27.

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Maya:

Tengo los ojos en Trent mientras le quitan el cabestrillo, el se queja y me rio, el medico comienza a revisarlo y le pide que intente mover el brazo.

—¿Cómo lo sientes?

—Al fin libre.

Sonrio y el me guiña un ojo.

—¿No sientes ningún dolor?.—Le pregunta.—¿Puedes moverlo bien, Trent?

—Sí, estoy bien, doc.

El médico le da de alta, aunque le exige, no , le ordena con un acento fuerte, que tenga más cuidado y que descanse un poco antes de atreverse a jugar otra vez.

Salimos del hospital.

—Listo para el juego final.

—Trent, oíste lo que te dijo.—Le recuerdo.

—Sí, descansare unos días y contándolo, falta una semana, creo que estaré listo para el juego final.. ¿No lo crees?

No digo nada.

—No te preocupes por mí, estaré bien, Maya.—Me pide.—Es más, ahora que soy libre..

Exagerado...

—¿Quieres que salgamos?

Abro los ojos y un rubor crece en mis mejillas.

—No salir, salir, no una cita.—Pronuncia.—Solo como amigos, si eso quieres, salgamos como amigos.

—No.—Lo detengo y sonrio.—Me gustaría una cita contigo.



















(*)




















Visitamos el centro comercial y pedimos unas hamburguesas para comer en el camino, le doy parte de mi dinero y entre ambos pagamos las hamburguesas, esperamos a que nos las entreguen y el me da la mía.

Just One ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora