Cierto día llega a la casa de los Higurashi un familiar de Inglaterra a pasar sus vacaciones. Sin embargo, lo que nadie sospecha es que Mai tenía un objetivo previo cuando llegó al templo sagrado, los misterios acerca del origen de la niña serán el...
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Apenas habían transcurrido unas horas desde que Kohaku y Mai regresaron a la cabaña escondida. Sin embargo cuando Hakudoshi los vio charlando animadamente entre ellos, su semblante se tornó sombrío, expresando su molestia abiertamente prohibiendo a Mai salir nuevamente, pero lo más extraño de todo, fue que el albino parecía haber pasado por alto la ausencia de los insectos venenosos, ya que no pidió alguna explicación del porque no estaban acompañándolos o tal vez dedujo lo que había ocurrido y prefirió ahorrarse escuchar una mentira o excusa.
-Kohaku, observa si Kagura está en el bosque. Ha estado ausente por demasiado tiempo - ordenó con voz demandante al joven exterminador, el cual miró a Mai con cierta preocupación antes de partir en busca de la yokai de kimono. Al no poder desobedecer ninguna orden solo esperaba que no le pasara nada malo a Mai en su ausencia
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-(Esto es sumamente incómodo) - pensó la rubia al volver a enfrentarse al silencio, que ahora estaba acompañado de una atmósfera cargada. Sin embargo, esta vez no estaba dispuesta a quedarse callada.
Aún albergaba numerosas dudas sobre el extraño comportamiento que Hakudoshi había mostrado desde su regreso.
Tampoco hacía falta ser un genio para notar la expresión malhumorada en su rostro y el tono de su voz, que parecía más frío de lo habitual -¿Estás molesto? - inquirió, recibiendo una mirada del albino que parecía como si hubiera dicho un chiste de mal gusto y poco después apretó los dientes antes de cerrar los ojos con fuerza, como si intentara contener su ira.
Mientras Mai esperaba una respuesta, Hakudoshi luchaba internamente con sus emociones, pero cada nuevo pensamiento solo aumentaba su enojo.
La imagen de Kohaku y Mai charlando felizmente parecía provocarle una mezcla de varias emociones como la frustración, el disgusto, entre otras que no estaba seguro de su significado -(¿Qué me está pasando?) - se cuestionaba, frunciendo el ceño en frustración.
-¿Hakudoshi? - llamó la rubia, preocupada al verlo en silencio y aparentemente afligido. Cualquier persona ajena podría pensar que la había ignorado, sin embargo tenía una extraña expresión en el rostro que no la convencía del todo - ¿Estás bien?
-No te pases de lista - respondió Hakudoshi con un tono cortante. Sin embargo, no reveló la causa de su malestar, y tenía el presentimiento de que no lo haría aunque insistiera - Ahora te preguntaré qué estuviste haciendo todo este tiempo
-Solo estuve con Kohaku - ella dijo la verdad, pero aquella respuesta tan simple no podría satisfacer al chico que parecía estar buscando algo dentro de su coartada
-Tengo curiosidad de saber porque te has demorado tanto y aquella excusa no me convence - sabia que tenia muchas razones para desconfiar y no estaba equivocado del todo.
