Capítulo V

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Canción: Venus – Sleeping At Last

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Poco menos de una semana después, las clases en la universidad el día de hoy, jueves, fueron tranquilas en la facultad de medicina así que tuve un par de horas extras para pasarla en la piscina junto con un par de chicos que también practicaban ahí pero que no conocía. Hubo un momento en que me recargué en la orilla fría moviendo mis pies en el agua y pronto no fui dueño de mi mente, ni siquiera cuando comencé a pensar en él, en Jimin.

Me sumergí nuevamente en el agua, nadando hasta el otro extremo para salir, iba a ir a su campus, quizá lo encontraba por ahí. Ya vestido, salí a caminar por los pasillos casi en soledad, escuchaba en la lejanía las puertas de algunos salones cerrándose gracias al eco del rechinido.

El sol atravesaba la puerta de cristal y a las afueras los árboles desnudos ganando calor gracias a él. Desde que estaba por subir las escaleras a las que llevan al edificio de arquitectura, se veía demasiado ajetreado ahí dentro; hombres de traje detrás de los escritorios y los universitarios se veían mejor vestidos que otros días. Hoy es la entrega de calificaciones sobre el proyecto de maqueta que debían hacer para, en el caso de Jimin, su segundo semestre.

Decidí sentarme en la banca fría a las afueras del bonito edificio que admiré durante minutos. La fachada de madera con marcos negros en los cristales. Suspiré revisando mi celular, quizá había marcado y no me di cuenta pero justo cuando estaba por darme por vencido, escucho su voz pero no lo veo.

— ¡Jungkook!

Como resorte me pongo de pie, mirando detrás de mi, en la entrada y no logro dar con él, lo escucho gritarme de nuevo y río, sintiéndome tonto por no encontrarlo, pero es que cómo iba a hacerlo si estaba gritándome desde una ventana del segundo piso.

— No lograba encontrarte.— dije entre risas, apenado, cuando lo vi salir a toda prisa del edificio.

— Ah, Jeon Jungkook, ¡No lo vas a creer!— parpadeé confundido, con su figura al frente, mostrándome un papel que no alcancé a leer bien porque lo levantó en señal de victoria, mirando al cielo con una gran sonrisa.— ¡Mi planeación fue un de las mejores!

Sentí mi mandíbula chocar con el suelo y mis ojos abrirse de sobremanera ante la sorpresa. Estaba por aplaudirle y felicitarle cuando él me rodea el cuerpo con sus brazos y me estrecha contra su pecho como si su vida dependiera de ello. Por un momento me hizo poner de puntitas y reír mientras le correspondía el abrazo con la misma intensidad.

— Eso explica tu felicidad, ¡Ahh, estoy tan orgulloso!— dije, palmeando su espalda a la par que él se alejaba.— Esto merece una buena celebración, ¿no crees?— pregunté, invitándole a caminar a mi lado.— Compraré la comida hoy.

— ¿Por qué no mejor cocinamos juntos?

— ¿Eso quieres?

Él asintió eufórico, abrazando mis hombros por instantes y luego alejándose para caminar más que feliz por la calle que nos llevaría a casa. Su felicidad era tan palpable. Me sentía danzando con él porque estaba orgulloso de Jimin. Merece ese mérito, realmente sabía que iba a obtenerlo. Me había explicado un montón acerca de ello; pidiendo mi opinión y yo asentía a todas sus propuestas de diseño para un edificio.

El boceteaba un montón sobre el cuaderno de dibujo, finalmente en digital y anotaba medidas y cosas a tomar en cuenta por las cuales preguntaba interesado y él resolvía mis dudas con toda calma.

Apasionado.

Hubo momentos en el camino en que brincaba y se adelantaba unos pasos. Reía tan eufórico y parecía un viento repentino en verano, de esos que llegan de vez en cuando pero que cuando vienen, no puedes hacer más que disfrutarlo.

Yellow | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora