Cierto día llega a la casa de los Higurashi un familiar de Inglaterra a pasar sus vacaciones. Sin embargo, lo que nadie sospecha es que Mai tenía un objetivo previo cuando llegó al templo sagrado, los misterios acerca del origen de la niña serán el...
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Aun persistía ese sentimiento, una sensación incomprensible que se aferraba a Hakudoshi y que a pesar de su falta de corazón, era como si algo invisible lo estuviera apretando desde adentro.
Aquel "dolor" parecía no estar dispuesto a desaparecer desde el momento en que intentó estrangular a Mai. Sin embargo, a pesar de que había intentado matarla por su osadía, algo lo detuvo. Resultaba irónico, considerando que creía haber perdido toda capacidad de sentir culpa tras el despojo emocional que se infligió Naraku en el monte de las ánimas, en donde se suponía que abandono cualquier sentimiento que le impedían matar a Kikyo y ahora algo parecido había emergido en el albino.
En el instante en que recordó como Mai empezó a llorar experimentó una reacción que no esperaba. Cerró los ojos con fuerza, incapaz de soportar el peso de su propio remordimiento y decidió ignorarla y volver a crear el campo de energía a su alrededor.
Después de un tiempo Kohaku regresó junto con Kagura y se sentó en un rincón cercano en donde estaba Mai, sin embargo ella no pronuncio ninguna palabra desde el incidente y parecía estar deprimida, pero a pesar de que quería preguntarle que había ocurrido tuvo que contener sus palabras, ya que no debía mostrar sus emociones abiertamente, en la presencia de las extensiones de Naraku.
En cambio Kagura no tuvo ningún tipo de prudencia o reparo al mostrar su desagrado al volver, además de varios pensamientos negativos que distrajeron a Hakudoshi, el cual decidió enfocar su atención hacia su "hermana"
-Kagura ¿En dónde estabas? - pregunto aumentando el volumen de su voz lo que provoco que la yokai se sobresaltara.
Hakudoshi no tenia un buen humor para lidiar con las ideas y pensamientos de Kagura, la cual estaba ansiosa e impaciente por encontrar el corazón de Naraku y el albino para poder deshacerse de ellos. No era la primera vez que escuchaba ese tipo de pensamientos proviniendo de ella, pero debido a su frecuencia recurrente ya lo estaba cansando.
-...Pensé que dormías - tras un momento de pensar en sus palabras, solo dijo lo primero que se le vino a la mente
-¡Responde! - exigió con más autoridad que antes. Si en ese momento no tuviera que mantener su barrera ya la habría amenazado
-Fui a tomar aire fresco, es cansado y molesto permanecer tanto tiempo contigo - Kagura aparto la mirada mientras apretaba el agarre de su abanico en su mano. No le gustaba tener que dar explicaciones por cada pequeña cosa que hacia, debido a que era un constante recordatorio de que no era libre y seria utilizada por Naraku hasta que encontrara la oportunidad o la excusa de deshacerse de ella aplastando su corazón.
Solo pasaron unos pocos minutos desde que la habitación volvió a quedar en silencio, hasta que dentro del campo de energía una flecha acompañada de una luz cegadora y una gran cantidad de poder purificador, apareció de repente dejando a todos los presentes sorprendidos y sin la oportunidad de reaccionar y justo en el momento en que Hakudoshi iba ser perforado por la flecha una mano la detuvo.
