Han transcurrido dos días desde que Inuyasha y Kagome regresaron a la época antigua. A pesar de ello, ya se encontraban enfrentándose a una nueva amenaza en forma de un monstruo que controlaba a las mujeres de la aldea en donde decidieron pasar la noche. Este ser malévolo se alimentaba de la piel de los hombres para nutrirse y fortalecer sus poderes demoníacos. Además de incrustar en el estómago de las mujeres sus huevos para someterlas a él y controlarlas, por lo que la urgencia de la situación les exigía que actúen rápidamente para eliminar al monstruo antes de que causara más daño y se volviera más fuerte.
Sin embargo en el transcurso de la investigación de la desaparición de los hombres de la aldea, Sango fue víctima del monstruo y se encontraba luchando contra el monje Miroku en un estado de inconsciencia, dejándolo sin la posibilidad de atacar libremente y cada vez que Inuyasha intentaba cortar a la criatura con su espada, este utilizaba a las mujeres como escudo, por lo que no podía actuar libremente y tampoco lanzar un ataque poderoso y de gran escala como el colmillo de acero.
En medio de la confusión y la urgencia por encontrar una solución, una inesperada intervención cambio el curso de la batalla. Una brillante luz seguida de un pequeño estallido se dirigió a toda velocidad hacia el demonio purificándolo en el proceso y provocando que las mujeres comenzaran a tener convulsiones para expulsar de su organismo los huevos, desmayándose en el acto.
Este giro repentino de los acontecimientos desconcertó a Kagome, quien por un momento cree reconocer la energía de la luz como la de Kikyo, pero rápidamente descarta la idea, consciente de que incluso ella no posee un poder tan abrumador que se asemejaba al monte de la ánimas.
Incluso percibe como la vegetación crecía y el aire se purificaba. Era sorprendente que a pesar de ser lanzado a una larga distancia fuera un poder tan grande y su presencia familiar.
Inuyasha, por su parte, examina con atención un objeto encontrado en el campo de batalla -Oigan miren esto - el joven hibrido se acerco a sus amigos con un pequeño objeto de metal en la mano que desaparecía en polvo al transcurrir los segundos
-¡Es una bala de plomo!- Kagome supo de inmediato como se llamaba ese objeto que se utilizaba en su época para usar en las armas de fuego
-Esa gran luz era esta bala y se me hizo familiar a lo que utilizaba Renkotsu, pero no pude percibir el olor a pólvora
-No solo eso, ese gran poder espiritual fue casi omnipotente, nunca había sentido algo igual - exclamó Miroku con seriedad en su voz mientras cargaba a una Sango cansada y dirigía su mirada a las montañas donde salió esa luz, con la esperanza de visualizar a la persona que los salvó, pero fue en vano.
*Minutos antes con Mai*
Mai había emprendido una travesía junto a Sakina, su compañera, en busca de información sobre un objeto misterioso. Después de varios días de viaje, escucharon rumores sobre una extraña presencia en los prados de las montañas del sur y se dirigieron hacia allí de inmediato, pero a mitad de camino ella sintió una energía maligna junto a la esencia de Kagome y su equipo. Aunque sabía que no debía interferir demasiado en la historia, vio esta situación como una oportunidad para poner a prueba sus habilidades contra los monstruos del mundo en el que se encontraban.
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Feelings of a Monster DT (Hakudoshi x Oc)
FanficCierto día llega a la casa de los Higurashi un familiar de Inglaterra a pasar sus vacaciones. Sin embargo, lo que nadie sospecha es que Mai tenía un objetivo previo cuando llegó al templo sagrado, los misterios acerca del origen de la niña serán el...