Cierto día llega a la casa de los Higurashi un familiar de Inglaterra a pasar sus vacaciones. Sin embargo, lo que nadie sospecha es que Mai tenía un objetivo previo cuando llegó al templo sagrado, los misterios acerca del origen de la niña serán el...
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Al percatarse de que habían salido de las ruinas y regresado al inicio de la cuarta capa a salvo, Mai no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Incluso ella desconocía cómo transportar a los tres en tan poco tiempo, por lo que debía agradecer la suerte que tuvieron al encontrarse con Lyza y también al artefacto presente en ese lugar.
-¡Eso fue divertido! - por otro lado la mayor salto de alegría y se tiró en el pasto con una buena sensación recorriendo todo su cuerpo. Una mezcla de adrenalina y emoción recorría su cuerpo, sumergiéndose en ese estado
-(Ella es rara... pero no es una mala persona) - la de ojos rojos no pudo evitar sonreír ante su comportamiento, sin duda era una aventurera de corazón
-No le veo gracia a casi ser aplastado por cimientos y rocas - murmuró en voz baja Hakudoshi con un tono molesto
-He obtenido un buen tesoro y Mai ya cumplió con su deber, así que los llevaré a en donde están sus compañeros - afirmó con una sonrisa en su rostro y un sentimiento positivo. Sin duda, sería de gran ayuda tener a una Cave Ranger acompañándolos, debido a que conocían casi de memoria las rutas más seguras hacia las capas superiores, lo que les permitiría evitar a los monstruos del abismo y no perderse.
Claro que el trayecto de regreso fue un mayor infierno de lo que ambos habrían imaginado, especialmente cuando al comenzar a ascender sintieron un horrible dolor muscular en todo el cuerpo que los hizo caer varias veces al suelo, entorpeciendo su avance y obligando a Lyza a cargarlos como sacos de papas en sus hombros durante dos horas seguidas. Cerca de la tercera capa, Mai no pudo aguantar y corrió hacia los arbustos para vomitar, tenía tanto vértigo que estaba sorprendida de que aún estaba consciente. En cambio Hakudoshi estaba en un estado parecido al sonambulismo, por lo que la mayor tuvo que seguir cuidando de él. En la segunda capa los síntomas disminuyeron y el albino se "despertó" completamente y comenzó a seguirlas con sus propios pies a pesar de que aún no se encontraba en un estado óptimo. Sin embargo, después de 2 horas de camino y 4 horas de descanso para comer, los dos recuperaron la mayor parte de su energía y el entumecimiento de sus extremidades ya había cesado.
Al segundo día los dos se encontraron completamente agotados y no era para menos, ya que sí sumaran toda la distancia que tuvieron que recorrer probablemente, ya habían caminado más de 90 kilómetros. Lo peor de todo es que aun no se encontraban cerca de su destino, por lo que fue un gran alivio cuando se encontraron con el sistema de polea, que los ayudo a regresar más rápido al lugar en donde dejaron a Kagura y Entei y luego de encontrarlos en una cueva cerca de donde tuvieron el accidente con el ave, decidieron tomar un merecido descanso del largo recorrido que habían realizado.
Además de alguna forma habían sobrevivido sin mayores daños y lograron ahorrarse algunos síntomas de la maldición como las ilusiones visuales, auditivas y las hemorragias y todo se debía a una de las habilidades de Mai contra las alteraciones de estado y a pesar de que no anuló completamente la maldición fue de gran ayuda para evitar las peores partes.