Vicenta:
Ajusticiamos al Indio Amaro pero antes de morir, nos dijo algo que me dejó pensando. Sus palabras exactas fueron: "El abogado les vio la cara". No sé lo que signifique eso pero me hago una idea. En ese momento solo un nombre surgió en mi cabeza: "Romero". Es bastante obvio ¿no? Me siento como una estúpida. Me voy callada durante todo el camino. Al llegar a la casa, voy hasta mi cuarto y me siento en mi cama. De repente, siento los brazos de Daniel que me abrazan diciéndome:
-Baby, tengo que decirte algo muy importante.
-¿El qué, mi amor?
-Tenías razón en tu presentimiento.
-¿Qué? Espera, no te estoy entendiendo nada, gringo.
-Que la lancha donde se supone que iba a ir yo, explotó. Bebote fue el único sobreviviente.
-¿QUÉ? ¿Como en mi sueño?
-Mhm.
-Fue Romero.
-¿Qué?
-¡Fue Romero!
-¿En qué te basas para decir eso?
-El Indio antes de que lo matáramos, dijo que un abogado nos había visto la cara, a demás, el único que sabía los detalles del cruce, a parte de la familia, era Romero.
-Tienes razón pero ¿no crees que yo debí llegar a esa conclusión?
-Sí y honestamente me extrañaba que no hubieras mencionado el tema.
-Voy a ver algo en internet. Pásame la laptop.
Le doy la laptop y veo que el empieza a buscar en internet. Luego de media hora investigando, daños con un dato muy curioso. Resulta que Romero es hijo de Briceida Montero y del Teca Martínez, que se esconde bajo las siglas de S.R. <que significa Señor Romero> y que es el jefe del cartel de Cali. Tras descubrir todo esto, Daniel y yo quedamos impactados. Yo no puedo creerlo. En ese momento me doy cuenta: casi mando al amor de mi vida a su propia muerte. Dos lagrimas escapan de mi rostro. Él lo nota y con sus dedos me las seca; me pregunta:
-Baby ¿te sientes mal?
-Sí, me siento mal, casi te mando a la muerte. No me merezco el perdón de Dios, mucho menos el tuyo.
-Yo no tengo nada que perdonar, mi vida.Daniel:
Todo lo que descubrimos hizo que Vicenta se sintiera culpable y me está pidiendo perdón. Lo que ella no entiende es que yo no le guardo rencor por nada. Acaricio su cabello y seco las lágrimas que tiene en sus mejillas. Beso sus labios suavemente y logro calmar su llanto. Al separarme de ella, le digo con la voz lo más dulce que puedo:
-No estoy enojado contigo por nada. Dejemos el pasado en el pasado y empecemos de cero.
-¿Borrón y cuenta nueva?
-Sí.
-¿Y qué pasa si esto se vuelve a repetir y esta vez sí te terminan matando?
-No lo harás porque a partir de ahora, tú le vas a hacer más caso a mi intuición y yo le voy a hacer más caso a las corazonadas de mi mamá y a las tuyas. ¿Trato?
-Sí, mi amor, lo prometo.
-Ahora trata de descansar, ambos lo necesitan.
-¿Cómo quieres que descanse sabiendo que tengo un psicópata detrás mío?
-Solo trata. Piensa en que en unos meses, vamos a tener a nuestro güerito entre nuestros brazos.
-Y amenazado.
-¡Vicenta Acero de Philips!
-¿Qué?
-Deja de preocuparte, que todo va a estar bien.
Me acuesto al lado de ella y consigo que descanse un poco. Y así pasan cinco meses, los cuales, me los paso tratando de encontrar a Romero para librarnos de él. Hoy es un día especial. Hoy es mi aniversario con Vicenta pero parece que ella no se acuerda o quizás, se está haciendo la tonta para ver si yo me acuerdo. Me comporto como si fuera un día cualquiera. Me voy a "trabajar" y ella se queda en la casa. En realidad, voy a una tienda para comprar decoraciones. Quiero decorar nuestro cuarto y prepararle una cena romántica. Le dije a Josefina y a Rosario que la mantuvieran distraída hasta que yo fuera a buscarla. Compro todo lo necesario y regreso al rancho a empezar los preparativos. ¡Estoy emocionado!Vicenta:
Hoy es un día importante y me entristece un poco que Daniel no se haya acordado. Hoy cumplimos un año juntos. Siento que en cualquier momento lloro. No sé si son los siete meses de embarazo que tengo o quizás algo más. Paso el día hablando con Chayo y Chepina cuando de repente, Rosario me dice:
-Chenta, compré un vestido de embarazada precioso, es celeste, como tus ojos y quiero que te lo pruebes a ver si te queda.
-Está bueno, pues.
Voy con ellas hasta su cuarto y me pongo el vestido. Efectivamente, es hermoso. Ellas me sientan en una silla, me peinan y me ponen un poco de maquillaje, pero solo un poco porque no me gusta andar tan pintorreteada. De repente, Chayo saca unas sandalias doradas y me hace ponérmelas. Me veo en el espejo y me veo bonita, pero lo que más me gusta es ver cómo ha crecido mi vientre. Siento que tocan a la puerta y cuando miro, es Daniel. Está vestido muy elegante. La expresión de su rostro cambia al verme y la Chayo dice entre carcajadas:
-Daniel ¿quieres una cubeta o una bolsa para la baba?
-Mijo, ya puede cerrar la boca pues, soy yo, Vicenta.
-Lo sé y te ves hermosa. Ese vestido combina con tus ojos.
-Gracias.
-Baby ¿me acompañas?
-Espérame, me cambio y voy.
-No, ven así. Rosario y Josefina no te vistieron así por gusto.
-¿Qué?
-Ven conmigo y entenderás.
Extiende su mano y yo la tomo. Él guía mis pasos hacia nuestro cuarto pero cuando llegamos a la puerta, tapa mis ojos con sus manos; le digo:
-¿Y si me caigo?
-Tranquila, no los voy a dejar caer, nunca.
Entramos al cuarto y escucho que cierra la puerta con seguro mientras yo mantengo mis ojos cerrados; lo escucho decirme:
-Ya los puedes abrir.
Abro mis ojos y veo mi habitación decorada con poca luz. Hay velas aromáticas por doquier. Veo pétalos de rosa roja regados por toda la habitación.
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Lo Que Pudo Ser... ¡Será! [Señora Acero: La Coyote]
Hayran KurguSi existe algo que nos identifica como fans de Vicenta y Daniel,es el dolor de la pérdida de Daniel en la serie. A nosotras solo nos quedo el "y si hubiera". Que hubiera pasado si Vicenta dejaba de confiar tanto en Romero. ¿Que hubiera pasado si Dan...