*09. Escape ❅•

1K 168 69
                                    


*Lo siento, saben que me gusta el dramatismo 👁👄👁. — Mia S. 💜

•❅──────✧✦✧──────❅•

Mientras Jungkook perseguía a Lalisa, llamándola y esperando que ella le prestara atención, pudo ver que alguien lo seguía a él. No le dio importancia, debía alcanzar a su hermanastra que ahora por un motivo no aparente decidía ignorarlo.

Miró hacia atrás un segundo, confirmando que, efectivamente, alguien lo seguía, solo logró ver sus zapatos, esos zapatos negros que lo seguían a paso rápido desde hacía tres cuadras. Si se detenía, no solo perdería a Lalisa, si no que corría el peligro de que aquella persona le hiciera daño.

Pensó en cientas de posibilidades. ¿Y si quizá algo se le había caído en la mitad de la calle y aquel buen hombre solo quería devolvérselo? Quiso confiar en sus voces interiores que le decían que Seúl era un lugar seguro, y sintiendo sus pulmones cansados, se detuvo. Ya había corrido bastante tras Lalisa, y necesitaba un descanso. Apoyando las manos en sus rodillas, vio aquellos zapatos negros en frente de él y levantó su vista.

Cara tapada. Un pasamontañas. Ojos cafés, como los de Lalisa. ¿Lalisa? Ayuda.

Quiza por el cansancio, no sintió miedo cuando aquel individuo de ojos cafés y expresivos lo llevó a un callejón y lo tomó del cuello de la camisa, estrellándolo contra la pared. Ya había tenido encuentros así en su pasado y no lo asustaba. O al menos no sintió miedo hasta que notó el aluminio del arma que el tipo sostenía en su mano izquierda.

— No... No lo hagas — Dijo Jungkook hablando rápido, con las manos temblorosas. — Te doy lo que tengo.

— ¿Y que es exactamente lo que tienes? — Habló el criminal con voz grave, riéndose cínicamente segundos después.

— Suéltame — Intentó defenderse, era como si sus músculos hubieran perdido toda la fuerza. — ¡Que me sueltes!.

Entonces sus rodillas tocaron el suelo, Jungkook calló, raspándose las rodillas. Cuando levantó la vista, vio el delgado cuerpo de su hermanastra y su cabellera pelirroja sobre aquel musculoso. No supieron ni cómo, ni cuando, pero Lalisa había rociado gas pimienta en el rostro del criminal inmovilizándolo por un segundo.

— ¡Corre! — Lalisa tomó de la mano a su hermano, jalándolo y obligándolo a salir de su trance. — ¡Más rápido, Jungkook!.

Kook jamás había recordado correr tan rápido en su vida, jamás. Las calles estaban oscuras, las personas los ignoraban y seguían con sus asuntos. Sintió seguridad al tomar la mano de Lisa, mientras corrían por aquellas calles oscuras. Cuando tuvieron orportunidad y dejaron de sentirse inseguros, entraron a un callejón. Con precaución, Lalisa miró hacia atrás, asegurando que el tipo estaba lejos.

— Dios, eso fue tan... Dios. — Jungkook se sentó contra el muro, con la mirada perdida. — Tenia tanto miedo, por suerte estamos bien.

Lalisa gruñó en bajo. — Así es. — Dolía, dolía como mil infiernos. — ¿Puedes... Puedes girar hacia allá un momento? Necesito enviarle un mensaje a alguien, privado.

Jungkook, casi instantáneamente giró, dándole la espalda a Lisa, aún pensado en el miedo y la adrenalina, como su hermana había sido su heroina. Mientras, con las manos temblorosas, Lisa sacó de su mochila la chaqueta que hacía parte de su uniforme, amarrándola en su cintura. Quiso gritar, quiso decirle a Jungkook que necesitaba ir a un hospital, que se estaba desangrando, que la habían apuñalado en el costado y no era una expresión. Pero calló, calló porque sabía que si hubiera llegado dos minutos tarde... Todo lo que había pasado era su culpa, no podía imaginar a Jungkook pasando por aquel dolor.

Merezco morir, enserio lo hago.

— ¿Puedo girar ahora? — Preguntó Jungkook, quien aún estaba de espaldas.

— Puedes. — Le respondió intentando que su voz sonara normal, mordiendo su lengua para evitar que algún grito saliera sin permiso de su boca. — Esperemos cinco minutos aquí, ¿si? Fue un largo camino.

— Lo fue, lo que hiciste fue valiente, como tú lo derrumbaste y lograste salir ilesa. — Habló Jungkook aún mirando el muro frente ellos. — Gracias, eres mi heroina.

Lalisa intentó sonreír, aunque más bien le salió una mueca, y permitió que Jungkook tomara su mano. Notó que esta tenía sangre, que su camisa blanca ahora tenía una enorme mancha roja, y agradeció que fuera oscuro así Jungkook no podría notarlo. — Estamos bien, por suerte. Ahora vamos. — Dijo tomando un gran suspiro.

Su única misión era llegar a su casa y vendarse, quizá podría improvisar una sutura. Aún recordaba algo de los cursos de enfermería y primeros auxilios. Solo debía caminar un poco más. Levantándose con pesadez, comenzaron a caminar ambos, a unos dos pasos de distancia.

Por favor, no tan rápido. Quiso decir Lalisa, cada paso le causaba un dolor insoportable. Una suerte que fue mi cintura y no la de Jungkook, no me lo habría perdonado.

— ¿Estas bien? Te encuentras fría y pálida. — Jungkook tomó la mano de Lisa.

— Solo cansancio, nada de que preocuparse. — Fingió tranquilidad.

— Oh, bueno. Entonces te llevo en mi espalda.

Lalisa pensó en la idea. No, no podía pensar. Quizá sólo la proceso por unos segundos. Pensó que si caminaba los veinte minutos que quedaban hasta su casa, se desmayaría. Tampoco podía pedir un taxi, pues la foca de Jungkook en su bolso había gastado el poco dinero que tenía.

— Es un largo camino hasta casa. — Quiso contradecirlo.

— Podemos parar y descansar en el parque. Yo no me siento cansado.

Sin más remedio, Lalisa se subió a la espalda de su hermano adoptivo. Apoyó su cabeza en su ancho hombro izquierdo y dejó caer sus piernas. Sentía cada vez más sueño, los dedos de sus manos cosquilleaban. Podía sentir los movimientos de Jungkook, como la herida en su abdomen ardía infernalmente cuando su hermanastro movía cualquier músculo de su cuerpo. Al menos era mejor que caminar.

Comenzaba a perder la noción del tiempo, por eso no comprendió en absoluto cuando su hermano la dejó en la banca metálica del parque. Respiro un par de segundos, secando el sudor de su frente.

— Descansemos aquí, esta bien. — Jungkook miró a Lalisa, sin saber que le pasaba. Quizá sólo había sido el susto, pensó.

— Lo siento, te puse en peligro. — Lalisa agachó la cabeza. — Yo no se que hubiera hecho si algo te hubiera pasado.

Y rompió en llanto. No solo por el dolor o la debilidad física, si no por el arrepentimiento que sentía. No podía imaginar lo que hubiera pasado si... No, no debía imaginar esas cosas.

— No debes llorar — Jungkook la abrazo con cuidado, acariciando su cabello. — No me iré a ninguna parte, Lili.

(...)

Adopted || J.J.K x L.L.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora