VII

86 13 8
                                    

Taehyung

Era la primera vez que sentía el frio, al inicio pensaba que su hermano exageraba al enviar al barco con solo ropa gruesa que lo hacia sudar con facilidad. Cuando se despidieron ambos se dieron un fuerte abrazo y con sonrisas llenas de tristeza, era la primera vez que se separaban y no les agradaba la idea de estar lejos. Aunque el rey desconfiaba de su hermano aun lo amaba, pero sabia que debía poner a prueba su lealtad y esa era la única forma. El rey no pudo aguantar mucho tiempo el abrazo pues comenzaba a molestarle el aroma a coco que desprendía su hermano. Aun que para Taehyung le comenzaba a agradar aquel aroma a coco que siempre lo acompañaría, le hacia recordar a sus amigos, su familia, la arena y el mar, le recordaba a la vida que tuvo y dejo ir. Durante el viaje en barco, el joven pidió prestados una camisas y pantalones de lino y algodón para poder soportar el húmedo viaje. Conforme se acercaba más al norte el joven experimentaba la extraña sensación de sentir frio, que su cuerpo rogara por calor y que sus vellos se erizaban por el clima y era imposible controlarlos. Todo aquello era algo nuevo y excitante para Taehyung, veía el mar helado con emoción, sentía deseo de tocar aquella espesa tierra blanca que se veía a la orilla del mar. Los arboles estaban vestidos de blanco, como novias a punto de casarse, no se veían pájaros ni arboles de frutas, ni flores. Todo parecía tan limpio y puro, que se pregunto si en verdad valía la pena destruir un pueblo tan hermoso, parecía que todo estaba hecho de cristales. El rey había enviado solo ha cien hombres, contando a su hermano entre ellos, era un pequeño ejército, apenas le dirían un grupo de exploradores. Taehyung pensaba que la batalla seria con una aldea o un grupo menor de 50 soldados, no le veía el caso a tener que pelear con tan pocos hombres. Lo único que no sabía el príncipe, era que su hermano lo había mandado a una misión que era casi un suicidio.

-Mi señor, el rey ha pedido que utilice esta capa en cada momento. - hablo uno de los soldados entregándole a Taehyung una capa negra con flores bordadas en hilo de oro, sin duda era una capa hermosa, suave y lo suficientemente gruesa para poder soportar el frio y la nieve. Era de un terciopelo pesado y negro como sus mismos ojos. jamás había tenido un regalo tan hermoso como aquella capa, pensaba que su hermano en verdad sentía el tenerlo que enviar a pelear, cuando en realidad aquella capa estaba dando la señal al enemigo que su víctima acababa de llegar.

Taehyung le dedico sonrisas a todos sus soldados que lo escoltaban para bajar del barco, lo que menos querían era que el príncipe tuviera algún rasguño, tenia que verse impecable. Fascinado por la nieve caer sobre su castaño cabello, a lo lejos uno pensaría que se trataba de un hada. Sus ojos negros no dejaban de asombrarse con lo que había alrededor, vio pinos enormes como torres cubierto de encaje blanco, también observo unos conejos saltando con gracia sobre la nieve. Todo era nuevo para el príncipe, la sonrisa no dejaba ni por un instante sus labios. había un caballo blanco no muy lejos de donde estaban, lo estaba esperando con elegancia, junto con un soldado que no había identificado antes, ni en la isla lo había visto.

-Mi señor, debe subir al caballo para que no se canse, lo llevare al campamento. - dijo con voz elegante y suave, no era un acento que hubiera escuchado antes, pero vio que ninguno de sus soldados hacia nada al respecto, pensó que estaba a salvo si seguía sus instrucciones. Lo ultimo que deseaba era que su hermano tuviera un reporte por haberlo desobedecido al minuto de tocar suelo.

Taehyung obedeció sin decir nada, le dedico una sonrisa honesta, aunque con un poco de desconfianza se subió sobre el animal. Pocas veces había cabalgado, solo para aprender a no caer y no cansarse después de un par de horas. Pero jamás fue muy aficionado de estar junto aquel animal, extrañaba a los peces del mar y a las aves que solían pasar por su ventana. Era extraño ver apenas una sombra del sol durante el día y no sentir el calor. Se preguntaba cómo la gente podía vivir sin el calor y como los árboles podían crecer con tan poca luz y ser tan altos y fuertes. Quería conocer mas sobre aquel lugar y sus costumbres, pero al mismo tiempo tenia miedo de estar mucho tiempo lejos de su hogar.

-No esta acostumbrado al clima, tome un poco de té caliente, evitara que se enferme. – le ofreció el soldado mientras buscaba una cantimplora en su mochila, era pequeña y cubierta de piel que no conocía bien de que animal venia. Tomo aquel té con las manos cubiertas con guantes negros que le habían dado los soldados antes de que pudiera bajar del barco. El té tenia un aroma a tierra, no sabía de planta podía provenir, pero el sentir el calor del té atravesar los guantes le dio la sensación de paz y protección. Tomo del té sin decir nada, pues, aunque tenía que obedecer al soldado eso no quería decir que tendrían que volverse amigos. El cálido liquido paso por su garganta con veracidad, haciendo que su estomago perdiera los nervios y sintiera el cuerpo ligero como una pluma. Conforme iban atravesando el bosque, el príncipe se sintió cansado y que sus ojos perdían el brillo y que necesitaba dormir. Parpadeo un segundo que se volvieron horas, lo ultimo que pudo escuchar fue el movimiento brusco de su caballo por querer huir y la voz del soldado.

-Dile a nuestro señor que le he traído un regalo.

Corona De Mentiras (Vkook/Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora