Prólogo

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Mi Clan, el clan que manipula las sombras desde hace muchos años según mi padre ha sido reconocido entre las cinco grandes aldeas ninja, tanto por las medicina con los cuernos de los ciervos y por nuestra inteligencia como estratega, pero eso no es todo;Todo eso es un fastidio, no me gusta tener en un futuro y estar a cargo de tantas cosas para llevarlo, sin embargo soy el heredero y cuando mi padre se haga más viejo de lo que es, me tocará a mi dirigirlos.

En mi niñez todo era genial a parte de hacer las misiones con mis compañeros y nuestra sensei Mei, también me gustaban las misiones con el viejo zorro Koei, eran divertidas, pero hay algo que a nivel personal gracias a ellos me marco para siempre, esa chica de cabellos rojizos anaranjados, de ojos chocolate y sonrisa amable, la chica que conocí en el país del arrozal, la extraño ¿Cómo estará?, no lo se, quiero verla estrecharla entre mis brazos, si suena cursi pero creo que me enamore de ella la última vez que la vi.

Ahora la aldea la dirige Sarada como la octava Hokage, y me esta presionando con que la ayude pero yo no quiero, es un grandísimo fastidio,mientras que papa y el viejo Koroko discuten que deberían hacer conmigo, no tengo con quien charlar, Boruto esta en Houzuki  prisionero por traición a la villa, estúpido Uzumaki cabeza hueca, me quedé sin mi mejor amigo.

Andado andando llegue hasta la montaña donde esculpen los rostros Hokage y me senté en el rostro del Rokudaime a a mirar desde allí toda la aldea, para cuando se hizo de noche no me quedo más remedio que volver si no mi madre me mandaría volar con el abanico.Al cabo de un rato abrí la puerta de la entrada encontrando todo en sumo silencio, salvo por  qué desde la sala de estar oía unos pequeños sollozos.

¿Madre? ¡Mama! -Grite algo preocupado. -

Seguía sin obtener respuesta por lo que me senté en el escalón de la entrada, desabroche mis sandalias y anduve descalzo por la fría madera hasta llegar a la Sala de estar, allí encontré la mi madre con la cara roja, con los ojos inchados de tanto llorar mirándome dolida, solo extendió los brazos en señal de que me acercará a abrazarla, así lo hice, me agache de rodillas en frente de ella y la abrace fuerte contra mi.

¿Qué ha pasado? ¿ Y papá? -Me despegue de ella sujetando a esta por los hombros mirándola preocupado por su respuesta. -

T... tú padre ha desaparecido Shikadai.. -Dijo en un doloroso sollozos.-

Ahogado •Nara Shikadai•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora