Capítulo 14

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[Leo y Elizabeth.
Sospechas Al Descubierto.]

—Por supuesto que no señor... —se apresura en contestar Cassandra sonriendo— Bueno, usted es alguien a quien todos conocen, pero dudo que usted recuerde a cada empleado de su empresa, deben ser cientos... Mi amigo solo debió de confundirse.

—Oh, ¿Ustedes se conocen? —pregunta sin darse cuenta—

—Si... Bueno es que...

—No importa. —la interrumpe— Solo póngase hacer su trabajo en silencio para que yo también... —antes de continuar observa a alguien acercarse y se detiene—

—Señor, traje lo que me pidió. —dice un hombre al acercarse y tender le una USB— Son los videos de...

—Ah si, lo estaba esperando. —lo corta y agarra rápidamente el USB— Gracias. Vuelvan al trabajo.

Esto último lo dijo más para Cassandra y Leo. Luego, sin agregar nada más, cierra la puerta de su oficina, se veía claramente fastidiado, pero también impaciente por ver lo que fuera que tuviera esa USB.

Lo cual llamó ligeramente la atención de Cassandra.

El hombre que trajo la USB se retiro sin decir nada, y ella voltea a ver a Leo con el ceño fruncido.

—Esto ya es demasiado. —comenta en un susurro— ¿Podría dejar de causarme problemas? No lleva ni 10 minutos aquí y ya he sido reprendida dos veces por su culpa.

—Pero Cassa... Margarita, tienes que escucharme.

—No me interesa. —se dirige hacia su escritorio— Váyase a trabajar de una vez y nos encontraremos en la cafetería a la hora de almuerzo como acordamos.

—Pero es que de verdad no...

—Estese pendiente. —sin más que agregar se despide—

Resignado se va de allí, pensando en la situación en la que está metido y en lo que tendría que hacer de ahora en adelante para no ser descubierto.

Pues Leo no se esperaba que su amigo, Alan Deivis, trabajara en la empresa de Luis Pablo. Seria un problema si llegase a reconocerlo, aunque ahora que lo pensaba el edificio es enorme, hay pocas posibilidades de que se encuentre con él, aún así debía tener cuidado, o la excusa que le plantó a sus amigos quedaría expuesta.

Lo bueno de esto era que podía ver a su amiga Elizabeth mas seguido. Nunca había tenido la oportunidad de trabajar con ella en una misión, quizás esta sea su oportunidad.

Aunque claro, tendría que fingir no conocerla delante de todos.

¡En serio que esto era muy frustrante!

No le gustaba fingir todo el tiempo, se sentía un hipócrita. Pero no tenía de otra, mientras Cassandra no sospechara de él, estaba dispuesto a seguir fingiendo alegría y que nada le preocupaba, aunque por dentro sintiera todo lo contrario.

El edificio constaba de 10 pisos. El último era claramente la oficina principal, perteneciente a Luis Pablo Sandoval, junto con otras salas importantes.

A él le tocaba limpiar el noveno piso, así no levantaría sospecha si ambos ingresaban a trabajar casi al mismo tiempo.

Tomó el elevador, —que afortunadamente estaba vacío— y se dirigió hacia su locación.

Una vez que llegó a su piso correspondiente, se puso a observar el lugar. Se parecía un poco a la Agencia.

Tenían cubículos, mesas grandes, estantes, en resumen todo lo que una empresa normal debía tener. A excepción que estaban bastante escasos en tecnología pero no importaba.

Una Espía Atormentada - En Proceso De CorrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora