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El alfa permanecía en aquella habitación, observando a sus padres y a aquella pareja conformada por un alfa y una omega, como era lo típico, y acompañados de su hijo, un omega de clase alta, muy refinado, elegante, con buenos modales y sobre todo,...

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El alfa permanecía en aquella habitación, observando a sus padres y a aquella pareja conformada por un alfa y una omega, como era lo típico, y acompañados de su hijo, un omega de clase alta, muy refinado, elegante, con buenos modales y sobre todo, con una belleza inigualable.

Aquella reunión se había dado solo para arreglar los últimos detalles de su boda con el hijo de aquella pareja.

Seokjin nunca había rechistado en nada de lo que sus padres querían, referente a sus relaciones amorosas, él no parecía tener interés en nadie así que solo aceptaba lo que sus padres decían.

Sus padres jamás lo habían obligado a hacer nada que no quisiera, ellos ni siquiera habían dado la idea de un matrimonio, ni una mínima insinuación sino que había sido una decisión de Seokjin, él ya tenía veintisiete años de edad y creía que era momento de casarse, se lo dijo a sus padres y permitió que ellos escogieran a su pareja.

Taehyung parecía ser el chico perfecto, era educado, tan elegante y muy hermoso, tenía rasgos tan finos, era delgado y pequeño, tan frágil como un omega de su clase debía ser, porque no, si sus padres iban a buscarle una pareja querían que esta fuera omega y no de la clase baja, hombre o mujer, no importaba.

Pero aunque Taehyung tuviera solo veinte años de edad y fuera un chico frágil, pequeño y lindo, lo cierto era que tenía una personalidad muy reservada, era tan frío y plano con sus palabras, no era intencional, solo había sido educado de esa manera.

Ninguna de las dos familias necesitaba la unión, no era nada obligatorio, era algo en lo que ambos chicos habían estado de acuerdo. No había un acuerdo con varios millones de por medio o una empresa en quiebra que rescatar, ambas familias tenían sus riquezas y podían funcionar bastante bien la una sin la otra, pero incluso así tenían razones para llevar a cabo aquello.

Los padres de Taehyung buscaban lo mismo que los padres de Seokjin: alguien con quien su hijo se casara.

Debido al frío y reservado carácter de Taehyung, sus relaciones personales se habían visto afectadas, era incapaz de amar a alguien, convivía con los demás por cortesía, pero nunca llegaba a nada más que eso y por mucho que intentara conseguir una pareja no podía, las personas se alejaban de él.

Por eso Seokjin era la mejor opción, él solo quería casarse como todos los alfas y tener una familia, el amor no hacía falta.

—Todo ya está listo para mañana, pero quisimos citarlos aquí para darles nuestro regalo de bodas por adelantado —habló la madre de Seokjin, muy contenta mientras le entregaba a este un sobre, el cual no dudó en abrir una vez estuvo en sus manos, dejando al descubierto dos boletos de avión con destino a Italia—. Sé que dijeron que no habría una luna de miel, pero creemos que podrían aprovechar esta oportunidad para conocerse mejor y pasar unos días agradables, juntos.

—Muchas gracias madre, haremos que tus deseos sean cumplidos —respondió Taehyung con amabilidad, sereno.

Taehyung se sentía aceptado en la familia de Seokjin, sus hermanos y hermana de este lo apreciaban e intentaban hacerle saber que para ellos ya era parte de la familia. El señor y la señora Kim incluso le habían pedido que los llamara padre y madre, respectivamente, desde que se habían conocido.

Otelo || JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora