Jungkook
El joven príncipe estaba repasando su estrategia, aunque pasaba ya de medianoche, Jungkook no podía dormir planeado cada mínimo detalle. Así era cada noche antes de ir a la guerra, odiaba los errores y aquellos que encontraba los eliminaba o los corregía de inmediato. La noche anterior sus hermanos no habían descansado hasta acabar el entrenamiento, todos acabaron cansados y lastimados, Jimin y Jin habían sido los que salieron más lastimados. Jimin tendría cicatrices eternas en sus manos por las luchas con espadas, no sabía sostenerla con fuerza y constantemente la agarraba mal. Jungkook perdió la cuenta de cuantas veces el General Dragon lo había corregido. Mientras que Jin era pésimo para pelear con espadas y cabalgar al mismo tiempo, sus manos eran débiles al igual que sus piernas, sus ampollas en las manos eran profundas y aunque las atendieron al momento, era obvio que están dejarían una sombra clara entre sus dedos. Yoon Gi había sido sorprendentemente bueno en el combate cuerpo a cuerpo, algo que el príncipe heredero no sabía, su hermano tenía destreza y sabia dar golpes en los lugares correctos, sin duda era un luchador nato. Al terminar sus tres peleas cuerpo a cuerpo, Jungkook le aplaudió y le permitió irse a descansar un par de horas, se dio cuenta que cuando llegara a ser rey podría usar a su hermano como futuro general, solo si esta aprendiera lo suficiente de combate y estrategias. Ho Seok había sido hábil con el arco, no era el mejor pero sabia defenderse y eso era más que suficiente en el campo de batalla. Jungkook había entrenado en cada campo apenas salió el amanecer, venció a soldados, pero sin lastimar alguno, su área favorita era la espada, le gustaba sentir el peso del hierro entre sus manos, frio y respetable.
Aquella noche había nevado, algo pronto para la época del año, faltaban un par de semanas para que el verdadero invierno llegara, el clima sería un reto durante la batalla, aunque bueno por si alguno de los soldados salía lastimado, había menos posibilidad de que las heridas se infectaran. La nieve también dificultaba los entrenamientos, las espadas son más frías con la nieve, los caballos caminan más lento por la nieve, muchas cosas empeoraban con la nieve. Jungkook tenía que trabajar con ella a su favor, cambio su primer ataque en lugar de que fuera de frente seria por los lados y por atrás. Rodearían el campamento del enemigo, lo mejor era atacar de noche, que ellos estuvieran desprevenidos, aunque pudiera ser que tuvieran vigilantes. Lo primero sería buscar a los vigilantes y matarlos durante su guardia para después atacar. Podría mandar a uno de sus espías para esa misión. Jungkook pensó en todo aquello en menos de unos minutos, solo tenía cinco espías y confiaba en ellos, pero a su alcance estaba solo uno, lo nombraba Kai. Los demás espías los había enviado a investigar a los reinos vecinos en caso de que uno atacara por sorpresa. Jungkook pensó mandar a buscar a el muchacho para mandarlo a aquella misión, era bueno asesinando y peleando, unos cuantos vigilantes no serían problema para él.
-Mi señor, el soldado 488 le ha traído algo urgente. - hablo por fuera de su tienda, solo tenía a dos guardias vigilando de que nadie entrara, o espiara sin el consentimiento de su superior. Cada par de horas los guardias combinaban para que fuera más difícil convencerlos de que permitieran que alguien entrara a la tienda del futuro rey. 488 era el número de soldado que le había asignado a Kai en caso de que este necesitara hablar con su príncipe urgentemente. Pocas eran las veces en las que 488 venía a su tienda o le daba un mensaje, pensó que el enemigo ya había atacado o que habían cambiado su modo de ataque.
-Déjalo pasar. - hablo Jungkook sin dejar de mirar su mapa, moviendo las piezas para acomodarlas en la mejor manera para atacar.
Se escucho el suave sonido de las cortinas moverse, y en poco tiempo el viento helado lleno la tienda, había tardado unas horas en calentarse, pero el frio borro sin dejar sombra del calor. Aunque la chimenea aún tenía leña y fuego, le tomaría unos minutos volver a calentar un poco la tienda. El joven pelinegro escucho con atención las suaves pisadas, pero también como si arrastrara algo pesado. Dio la vuelta rápidamente y contemplo a su espía con una especie de bulto o saco negro entre sus brazos.
- ¿Qué es eso? - pregunto Jungkook caminando alrededor del espía y del saco negro, parecía que era de su tamaño, lo cual lo sorprendió al ver que este respiraba con delicadeza.
-Los enemigos van huido, pero lo han dejado a él. - hablo 488 con voz seria, sin tener la valentía de ver a Jungkook a los ojos, no sabía cómo tomaría la noticia de que un enemigo se fuera antes de pelear y dejara a su hermano abandonado en la boca de los lobos.
El rostro de Jungkook tomo mil sentimientos, furia, pero victoria, pero una victoria sin pelea, el enemigo se había esfumado como un niño que se mete con brabucones para después desaparecer. Una sonrisa salió de sus labios, pero sus ojos mostraban perplejidad al ver que habían olvidado a un soldado. Se acerco a lo que parecía un saco para poder tratar de encontrar el rostro debajo de la tela, pero se encontró con un aroma dulce y adictivo, jamás había respirado un aroma tan perfecto. Podría oler aquel perfume todo el día sin empalagarse, se acercó más al saco para poder aspirar todo lo que pudiera de aquel aroma.
-Han dejado al hermano de Nam Joon, lo ha exiliado. - dijo 488 mientras le levantaba la capa que había puesto de una lana vieja para que pasara desapercibido. Pero bajo aquella vieja tela, había una flor cubierta por lana negra y dorada. El aroma a coco se volvió más fuerte he inundo la tienda por completo. Jungkook perdió su aliento cuando vio a la criatura mas bella y pura que había visto, tenia la inocencia y la belleza de una paloma blanca que sale solo en primavera. Tenia la cara de un niño, con rasgos delicados como la nieve, la piel suavemente besado por el sol, los labios eran dignos de saborear. Jungkook tuvo que alejar la vista antes de que perdiera el control por primera vez en su vida. Aunque su cuerpo actuó rápido para ver si lo que tenía frente a él, era verdad. Sus manos eran gruesas y tenía callos durarían una vida entera pues desde niño había usado sus manos para pelear, y las peleas se ganan con muchas derrotas que dejan cicatrices. El rostro del joven era suave como los pétalos de las flores del bosque, a las que amaba tocar mientras caminaba con su caballo. Aunque pudo notar lo helado que se sentía, si no entraba en calor pronto su paloma moriría.
"Mi pobre paloma, debes entrar en calor." Pensó Jungkook a sus adentros mientras acariciaba el hermoso rostro del príncipe exiliado.
- ¡GUARDIAS, TRAIGAN MANTAS, LEÑA Y CHCOLATE CALIENTE! - grito Jungkook con todas sus fuerzas, mientras que sus brazos cargaban como si se tratara de una pluma al joven príncipe, para poder depositarlo con delicadeza en su cama y lo cubría con los abrigos de piel que tenía más cerca.
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Corona De Mentiras (Vkook/Taekook)
FanfictionLa piel de un lobo gris estaba sobre la cama del hijo más joven del rey, era su piel favorita pues el mismo había matado al animal mientras este cuidaba a sus crías. Jungkook había disfrutado tanto ver como la sangre del animal teñía la blanca nieve...