Special [Jenlisa]

4.- Nayeon no me deja

"Hey" Jennie dijo, limpiando su garganta.

"Hola, Kim" La chica de ojos castaños sonrió al escuchar la voz de Irene.

Lisa, al ver que Jennie estaba hablando con alguien que no era ella, cubrió sus orejas y cerró los ojos, murmurando algo que la niña de ojos marrones no pudo descifrar.

"Escucha, la lluvia me atrapo hoy"

"Sí... ¿podemos quedar para otro día?" Jennie mordió su labio, mirando nerviosamente a la chica de ojos color avellana. "Sabes, una vuelta en el parque sería buena idea."

"Que romántica, Kim" Jennie pudo escuchar la risa nasal de Irene.

"Créeme no soy nada romántica. Mm, pero entonces, ¿será que puedo llevar a una amiga?" Preguntó ella.

"Por supuesto que sí"

"¿Mañana en la tarde?" Jennie ya comenzaba a arrepentirse de haber hecho la propuesta sin saber por qué.

"Está bien. Te llamaré."

"Está bien, Irene. Hasta mañana."

Lisa se levantó, yendo a agarrar la manda de la blusa de la más baja. "N-Nini dijo que..."

Se detuvo bruscamente, su mirada vacía.

"¿Qué he dicho?" Jennie dijo suavemente, levantando la barbilla de la chica de cabello corto.

"Jennie y L-Lisa..." la chica de ojos color avellana parecía tener un debate interno con ella misma para conseguir formar su discurso. "Jennie, mostrar a Lisa el... el papá de Lisa"

Jennie instantáneamente sintió que su corazón se apretó con las palabras de la chica de ojos avellana.

"Oh," Jennie frunció los labios, "Y lo haré"

Lisa murmuró alegre, una enorme sonrisa marcando sus mejillas regordetas y dejando mostrar sus dientes. Tal acto hizo que el estómago de Jennie diera un giro.

"¿Lo pro-prometes Nini?" Lisa lanzó una mirada de esperanza a la más joven, Jennie se estremeció ligeramente cuando los orbes avellana se encontraron con sus ojos por rápidos segundos.

"Lo prometo, Lili"

Lisa rió y tiró suavemente del rostro de Jennie, acercando sus rostros. La castaña contuvo la respiración cuando Lisa rozo su narices con los ojos cerrados.

No pudo contenerse, por lo que pensaba. Después de todo, sólo era un trabajo.

Cuando Lisa abrió los ojos y el avellana se conectó con los marrones, Jennie se dio cuenta que sería una tarea muy difícil no apegarse a aquella persona de inocencia y pureza.

"Eres tan especial" Jennie pronuncio las palabras sin darse cuenta.

Lisa frunció el ceño por un momento, cerrando los ojos. Llevó las manos hasta el rostro de Jennie, ciertamente queriendo sentir cada rasgo del rostro de la coreana.

"Yo..." Lisa comenzó, pero algo parecía ganar su atención. En silencio, se sentó en el suelo e hizo una mueca cuando un trueno sonó fuera. Cubrió sus orejas inmediatamente y buscó a Jennie con la mirada. "N-Nini, p-pídele al cielo que se calle."

Jennie rió suavemente, sentándose al lado de Lisa y tirando con delicadeza de sus manos, "No puedo pedirle al cielo que se calle, Lis."

"Es-" Se encogió y apretó los ojos cuando un trueno lastimo sus oídos, "Es malo."