* 01|| Imposible ゚✧

2K 238 116
                                    




"Jungkook, a los 17 años, pensaba que era imposible encontrar un hogar"

•❅──────✧✦✧──────❅•

Desde siempre, Jungkook había pasado de casa de acogida en casa de acogida, pasando así por la vida de muchas familias. Se llevó a muchas personas en lo más profundo de su corazón, y a otras, en su pensamiento, con todo el rencor que tenía.

Su padre lo abandonó unos días después de su nacimiento, razón por la cual su madre comenzó a odiarlo, a él único recuerdo que tenía de su amor. Jungkook en realidad pensaba que su padre, un hombre honrado, había muerto antes de que el naciera. Los trabajadores sociales pensaron que era mejor así para su salud mental, y hasta este día, Jungkook creía esas falsas palabras.

Su madre no era buena para su desarrollo personal y mental. Tan pronto perdió a su marido, comenzó a consumir drogas y alcohol en busca de ahogar sus penas, o que estas se perdieran en el humo.

Jungkook, a sus 17 años, pensaba que era imposible encontrar un hogar. El tan solo quería cumplir 19, la edad legal en Corea, para así poder mudarse solo a un estudio de Seúl, junto con su mejor amigo, Kumpimook, y su noona, Park Roseanne. Pero sus planes resultaron frustrados cuando la señora Yoo, la trabajadora social que trabajaba en su caso, le avisó que había resultado la posibilidad de que se mudara a Seúl, y por fin, ser adoptado.

— No hay opciones, Jungkook. He hablado con tu madre y ella también piensa que es lo mejor, que te mudes a la ciudad, con una persona que esté pendiente de ti y te de su apellido.

— ¡¿Que?! No, no quiero cambiar mi apellido. Tampoco quiero ir con esa mujer, soy una persona mayor ahora. — Refutó Jungkook, aunque sabía que no podía hacer mucho en ese punto: Iría a Seúl quisiera o no.

— La mujer no es millonaria, Jungkook. No planea nada más que ofrecerte su hogar y una educación mejor que la que te podemos ofrecer aquí. Pero si te podemos alejar de las malas influencias, lo haremos. — Se refirió a Rose y a Bam. — Empaca todo lo que necesitas, partes hacia Seúl mañana.

El hecho de que sólo tuviera un día para despedirse de su vida, lo carcomía por dentro. Si quizás el hubiera sabido que esto iba a pasar, iría a hablar con su madre, convencería a la mujer de que adoptarlo era un error. Pero ahora no podía hacer nada más que resignarse, y no pensaba cuestionar a su madre o a la señora Yoo a estas alturas.

— ¿Como que te vas? — Pronunció una Rose con los ojos llenos de lágrimas.

Jungkook, por primera vez en mucho tiempo, sintió que le importaba a alguien, y eso estaba reflejado en los ojos de su mejor amiga. Las lágrimas ldeslizandose por sus tiernas mejillas lo hicieron arrepentirse de no tomar cartas en la situación.

— Lo siento, Rosie. Prometo que volveré a buscarte en cuanto pueda. — La miró a los ojos antes de hacer esa promesa.

— No quiero que te vayas — Dijo la mayor con la voz quebrada y el ceño triste.

— No es mi decisión ahora, Rosé. Solo prométeme que te cuidarás, por lo menos hasta que pueda venir a verte.

— Prometo esperarte, Jungkook. Mi Jeon Jungkook. — Dijo esto antes de unir sus rojos labios con los pálidos del castaño.

Y Jungkook no se resistió. No veía a Rose de otro modo que no fuera como a una hermana mayor, una que siempre lo había cuidado. Sintió ese beso como un beso de amigos, un beso de dos amigos que se despedían, y que probablemente no se verían en mucho tiempo.

•❅──────✧✦✧──────❅•

Cuando Jungkook partió de su hogar de paso, no pudo evitar reírse en la cara de su antigua "madre", o sacarle en cara a ese hombre que se hacía llamar una persona, que él no tenía poder sobre el, no a partir de ese día.

Los que decían que las personas que estaban en los horfanatos, personas huérfanas o con padres no aptos, no sufrían, se equivocaban. No solo tenían que vivir con el hecho de que no estaban con sus familias, si no que también debían soportar los abusos que recibían cuando llegaban a una nueva casa, un nuevo "hogar".

Jungkook, sabía esto mejor que nadie.

Habían familias de acogida muy buenas, personas que en verdad querían el bienestar suyo. Habían otras que no, otras que lo trataban tan mal como podían. La casa de los Sam era una de esas. Jungkook había perdido la cuenta de cuántas veces había tenido que dormir sin comer, o cuando el señor golpeaba su cuerpo para hacerlo un "hombre fuerte". Milagrosamente, Jungkook había aguantado ocho meses en esa casa sin atentar contra ninguno de los dos mayores, aunque lo había pensado muchas veces.

Entonces pensó, que quizás estar en una nueva familia no sería tan malo como le parecía.

•❅──────✧✦✧──────❅•

Cuando llego a la estación de buses de Seúl, noto su nombre en una cartulina, y al ver a una mujer de edad mediana, algunas canas en el cabello y ropa desaliñada, supo que esa era su nueva 'madre'.

Lentamente, se acercó a ella dudando si debía saludarla de manera informal. Al final, termino haciendo una venia en forma de saludo, cuestionándose si debía llamarla ajhumma, pues ella ya era una persona considerablemente mayor.

— Am... Hola, mi nombre es Jungkook. Jeon Jungkook. — Fue lo primero que dijo, mientras que la mujer lo miraba expectante.

— Bienvenido, Jeon Jungkook. — Dijo la mujer, antes de darle un efusivo y largo abrazo.

Jungkook pensó en lo acogedora que era esa mujer, y también que probablemente se llevaría con ella mejor de lo que pensaba en un principio.

•❅──────✧✦✧──────❅•

Adopted || J.J.K x L.L.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora