* 10. ¡Maldita! ❅•

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— ¡¿Que rayos sucedió aquí?!.

Lalisa suspiró. Quizá llamar a Jennie no había sido lo más prudente que hubiera podido haber hecho, considerando lo mucho que le gustaban los gritos, pero Taehyung trabajaba y era un completo sobre protector con ella y Jungkook y Bree ni siquiera eran una opción. No quería pensar en llamarlos y que se formara un escándalo, Jennie no diría nada, con suerte, y la ayudaría a organizar aquel desastre de su baño.

— No grites, me duele la cabeza.

— ¿Que sucedió?.

— Jennie, calma. — La detuvo Lalisa, la verdad no quería explicar la situación tan angustiosa que la había puesto así. — Estoy bien, fue una cortadita que me hice cocinando.

— Tu no cocinas, mentirosa. — Jennie alzó una ceja.

— Solo ayúdame a recoger este desastre. — señaló el suelo de su baño, que estaba lleno de utensilios de primeros auxilios, ropa sucia y sangre.

Tan pronto llegaron a casa, Lalisa le quito la cazadora a Jungkook para lavarla, comió un chocolate en un vano intento de que su presión arterial aumentara y fue hacia su baño, donde tenía un maletín de primeros auxilios que usó para curarse, limpiando la apuñalada en su cintura y vendándola. Tenía claro que al día siguiente tendría que ir a un centro de salud, pero esperaba que aquella solución apurada le permitiera aguantar hasta después de su clase de biología, pues debía presentar un test.

— ¿Segura que estás bien?. — Preguntó Jennie, al ver la respiración de Lisa pensada y sus labios pálidos y temblorosos.

— Segura, gracias por ayudarme.

Tan pronto su cabeza toco la almohada, cayó dormida o inconsciente, en realidad no lo supo. No logró tener un sueño parejo y sin sobresaltos, como era claro. A penas y podía moverse, pero tenía una gran habilidad para resistir, y también para descuidar su salud de formas abismales. Se dijo a sí misma que no era lo peor que le había pasado, que seguro estaría bien.

Al despertar, un fuerte dolor en la cíen hacia que su mirada se desenfocaras y la luz le molestaba. Tomó su temperatura con un termómetro digital, tenía fiebre. Cambio el vendaje y se puso su uniforme, como si nada pasara, mordiendo su lengua cada vez que quería gritar aterrada.

—... Y entonces Lalisa me acompañó, ella si sabía donde estaba el acuario. Y afuera estaba ¿Meme? ¿Mimi...?.

— Momo. — Corrigió Taehyung a su hermano adoptivo, quien citaba donde había estado ayer con Lalisa.

— ¿Buenos días?. — Bree notó a Lalisa llegando a la cocina. — ¿Estás bien?.

— Si, así es. — Asintió Lisa, relamiendo sus labios resecos. — Se hace tarde.

Y sin más, salió por la puerta principal de la casa, interrumpiendo la historia de Jungkook. Taehyung, Jennie y el nombrado fueron tras ella, sabiendo bien que necesitaban llegar a la primera clase del día. Les sorprendía el silencio de Lalisa, y por alguna razón, ninguno quiso acercarse a saber que pasaba. Ella se veía más distraída y enojada que enferma, así que no se preocuparon mucho pensando que era algo instantáneo que se le pasaría pronto.

Por suerte para Lisa, aquellas clases de vendaje habían servido para algo, pues sentía que el sangrado había parado y ahora solo quedaba aquella incomodidad al caminar y la sensación de debilidad. Atribuía los otros malestares al estrés que le había causado la salida del día anterior, caminar hasta el acuario después de una jornada entera de trabajo, la impaciencia que Jungkook le había causado por momentos y el besando a Momo, su culpa sabiendo que le hubiera podido pasar algo si no llegaba a tiempo, la dificultad para respirar, la espalda de Jungkook, el suelo de su baño manchado con su sangre, las ganas de gritar sin poder hacerlo, las pesadillas en la noche anterior y su mirada borrosa. Supuso que todo aquello en menos de doce horas había producido aquella molesta fiebre y la migraña.

Solo quería presentar aquel examen e ir a un hospital antes de que las cosas empeoraran.

— Supongo que tuviste pesadillas. — Dijo Taehyung cuando llegaron a la primera hora de clases, historia. — ¿Por eso estas así, tan distraída?.

Lalisa tenía "épocas de pesadillas", cuando recordaba los días en el orfanato y la cara de su madre desfigurada por el miedo cuando su padre mató a aquel tipo a golpes. A pesar de que habían pasado años desde aquellos días, recordaba cada detalle como si fuera un libro en su cabeza. Taehyung ya la había visto distraída muchas veces, perdida en sus pensamientos y somnolienta por la falta de sueño. Los ojos se le nublaban por la tristeza y a él le gustaría saber que pasaba por su cabeza, que la atormentaba tanto, pues era difícil verla así, sin energía, como muerta en vida.

— Si, es eso.

Decidido a no incomodarla con más preguntas, Taehyung le presto atención a la clase. Para su hermana adoptiva, mantenerse despierta era complicado. Su vista perdía nitidez y sudaba en frío por la fiebre, suspirando con fuerza. Sabía que la puñalada que había sufrido no era demasiado profunda y no sería grave si hubiera sido tratada de inmediato, pero ahora dudaba si traería consecuencias graves.

— Maestra. — Alzó la mano, logrando así que la educadora pusiera su atención en ella. — ¿Cree que podría ir al baño?.

— Seguro. — Asintió.

Lalisa se levantó de su asiento con paciencia, y bajo el murmullo que se había creado en la clase, salió de allí. Faltaban veinte minutos para que comenzara la hora de biología, solo eso. Al llegar al tocador de mujeres, reunió un poco de agua fría en sus manos y se lavó la cara, mirándose al espejo. En el reflejo del mismo, vio a Momo Hirai. Suspiró. No tenía fuerzas ni ánimos para discutir, así que intento salir.

— No tan rápido. — La jaló del brazo.

— Yo no... no tengo tiempo. Debo volver a clases. — Dijo Lalisa sin mirarla a los ojos, cansada de aquella rivalidad.

— ¿Por qué escaparías de mi? Si de todas formas tú eres más mala que yo.

— Si, lo sé. Ahora déjame en paz. — Se soltó de su agarré.

— Maldita — Dijo Momo entre dientes antes de jalar un mechón del cabello pelirrojo de Lalisa y arrastrarla casi hasta uno de los pasillos y golpearla contra una de las paredes. —. ¡No tienes ni siquiera vergüenza! ¡Eres una maldita desgraciada!.

— Por favor, basta. — Pidido Lalisa en un hilo de voz, tratando de seguir el orden cronológico de la conversación, lo que estaba pasando. La herida de su costado se había re abierto con el golpe, y ahora no podía pensar en nada más que no fuera el dolor que eso le causaba.

— ¡¿Quieres que pare?! ¡¿Quieres que pare?!. — Repitió fuera de sí Momo, pateando a la pelirroja.

— ¡¿Quien está ahí?!. — Preguntó una voz lejana. Jungkook, era el. Ambas reconocieron su voz.

Momo se detuvo, detuvo lo que estaba haciendo para ver a Lisa, quien tenía la mirada perdida y apenas si lloraba para quejarse. Notó la mancha en su uniforme y se asustó. Corrió como nunca lo había hecho, sintiendo miedo. Lalisa vio como se alejaba, dudando si seguía viva o si lo estaría, al menos.

— ¡Lisa! ¡¿Que ocurrió?! — Jungkook se posó a su lado, tomando entre sus manos las mejillas húmedas de Lalisa. Estaba asustado por ella, incluso si no sabía lo que ocurría. — ¿Que pasa? ¿Que pasa? ¿Estás herida?. — Preguntó como si ya no fuera bastante obvio, pero Lalisa ya no distinguía las palabras que decía. — No cierres los ojos, no los cierres. Mírame. ¡Ayuda! ¡Tienen que ayudarme!.

Lalisa sintió como el la abrazaba a ella, se sentía cálido allí. Jungkook era bastante fuerte, su abdomen era rígido como una roca. Puso una mano sobre el pecho de el, sintiendo los latidos acelerados de su corazón. De pronto sintió como el se movía, corría o caminaba, no lo supo en ese momento. Se aferró a él, apenas girando la cabeza para ver a donde iban. Sintió como su cuerpo se estremecía y todos los músculos de su cuerpo dolían pidiendo ayuda. Estaba convulsionando.

— No mueras, no mueras, quédate conmigo. — Fue lo único que escucho antes de perderse en la inconsciencia.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2020 ⏰

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Adopted || J.J.K x L.L.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora