Maratón (3/3)

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-Aybüke-

>Quince minutos después llegamos a la avenida marítima, tardo un poco en encontrar aparcamiento, por lo que se ve no somos los únicos que vamos a aprovechar el buen tiempo que hace para dar un paseo.

-         Bueno, yo ya me voy. Ha sido un placer conocerte aunque no haya sido en las mejores circunstancias. Gracias por cuidar así de mi hermana- afirma Mehmet, despidiéndose antes de irse. 

>Se forma un silencio incómodo mientras vamos caminando por la avenida en busca de un puesto de café en el que sentarnos a hablar. En algunos momentos tengo que ejercer de todo mi auto control para no cogerle la mano mientras caminamos.

-         Buenas noches hermanos, ¿Qué van a tomar?- nos pregunta el camarero.

-         Hermano, si puede ser yo querría con café negro turco.

-         Yo querría un café turco con leche sin lactosa, por favor

-         Perfecto.

-         ¿Ahora me vas a contar que fue lo que le dijiste a mi ex?

-         Le dije lo que pienso de él, que en lugar de acosarte debería aceptar que ya no están juntos y dejarte ser feliz- le confieso.

-         No tenías por qué hacerlo.

-         Aquí tienen sus cafés, serían ocho liras turcas ¡buen provecho!

-         Gracias hermano, quédate con la vuelta- ¿Prefieres que nos sentemos aquí o vamos caminando por la avenida un rato?- le pregunto una vez nos vamos alejando del puesto.

-         Caminemos un poco, el cielo está precioso y hace buen tiempo- dice ella.

-         Creo que no es lo único que está precioso esta noche- le confieso justo antes de rozar nuestras manos mientras caminamos y noto como se ruboriza pero no aparta la mano.

-         No sé por qué lo dices- logra decir sin tartamudear mientras le da un sorbo a su café.

-         ¿Eres alérgica a la lactosa?- cambio de tema al recordar que se pidió el café con leche sin lactosa.

-         De pequeña era intolerante, nací siendo prematura y durante los primeros tres años de mi vida me hacía daño la lactosa y el gluten. Me acostumbré a la dieta que me mandaron, así que rara vez como cosas con gluten. No me hacen ya daño, pero me acostumbré a esa rutina.- afirma antes de sentarse en un banco que está en medio de la avenida.

-         ¡Wau!, así que lo de ser una luchadora te viene desde pequeña. Me encanta que a pesar de eso no pierdas tu lado ingenuo, como cuando te ruborizaste porque te recordé lo especialmente preciosa que estás esta noche- le confieso para inmediatamente después retirarle un mechón rebelde de su fleco que se resiste a quedarse detrás de su pequeña oreja.

> Al notar como su piel se eriza como respuesta al tacto de mi mano en su oreja, me acerco poco a poco a su boca y cuando preveo que no se aparte sino que cierra los ojos y entre abre un poco la boca estampo mis labios en los suyos. Sellándolos en un suave y dulce beso, en el que nuestras lenguas juegan al mismo compás y nos separamos por la falta de aire.

>Noto la mano izquierda de Furkan pasando por mi cintura para atraerme más a él, mientras con la derecha me acaricia la cara e inmediatamente un escalofrío recorre mi cuerpo desde los dedos de los pies hasta mi cabello, todo mi cuerpo se activa en cuestión de segundos, los que tarda en acariciar mis  labios con los suyos. Yo tardo un poco más en darme cuenta de mi error, abro los ojos y lo separo de mí al verle con los ojos cerrados y como pasa su lengua para humedecer sus labios antes de intentar besarme.

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