35.- El piano

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Lisa suspiró, los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el hombro de la chica a su lado. Su mente estaba tan agitada que algunas punzadas de dolor ya comenzaban a surgir en algunas regiones de su cabeza.

"¿Cómo te sientes?" Jennie preguntó, percibiendo la inquietud de los dedos de Lisa en su mano.

Lisa torció la nariz. Ni ella sabía cómo se sentía. Se quedó en silencio, observando las hojas lentamente cediendo a la danza que el viento concedía.

"Nini..." Llamó bajito, presionando la punta de sus dedos en la palma de la mano de la coreana para asegurarse de que obtendría su atención.

"Puedes hablar," la de ojos marrones murmuró.

Lisa mordió su labio inferior, organizando bien sus palabras.

"¿Te sientes... orgullosa? ¿De mí?"

Jennie desvió la mirada del cielo nublado a la chica a su lado, con el ceño fruncido. A veces llegaba a dudar de la existencia de Lisa.

"Creo que el orgullo no llega a acercarse a lo que estoy sintiendo por ti en este momento..." suspiró, su mirada descendiendo a los labios rosados por una fracción de segundos. "Pero no estoy tan sorprendida," Lisa frunció levemente el ceño. "Porque sé que eres capaz de hacer todo lo que quieras."

La boca de Lisa se entreabrió, pero no dijo nada. Un sonrojo comenzó a surgir en sus mejillas, y como predijo Jennie, las manos pálidas rápidamente cubrieron sus ojos.

La coreana sonrió, observando el momento de timidez extrema de la chica a su lado. Sintió su estómago girar con la ola de pasión a la cual aún no se había acostumbrado.

Tal vez nunca se acostumbraría. Siempre se sorprendía con sus propios sentimientos.

Desvió la mirada por un momento, absorta en sus pensamientos llenando su mente. Sólo salió de la distracción cuando sintió un toque sutil y húmedo en su rostro. Se giró instintivamente, la rapidez hizo que los labios de Lisa deslizándose en su mejilla chocaran con su boca.

La de ojos avellanas hizo mención de alejarse, sin embargo, la mano de Jennie en su nuca la detuvo. Suspiró, a medida que su cuerpo se relajaba, sentía los dedos de la coreana migrar hasta su rostro, acariciando la piel por donde pasaba.

"Hermosa." la de ojos marrones rompió el beso sólo para susurrar, aprovechando para sellar rápidamente sus labios una vez más. "Hermosa, hermosa, hermosa. Eres maravillosa, mi amor. No creas en nadie que quiera decir lo contrario."

Lisa sonrió, mostrando los dientitos y hasta arrugando la nariz. Jennie le besó la frente, nariz y la boca, no pasando de un toque rápido y leve de labios.

"Nini... quiero ir a casa..."

"¿La tuya?"

Lisa frunció el ceño. "Casa es un... es cualquier lugar seguro. Contigo."

Jennie atrapó el labio inferior entre los dientes, las mejillas sonrojándose fuertemente a gran medida por las palabras de su novia.

"Te amo," susurró, besando la nariz fría de Lisa antes de buscar su celular en el bolsillo trasero de su pantalón. "Voy a llamar a mi madre... sé que no voy a conseguir asistir a clases de todos modos."

"Tu mochila." Lisa recordó.

"Ah... cierto. Voy a buscarla al salón." Jennie hizo mención de levantarse, pero se detuvo cuando sintió la mano de Liza agarrando su muñeca con cierta fuerza.

"Voy con... contigo."

"Está bien. Toma mi mano..."

"Y no la sueltes," Lisa completó, sonriendo solamente con los ojos.

Special  [Jenlisa]Where stories live. Discover now