Capítulo 12

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[El Trato.
Pasado Olvidado.]

Era el señor Sandoval.

Prácticamente estaba empujando a su hijo hacia su auto, mientras intercambian un par de palabras.

Luis Pablo parece tan confundido como Cassandra por la actitud de su padre.

¿Porqué lo hacía? ¿Qué ganaba haciéndolo?

No había tiempo de pensar en las posibles respuestas. El auto de Luis Pablo estaba saliendo de la mansión y tenía que alcanzarlo.

Debido a que estaba en una zona residencial, no había taxis. Tendría que volver a saltar el muro para poder salir sin ser vista por el guardia de seguridad.

Una vez afuera, observa de lejos como se aleja cada vez más el auto de Luis Pablo, se apresura en tomar un taxi y alcanzarlo.

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De nuevo, tuvo que pagarle doble al taxista ya que no quería dejarla entrar debido a que estaba mojada.

¡Que problema!

Hoy no había salido como se lo esperaba. Tuvo demasiados errores, fué por qué subestimó a esas tres chicas.

Si antes no las consideraba una amenaza, ahora estaba convencida de que sí podrían presentar un problema en su misión.

9:50 pm.

Luis Pablo se sube al elevador de su edificio, en dirección a su departamento.

Misión cumplida.

Cassandra regresa a la Agencia para ocuparse de su mayor problema.

Pero grande fué su sorpresa al enterarse de que Leonardo Cooper, no se había aparecido en todo el día.

Esto si que sobrepasaba sus límites de tolerancia. Ordenó que lo llevasen a su oficina en cuanto se dignara a aparecer.

Mientras esperaba ella tenía cosas que resolver.

Lo primero en su lista era cuestionar el extraño comportamiento del señor Sandoval.

Lo segundo era pensar en una estrategia para mantener a raya a esas tres chicas.

Decidió darle prioridad a la segunda opción, ya que la primera le parecía un tanto irrelevante.

Pocos minutos después, llaman a su puerta.

—Adelante.

Dos guardias de seguridad ingresan, con Leonardo Cooper sobre su hombro.

—Agente Anderson, el Agente Cooper acaba de llegar. —baja a Leo de su hombro y lo sienta en el sofá— Lo hemos intersectado en la entrada.

Cassandra les agradece y les paga lo acordado, advirtiéndoles que no le cuenten esto a nadie.

Una vez que ambos se quedan solos, Cassandra le retira la cinta de la boca, ocasionando le un quejido por su parte.

—Oye Cassandra, se que estás molesta conmigo. Y con justa razón lo reconozco, pero primero aclárame una cosa... —hace una pausa— ¿Por qué estás mojada?

—Creo que eso debería ser lo último de sus preocupaciones... —aclara Cassandra frunciendo el ceño— Hoy he tenido un día horrible, pero como si eso no fuera suficiente, regreso a la Agencia y me entero de que usted no se a dignado ha aparecer por aquí en todo el día... —Leo intenta hablar pero Cassandra no lo deja— Son pasadas las 10 de la noche por tanto exijo saber dónde y con quién a estado todo este tiempo. Supongo que en algún bar ya que apesta ha alcohol.

Una Espía Atormentada - En Proceso De CorrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora