El reencuentro

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Olimpia: Quieres decir que ustedes dos son... (no termina la frase por miedo o por incertidumbre)

Persefone Y Hades: (asienten)

Olimpia: (Se abalanza sobre ellos y los abraza por un rato)
Cuentenme...

Tras escuchar  la historia, se quedó en silencio, no podía creer lo que acababa de escuchar y por un minuto insistió en que todo era un sueño loco, pero no, era tan real como la misma existencia.

OLIMPIA: Y, no hay nada que se pueda hacer?  (Rogando que sus padres dijeran la respuesta que ella esperaba)

HADES: No hay nada que podamos  hacer...

PERSEFONE: En realidad, (pensativa), hay un modo, (cambia su tono). Pero es demasiado arriesgado

HADES: No hablaras de... (La mira como se hubiera vuelto loca)  Es demasiado

OLIMPIA: (Perdiendo la paciencia) Por Zeus, de qué están hablando!? (Su cabello empieza a serpentear como si de fuego se tratara)

Persefone Y Hades: (La miran sorprendidos) 

HADES: Cada año los dioses olímpicos, organizan una competencia, el ganador obtiene el derecho de hacerle un pedido a Zeus y una copa de ambrosia,

PERSEFONE: La ambrosia es el alimento de los dioses. Quien lo consuma le será otorgada la inmortalidad.

OLIMPIA: (Decidida)  Y, ¿Cómo llegó al Olimpo?

HADES: Sólo hay una manera de llegar (le entrega unas riendas de oro macizo)
Debes domar a Pegaso, sólo él puede llevarte al Olimpo. Vive al otro lado de ese pueblo.

PERSEFONE: (Acaricia el rostro de su hija)  Ten cuidado.

Olimpia se dirige hacia donde sus padres le indicaron, y mientras la veían alejarse, ambos intercambiaron una mirada de preocupación, si algo le pasaba, no podrían interceder...
El Olimpo no era lo que ella creía...

La princesa del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora