Ahsoka y Plo Koon el inicio

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Estaba con mis padres en el jardín de mi casa, había niños y niñas jugando por todas partes de mi ciudad, pero tenía la sensación de que algo malo estaba por ocurrir y no quería separarme de mi familia en ningún momento, sin embargo, esa misma tarde llegó una nave extraña de otro mundo que no reconocía y me acerqué a mi padre, quien me cargó en su brazo derecho para poder acercarnos a ver lo que estaba sucediendo. Al llegar a donde se había juntado la gente, vimos a un hombre verde con forma de pez y pequeño, jamás en la vida había visto a una persona así, pero mi mente y mi corazón me decían que algo no andaba bien y que debíamos correr. 

- ¿Quién es usted? - preguntó mi padre. 

- Soy un maestro jedi de la República, mi estimado señor - respondió el hombre misterioso, pero tenía la sensación de que no era verdad - se me ha asignado la tarea de recoger a su hija para llevarla al templo de inmediato para que pueda comenzar su entrenamiento jedi - aunque era una niña de tres años, podía determinar que algo no andaba bien con este señor. 

- Pero nadie nos aviso de ninguna visita de parte de los jedi - habló el jefe de nuestro pueblo - ¿cómo sabemos que lo que dice es verdad? 

- ¿Esto lo convence, señor? - sacó una identificación, la cual revisó el jefe y se acercó a mí primero, yo me aferré a mi padre y él me abrazaba con más fuerza, mi pequeño cuerpo temblaba con el hecho de ver al hombre acercarse - Ahora si me permiten, la niña debe venir conmigo - yo negaba con la cabeza, pero el hombre era demasiado insistente - estará bien, no le pasará nada, está en buenas manos - mis padres a regañadientes me entregaron y yo lloraba por no querer irme con aquel hombre, pero el jefe le regresó su identificación y le dijo que todo estaba en orden. 

- ¡MAMÁ, PAPÁ! - grité pataleando y estirando los brazos porque no me quería ir, pero mientras lo hacía, sentí en mi cadera algo filoso que me hacía sentir sueño, que ya no podía coordinar lo que decía - ¡MAMÁ, PAPÁ! 

- Ya cállate mocosa, que tengo prisa y todavía tengo que recoger a otros niños - aunque él hablaba mis sentidos estaban nublados y lo único que podía distinguir apenas era la voz de mi madre. 

- ¡Todo estará bien, mi niña! No tengas miedo, todo estará bien - fue lo último que escuché antes de quedarme profundamente dormida. Cuando desperté sólo encontré que estaba en una especie de jaula para animales, tenía mucho miedo y me acerqué a uno de los lados de la jaula para ver qué más había. 

- ¿Mamá....papá? - veía sólo sombras ya que era muy oscuro, pero de repente rugió una especie  de animal y me asusté haciéndome para atrás, me hice bolita y sentí cómo es que las lágrimas me salían de los ojos. 

- ¡SILENCIO MOCOSA! - se escuchó la voz del hombre que me llevó de mi casa.

- ¿Quién es usted? ¿A dónde me lleva? - pregunté con miedo, pero con fuerza que no sabía que tenía - ¡DEVUÉLVAME CON MIS PAPÁS! 

- Tus padres ya no están interesados en ti, niñita - me dijo enojado acercándose a la jaula - ellos me entregaron a ti y yo me encargaré que me des muchas ganancias - miente, mis padres jamás me hubieran entregado si es que hubieran sabido la clase de persona que es. 

- ¡NO ES CIERTO, MIS PADRES ME AMAN Y CUANDO SE ENTEREN DE LO QUE HICISTE.... - intenté reclamar, pero el hombre me miró con una cara de sustos que volví a retroceder a la pared. 

- Para cuando ellos se enteren, tú y el resto de los animales como tú....serán vendidos a las partes más alejadas y vulgares de toda la galaxia - se escucharon gritos de niños y animales que estaban igual de encerrados en otras jaulas - pero tú, niña, creo que serás mi fuente de fortunas, ya que es posible que paguen mucho más por una criatura que tiene poderes mágicos - me vio con una sonrisa aterradora y sentía más miedo de lo que pudiera pensar. 

- ¿Poderes, qué poderes? - pregunté temblando de miedo. 

- Digamos que no fingí ser un jedi por nada, mocosa - antes de que pudiera hacerle otra pregunta, él se fue a otro lado y me dejó observando a el resto de los prisioneros de este lugar. No sé cuánto tiempo pasó, pero creo que me quedé dormida y lo más raro de todo es que no tuve casi pesadillas, como si algo en mi interior me calmara durante toda la noche, para cuando abrí los ojos fue por que el hombre malo nos asustó con un golpe duro en la pared - ¡BUENOS DÍAS BESTIAS! Hoy es un día muy importante para mí - sonrió con maldad y sentía que no era nada bueno para nosotros - allá afuera hay personas que tienen mucho interés en conocerlos.... - algunos de los niños se sentían felices, creyendo que podrían estar con personas que los ayudaran; pero yo sabía que no sería así - así es que, prepárense y háganme rico ¿quieren? - una puerta enorme se abrió y se escuchaba ruído por todas partes y vi que otros hombres se acercaban con palos filosos que usaban para lastimar a los animales, eso me hacía llorar pero a ninguno de esos hombres le interesó mi llanto.  

- El jefe espera mucho de ti, Franz, más te vale que la mercancía que traigas le interese a los clientes, tu mercancía por lo general es buena...pero...son otros tiempos y los ingresos se han vuelto un poco escasos - un hombre gordo y calvo se acercó al hombre que me secuestró y se escuchaba con una voz sería y muy gruesa - pero...¿qué tenemos aquí? - sin darme cuenta, el hombre que estaba hablando se me acercó y me veía con una cara extraña pero no me hacía sentir cómoda - ¿qué es esto Franz? Nunca te había visto traer niños aquí - se puso de brazos cruzados, como cuando mi papá se ponía serio. 

- Por eso te digo que esto le encantará al jefe - se acercó a mi jaula y me hice a la esquina de la misma - estos niños no son comunes en realidad....mira esto - sacó la identificación que le mostró al jefe de mi pueblo y se la dio al otro señor - un día estaba trabajando y cuando regresé al hotel donde me hospedaba, recibí una llamada extraña de un hombre oscuro - yo escuchaba la conversación sin que ellos se dieran cuenta - y me dijo que como parte de mis servicios, él requería que robara a ciertos niños con poderes especiales de una lista que me mandó - le dijo en secreto pero yo podía escucharlos a pesar de su discreción - tal parece, que este hombre quiere vender a niños jedi, como él les llama - ¿jedi? - él me aseguró que se venderían muy bien. 

- Pero ¿cómo es que los clientes notarán la diferencia? Esta niña parece una niña como cualquiera Franz - dijo señalándome con su mano. 

- Lo mismo le dije a él, pero él insistió que usando ciertos "trucos" lograría demostrar las habilidades de cada uno y eso nos haría ganar miles y miles de créditos - su sonrisa era horrible cuando hablaba así y la cara del otro señor se volvía igual y tenía la sospecha de que algo muy terrible nos iban a hacer - ¡EY! Cuidado con la mercancía - gritó a otros hombres que cargaban las cajas y jaulas y cuando nos movían a otra parte sólo veía a gente peligrosa y que sólo nos veían como si fuéramos cosas y no niños, cuando nos dejaron en el cuarto oscuro yo sólo pedía que alguien nos rescatara pronto porque no sabía lo que nos estaba por pasar. 

Al pasar las semanas, veía que a varios de los animales eran llevados a otros lados y que gente pagaba por ellos, pero en un momento, también aprendí los trucos que el hombre "Franz" decía que le enseñó ese hombre oscuro y entonces, no sé cómo pero de pronto decidí aprenderme la forma en que los usaba contra los otros niños y que cuando llegara mi turno, pudiera vencerlo en su propio juego, de alguna manera presiento que algo diferente va a ocurrir cuando eso suceda. Al llegar mi turno un día en la tarde, yo estaba tranquila y cuando el hombre malo llegó por mí para hacer la prueba, fingí estar asustada como antes para evitar que sospechara y cuando estuvimos frente a frente, algo o alguien me fue guiando paso a paso para evitar cada uno de sus trucos; pero de alguna manera, mi cuerpo logró aventar al hombre con una fuerza tan grande que ni siquiera yo sabía que podía lograr, llamando la atención de todos y cada uno de ellos, muchos de ellos me veían con mucho interés y empezaban a ofrecer dinero, entonces hice lo primero que se me ocurrió....correr. 

- ¡ATRÁPENLA! - escuché la voz de mi secuestrador, corrí y corrí y evadí a todo aquél que intentara atraparme, hasta que sentí algo...no sé qué pero era familiar y seguí el rastro hasta que vi a un hombre de piel naranja y una especie de máscara en la cara, se inclinó enfrente de mí y me acerqué todavía más. 

- ¿Qué tal pequeña? - su voz sonaba más grave todavía, pero sentía que era todavía más dulce y podía percibir algo que parecía tierno pero al mismo tiempo muy acogedor - ¿Cómo te llamas? 

- Me llamo Ahsoka, Ahsoka Tano. 

Ahsoka y Plo Koon en una nueva familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora