del día con ella y jugando con Diego. Finalmente, llega la hora de dormir. Me quedo dormida en los brazos de mi esposo...Sueño de Vicenta:
Fin del sueño de Vicenta.
Vicenta:
Abro mis ojos y me doy cuenta de que todo fue un sueño o más bien, una pesadilla. Estoy sudando y mi respiración está alterada. Siento que mi corazón late como si quisiera salirse de mi pecho. Estoy paralizada. Tengo miedo de mirar a mi lado y no encontrar a Daniel ahí dormido. Me susurro a mí misma con los ojos cerrados:
-Fue solo una pesadilla, Vicenta, una horrible pesadilla pero no fue real. Todo pasó en tu mente.
Digo mientras me lleno de valor y decido abrir mis ojos. Volteo a mi lado y el alivio me inunda al ver ahí dormido a mi Gringo. Son estas pesadillas, las que me hacen darme cuenta de cuánto lo amo y de lo desgraciada que sería si lo pierdo. Respiro profundo pero algo no va bien. Siento apretado el corazón y es como si algo me invada en el pecho. Siento al necesidad de despertarlo y de escuchar de su boca que todo estará bien. Siento mi suspiro transformado en sollozo que no me deja respirar. Acaricio suavemente su brazo y le digo:
-Gringo, mi amor, despierta pues.
-¿Qué pasa, baby? ¿Tienes algún antojo? ¿Te sientes mal o algo?
Me dice con los ojos entreabiertos y aún medio dormido. Yo sollozo y al parecer, él lo nota porque se sienta en la cama y busca mi rostro con sus manos.Daniel:
Vicenta me acaba de despertar y no sé si fueron ideas mías, pero la sentí sollozar. ¿Por qué llora a estas horas de la madrugada? No lo sé pero no me gusta verla ni escucharla llorar. Recorro sus mejillas con mis dedos y las noto mojadas. Le pregunto:
-Mi amor ¿qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Te duele algo?
Siento que se deja caer sobre mí, envolviéndome en un enorme abrazo de oso. Siento que rompe en llanto de nuevo y sospecho que eso se debe a alguna pesadilla que tuvo por ahí. Froto su espalda en forma de círculos con una mano mientras con la otra, acaricio su cabello para calmarla. Siento que su llanto disminuye, mas no cesa. La escucho decirme:
-Tuve una pesadilla. ¡Fue horrible! Lo peor que me podría pasar, mi mayor miedo.
-¿Qué soñaste, mi vida?
-Na más de recordarlo, siento como si lo volviera a vivir. Sé que fue producto de mi imaginación y que todo pasó en mi mente pero yo lo sentí tan real que me quemaba la piel al vivirlo.
-¿Al vivir qué? Baby, me tienes que decir lo que soñaste, para poder ayudarte.
-Solo prométeme que todo va a estar bien, y que no te me vas a morir. ¡Promételo! Júrame que no te nos vas a ir nunca.
ESTÁS LEYENDO
Lo Que Pudo Ser... ¡Será! [Señora Acero: La Coyote]
FanficSi existe algo que nos identifica como fans de Vicenta y Daniel,es el dolor de la pérdida de Daniel en la serie. A nosotras solo nos quedo el "y si hubiera". Que hubiera pasado si Vicenta dejaba de confiar tanto en Romero. ¿Que hubiera pasado si Dan...