Special [Jenlisa]

30.- Extraña

Lisa finalizó el dibujo, frotando las manos en un papel cualquiera para retirar el exceso de tinta. Una sonrisa lentamente fue adornando sus labios. Ella sabía que a Jennie le gustaban sus dibujos, pero nunca había hecho una carta para ella.

Colocó el papel doblado encima de la mesa al lado de su cama y se sentó en el suelo, agarrada a Teddy para tratar de desaparecer la sensación incomoda que hacia su estómago apretar de una mala manera.

Cerró los ojos, abrazando al osito de peluche con fuerza y comenzó a balancear su propio cuerpo. Meciéndose hacia adelante y hacia atrás, lentamente. Diferente de lo que muchos pensaban, aquello la calmaba.

El sonido del timbre invadió sus oídos y levantó un poco su rostro, permaneciendo quieta, pero atenta a los sonidos.

Escuchó voces; sabía que la de su madre era una de ellas por haber atendido, pero no consiguió reconocer la otra por estar amortiguada. La conversación fue rápida. Luego escucho la puerta principal ser cerrada.

Frunció la frente y volvió a acomodar su rostro en la barriga del peluche, reanudando el movimiento monótono de su cuerpo.

"¿Lisa, cariño?" La voz calmada de su madre sonó tan pronto la puerta fue abierta.

Ella levantó mínimamente la cabeza y vio algo extraño en la mirada de su madre. Trató de mirar por encima de sus hombros y esbozo una sonrisa al ver a Rosé. Ella también tenía una mirada extraña, sin embargo.

"Hola, bolita."

Su tono era también extraño. Todo estaba extraño.

Principalmente por el hecho de que Jennie estaba atrasada.

Lisa observó a las dos cuchichear entre sí, como si ella no estuviera allí. Se encogió de hombros. Siempre pasaba.

Pero no cuando Jennie estaba cerca; ella nunca dejaba que otros ignoraran su presencia.

"Cariño, Rosé vino a hablar contigo sobre algo importante," Anne dijo. "Quédate calmada, ¿sí?"

Levantó una ceja cuando Rosé se sentó lentamente a su lado, mostrándole una sonrisa. Extraña.

"Te extrañe, Lis," y entonces la envolvió en un abrazo.

Lisa sonrió y retribuyó el afecto de su forma, escuchando a la chica suspirar.

"¿D-dónde está Nini?" Se levantó, dirigiéndose a su cama y tomando el papel de la mesita, "¡Hice... hice un regalo para Nini!"

Rosé intercambio una rápida mirada con Anne, quien permanecía sentada en la cama, un tanto preocupada.

"Cuidado, si no lo ensuciaras con esas manitas llenas de tinta," Rosé dijo en tono de broma, alejando el papel de las manos de Lisa y dejándolo encima de la cama, todavía doblado. "Ven, vamos a lavarte, después te contare que paso, ¿de acuerdo?"

"¿Sucedió...?" Lisa comenzó a moverse, "¿Q-qué paso? ¿Dónde está Nini?"

"Lisa," su madre llamó su atención, "¿Qué te pedí, cariño?"

"Mantenerme c-calmada," Repitió las palabras para sí misma.

"Eso. Mantén la calma y deja a Roseanne hablar."

"¿Vamos?" Rosé preguntó. Lisa asintió, extremadamente frustrada.

Ya en el baño, con la tinta siendo retirada de sus manos por las de Rosé y el agua del grifo, Lisa sintió que todo estaba extraño otra vez; Jennie era quien lavaba sus manos cuando estaban manchados de tinta, solamente ella y nadie más.